viernes, 27 de noviembre de 2009

¿A qué están esperando?

La organización del trabajo, en su modalidad asalariada, fracasa estrepitosamente. La avería en el artefacto social del empleo es de tal magnitud que los observadores están de acuerdo en que el crecimiento económico es compatible con elevadas tasas de paro. Y todo apunta a que la salida de la actual crisis discurrirá por estos cauces.


Una de las leyendas urbanas creadas por el neoliberalismo es que sólo los empresarios son capaces de crear empleo. Una tontería que se pretende hacer pasar como verdad universal y cuya lógica es similar a la afirmación de que sólo los camareros sirven los platos en la mesa. Pero ni en las viviendas ni en los autoservicios hay camareros y, sin embargo, los platos siguen llegando a las mesas.

De la misma manera que la banca podría ser pública en vez de privada, una simple cuestión de conveniencia es la razón por la que los camareros sirven los platos en los restaurantes y los empresarios se encargan de crear empleo. Bajo modelos distintos al capitalismo, el Estado ha sido el suministrador de empleo a la población. La eficacia productiva estatal puede ser discutible, no así su eficacia empleadora pues el Estado, si se lo propone, puede facilitar empleo a toda la población activa. Lo cual tampoco es un paisaje vital demasiado ilusionante.

Pero los propagandistas de la fe neoliberal siguen contando esa milonga: "Son los empresarios los principales protagonistas de la creación de empleo y riqueza", repite incansable Esperanza Aguirre, condesa de Murillo y presidenta de la Comunidad de Madrid.

“Nadie me puede negar que somos los empresarios los que creamos empleo”, afirma Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE y liberal cuando le conviene, “y somos los que sabemos que medidas hay que tomar. En este momento es necesaria una reforma laboral y fiscal, es necesario que los empresarios españoles tengan las mismas condiciones generales que tienen los empresarios del resto de Europa para poder competir”.

Ante tanta contundencia y seguridad, la pregunta que cabe hacer a empresarios y condesas es de Perogrullo: ¿A qué están esperando para producir el milagro?


2 comentarios:

  1. El problema es que sí se crea empleo, pero gratis. Con sueldos miserables (400 € por 5 horas de trabajo y una cotización correspondiente al 25% de la jornada completa), se nos hace creer que lo mejor es trabajar aunque se desprecie el pago por este "honrado bien" como si no tuvieramos que abonar los recibos del mes. La mano de obra se ha convertido en esclava, de nuevo: Se habla de regulación del empleo, de modificación de las condiciones pactadas, de traslados de personal, de bajadas del salario, etc. como si los trabajadores fuésemos herramientas o medios de producción sin más objetivo que el bien de la empresa y estuviésemos devaluados con el paso del tiempo. Y ésto no sólo es un problema de la emigración ni por la emigración, sino que ya sucedía antes y ahora se encuentra agravado por una patronal que desea, por encima de todo, el menor coste para un mayor beneficio aunque produzca artículos de baja calidad.
    Salud.

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  2. No diría verdades atribuir en exclusiva este mal a sólo, casual mente, gentes opositoras contra ZP...

    Confesado también lo tiene desde hace ya más de 15 años ese otro partido de lo Psoecialisto, en el que tanta esperanza contra las derechonas de cuya competencia se nos escandalizan... dicen que pongamos, con clara sentencia –negra sobre blanco, impresionada en el BOE- por el inmediato predecesor de la Sra. Salgado, Solbes, vicepresidente de Gobiernos progres y nº2 electoral socialista en Madrid:

    "... La creación del empleo escapa a control directo de la política [...] lo que puede hacer el Gobierno es crear algún entorno macroeconómico, estable; adecuada organización del trabajo; y el sistema fiscal, al objeto de estimular determinadas decisiones individuales [...] Un elemento esencial será la reducción del déficit público, basada en otras del gasto y en una recuperación de los excedentes empresariales que conlleve la moderación salarial..."

    [Gobierno de la Nación del Reino de España, 1993, en el 'Informe Económico y Financiero previo al Proyecto de Ley para Presupuestos Generales del Estado -1994']

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