sábado, 2 de octubre de 2010

"Contadme hoy"


En el post anterior se hacía referencia a quienes la precariedad o el desempleo impiden ejercer el derecho a la huelga. La escritora y colaboradora del periódico Diagonal, María Ángeles Maeso, añade un nuevo capítulo a su ya largo inventario de ciudadanos invisibles. Mejor dicho, de personas invisibles, porque, en una cultura nucleada en torno a la centralidad del trabajo, la precariedad laboral o el desempleo eliminan, de facto, la condición de ciudadanía.



Con permiso de la autora, pese a que todavía no se lo he pedido, reproduzco aquí su personal y desgarradora visión de Los invisibles de la huelga.


"Tened presente el hambre" Miguel Hernández.


Yo, Precario Sanz, sucesivamente despedido y contratado con menos derechos cada vez, también he parado, contadme. El rotundo silencio de este amanecer se ha hecho también con el mío, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Subcontratada Sánchez, peonza de todos los caminos de cuya nómina sorben todos los pistoleros, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Itinerante Ruiz, nómada por doce horas subterráneas, electricista o profesor por cuatro, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Temporera Pérez, que concentro en contratos de dos horas la tarea que debe hacerse en ocho, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Autónomo Gutiérrez, dueño único de mi hambre, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Mínima Bermúdez, mínima seiscientas treinta y tres veces, con treinta céntimos, trabajadora agrícola por todo el día, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Subsidiario González, perceptor de una Beneficencia decimonónica de 420 euros, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Becaria Rodríguez, experta en todas las incertidumbres, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Embargado Rupérez, aplastado por una hipoteca, imposibilitado para el descuento de una jornada de huelga, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Simpapeles García, asistenta que no consta en lugar alguno de trabajo, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Parcial Fernández, expulsado de toda protección social, supérstite humano gracias a contribuciones en especie, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Contadme, el sol, que sale para todos, hoy ha hablado más claro, gracias al rotundo silencio de este amanecer, que también se ha hecho con el mío. Contadme hoy, 29 de septiembre de 2010.



7 comentarios:

  1. Magnífico y emotivo apunte.

    Me gustaría que alguien hiciese llegar a tantos "incontados" la noticia de que muchos nos acordamos de ellos y luchamos sinceramente para que se les oiga.

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  2. Visto que ni los sindicatos ni los partidos políticos de izquierda parece que tengan las ideas claras a como enfrentarse a eso que ahora se llaman LOS MERCADOS (recordais cuando se llamaba EL CAPITAL?), porqué los trabajadores no centramos nuestra acción en algo concreto, en algo que se entienda con claridad, me refiero a la CONCILIACION LABORAL.
    Creo que al hablar de REFORMA LABORAL, nos perdemos, no sabemos, ¿será intencionado? en que mejora lo anterior y ante lo farragoso del conjunto de la misma tomamos la decision de que tanto unos, como los otros, no sirven, no son útiles para los trabajadores.
    Ante esta disyuntiva ¿cual es nuestra reacción?, ¡LA DECEPCION! y ¿a quien beneficia este desapego de los trabajadores a quien deberia de ser sus "portavoces" sindicales y políticoa...
    ¿hace falta que lo diga?
    Aprendamos de los franceses que centran con toda claridad el objetivo en la calle NO A ALARGAR LA JUBILACION. El objetivo está focalizado, no admite dudas y asi se invita a la reivindicacion social.
    Se me ocurre otro objetivo claro de reivindicacion social "compatible con las ORDENES del FMI, la OCDE, las agencias de valoracion, los gurus financieros...." y por tanto con objetivos reales y alcanzables, trabajemos con la CONCIALIACION DE LA VIDA LABORAL y su reflejo en nuevos contratos de trabajo.
    Me parece que no hay peor cosa que tener desorientada a la clase trabajadora y creo que lo está.
    Marquemos con claridad nuestros objetivos y no desanimemos a nuestra "clase" con esloganes que nadie entiende.
    Nano

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  3. Tantos años aprendiendo y luego enseñando, despuès de haber conseguido unos derechos para nosotros y nuestros sucesores, nos hemos descuidado y se nos olvidò que los malos estaban acechando y no pueden consentir que se amplìe a ciudadanos y ciudadanas del mundo el conocimiento, el bienestar...¡No! Todo tiene que ser para el grupo SUPERIOR Y ELEGIDO...
    No van a consentir que los hijos e hijas de las clases obreras y populares, estudien, tengan carreras y conocimiento, adquieran poder y euros, tengan otras propuestas para vivir cuestionando el capitalismo, el abuso...
    ¡No nos van a dejar!
    ¡No descansan!
    ¡Y NOSOTROS TAMPOCO! ¡A POR ELLOS! ¡A SEGUIR LUCHANDO!

