martes, 18 de enero de 2022

Chad: la pobreza ignorada

Poca gente, a primera vista y sin consultar internet, sabría situar Chad sobre el mapa. Desde la perspectiva europea, este país africano, cuya mayor parte de su territorio se extiende por la desértica aridez del Sahara, es irrelevante a nivel internacional. Formalmente constituido como República de Chad es, de hecho, una dictadura militar. Su principal característica es la pobreza generalizada de sus habitantes. Se sitúa en el puesto 187 de los 189 países analizados en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU.  


Geográficamente, pueden distinguirse tres grandes regiones en Chad: la zona desértica del norte, que incluye las montañas del Tibesti; el árido cinturón de Sahel en el centro; y la sabana sudanesa fértil al sur. El lago Chad, del que toma su nombre el país, es el segundo cuerpo de agua más grande de África.

Shaded relief map of Chad, 1991, produced by the U.S. Central Intelligence Agency.

Si ordenamos los países en función de su Índice de desarrollo humano (IDH), Chad se encuentra en el puesto 187 de 189 contemplados en el IDH, que tiene en cuenta tres variables: vida larga y saludable, conocimientos y nivel de vida digno. Por lo tanto, influyen entre otros el hecho de que la esperanza de vida en Chad esté en 54,24 años, su tasa de mortalidad en el 11,91‰ y su renta per cápita sea de 634 € euros anuales.(*)

En contraste con la pobreza generalizada de la mayoría de la población, otra característica de Chad es la de contar con uno de los ejércitos más potentes y experimentados de la región. Experiencia adquirida tanto en las guerras libradas contra Libia y Sudán como en los conflictos internos que periódicamente sacuden al país. Hasta el punto de que el último presidente de la república, Idriss Deby, murió en pleno campo de batalla, en abril de 2021, cuando inspeccionaba sus tropas en el más reciente de los episodios bélicos que son una constante en la historia del Chad. 

Comenzando, en el siglo XIX, por la conquista del territorio a sangre y fuego llevada a cabo por la Misión Voulet-Chanoine enviada por Francia (**) que en 1920 lo incorporó al África Ecuatorial Francesa. En 1960 Chad obtuvo su independencia bajo el liderazgo de François Tombalbaye. En 1965 los levantamientos en contra de sus políticas por parte de las etnias tubu del norte del país culminaron en una larga guerra civil. Así, en 1979 los rebeldes tomaron la capital y pusieron fin a la hegemonía de los cristianos del sur. Sin embargo, los comandantes de los rebeldes permanecieron en una lucha constante entre ellos hasta que Hissène Habré se impuso ante sus rivales, pero en 1990 fue derrocado por su general Idriss Déby.


La economía de Chad depende de la agricultura de subsistencia. Sin embargo, en una de las regiones fértiles del sur, la cuenca de Doba, Logon oriental, hay yacimientos de petróleo. Para obtener la financiación del proyecto extractivo del Banco Mundial, el gobierno se comprometió a emplear el 70 % de los ingresos en la reducción de la pobreza, y de ello el 5% al desarrollo del sur. En 2003 comenzó la producción, el crudo se transporta hasta el puerto de Kribi, en Camerún, por un oleoducto de 1.070 km.

Campo petrolífero de Doba

El petróleo del Chad, cuyo proyecto de extracción había despertado grandes esperanzas para el desarrollo del país acabó convertido en una pesadilla que ha transformado el paraíso en infierno. La explotación del crudo ha destruido el sistema de producción de los habitantes de la zona, privando a los agricultores de sus medios de subsistencia, contaminando las aguas, suelos y aire, dividiendo a la población y sembrando la desesperanza sobre todo en los jóvenes. Las promesas hechas por las compañías y el gobierno no se han cumplido, ni las condiciones de vida de 10 millones de chadianos ni los servicios públicos han mejorado.(***)

Entre las grandes carencias de los servicios públicos se encuentra los de salud. En las zonas expuestas a la radiación solar, las enfermedades oculares suelen tener gran incidencia. Pero para los afectados por ellas no hay otra esperanza de curación que la remota posibilidad de ser atendidos por los oftalmólogos voluntarios que acuden desde Europa.

El oscense Enrique Ripoll es uno de ellos: "Las personas que no pueden ver en Chad, prácticamente no viven", dice este voluntario de la Fundación Ilumináfrica que periódicamente envía equipos a este país para atender a los afectados enfermedades oculares. Algunas de ellas, como la triquiasis o el tracoma, que desaparecieron en Europa hace años, allí marcan la vida de las personas. Algo tan simple como la graduación de la vista y unas gafas, les cambia su perspectiva, ya que, para ellos, "la vista es la vida". 

Ripoll recuerda el relato de una mujer que padecía una patología ocular incurable. Tras comunicárselo, una monja que le acompañaba le hizo entender al oscense que la situación era más grave de lo que creía. "Su marido ahora la devolverá, porque para él no sirve, y sus padres la dejarán en un rincón, porque tampoco les hace falta". 

Al autor de este blog, que hace años realizó un viaje por las regiones saharianas de Chad (descrito aquí) el asunto oftalmológico le interpela personalmente por haber sufrido sendos desprendimientos de retina en ambos ojos. Soy plenamente consciente de que si yo fuera un chadiano del montón hoy estaría ciego. Sin embargo, en España, en los dos severos episodios pude ser intervenido con éxito por el Dr. Ramón García Cruz, un competente oftalmólogo de los servicios públicos de Salud de Madrid. Servicios que hoy se encuentran cada vez más deteriorados por las agresivas políticas contra lo público del Partido Popular. 

Lo primero que hay que reconocer es que, comparado con la existencia cotidiana de la mayoría de la gente africana, vivir en la órbita del Estado del Bienestar europeo es un privilegio a escala global. Reconocimiento que no tiene que ir aparejado con ningún complejo de culpabilidad sino con la firme reivindicación de un derecho, como es el derecho a la salud, que aspiro a que se convierta en universal. Es la primera formulación del imperativo categórico kantiano o 'regla de oro' de la ética: Actúa de tal modo que puedas igualmente querer que tu máxima de acción se vuelva una ley universal.


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(*) El Índice de desarrollo humano (IDH) es un importante indicador del desarrollo humano que elabora cada año Naciones Unidas. A diferencia de los que