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  4. Gracias José Antonio, gracias María Angeles. Es alentador ver escritas en algún sitio estas vidas invisibles, estos dramas sin cartelera.
    Y mientras tanto, seguimos en el país de la "pataleta", en el que todos/as protestamos por todo, pero muy pocos dan un paso hacia adelante y vencen el miedo para transformar la pataleta en reivindicación, en grito que rompa, como decía Labordeta, "este silencio de hierro, que ya no se puede aguantar".
    ¿Hasta cuándo habremos de seguir así? ¿Hasta cuándo nutriremos ese ejército invisible de no-ciudadanos? ¿Hasta cuándo hablarán por nosotros/as quienes no saben, ni conocen, ni han vivido la precariedad, la pobreza, la impotencia del "no-ser" o no existir?

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  5. Suscribo la pregunta de Anuey...
    ¿Hasta cuándo hablarán por nosotros/as quienes no saben, ni conocen, ni han vivido la precariedad, la pobreza, la impotencia del "no-ser" o no existir?

    Pues eso, como decía una pintada:
    nos mean y dicen que está lloviendo.

    Un abrazo: PAQUITA

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  6. La realidad es llana y simple. Aquellos que fueron educados por la barita del capitalismo (USA)hijos de, sobrinos de, etc.., todo queda en familia!
    Tenemos un grave problema, aquellos a los que pagamos, mantenemos, bien por votación, bien porque creemos que firman a favor de lo que dicen que son ( se supone que luchan por la dignidad del trabajador/a y por lo que es del trabajador/a), no sé si me explico. El gran problema es que estamos totalmente pasivas/os tenemos miedo a que? a PERDER EL QUE? Nos lo están quitando todo y les estamos dejando.
    Y yo digo:
    UNOS LLEGARON " DEMOCRACIA", ESTOS PRIMEROS COMPRARON, LOS OTROS PUSIERÓN LA MANO Y (...) ALGO MÁS. Los PRIMEROS, HICIERÓN LEYES Y LOS SEGUNDOS SE OCUPARÓN DE : SER LOS UNICOS Y... DE DECEPCIONAR A LAS/OS TRABAJADORES, mientras tanto consumismo, sociedad del bienestar y ellos (hablo de los de arriba) simplemente Iván haciendo y aquí estamos SIN SABER COMO ESTAR.

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  7. En 1986, durante un curso con Vicente Romano hicimos la cuenta de los persoanjes que conforman el espacio público, es decir los que salen en los media que informan de "toda" la actualidad. A lo largo de un año habían sido protagonistas (mencionados en más de una ocasión por prensa y televisión)... 350 personas. Ese es el espacio público. Los pobres no hablan, cuando se habla de trabajo se ignora a albañiles, transportistas,dependientes y se da por hecho que éste se hace en la oficina (¿qué se administra en estas si no hay trabajo real?).
    Luego, un poco por necesidad y otro por saber de lo que hablaba, acabada la carrera trabajé (o seguí trabajando, ya lo hacía de estudiante)como albañil y carpintero, unos siete añitos. Es curioso como si estás en estas labores, las únicas que permiten que haya excedente (agricultura y minería lo primero, y luego construcción e industria)y haya quien tenga tiempo para escribir, pensar, estudiar, llegar a ser periodista muy leído o médico, ganas una porquería, careces de visibilidad en los medios, no existes como ciudadano. Y cada vez menos: en los ochenta cuando moría un obrero nadie iba al trabajo el día siguiente y los sueldos y horas se pagaban religiosamente. Sabías quien era tu jefe (había pistolas, pero estaban muy mal vistos y era algo indeseable, a eliminar). Hoy el pistolerismo es la norma en todos los sectores.
    Muy buen artículo, demasiada gente no puede ir a la huelga, ni hacerse oir, ni existir.

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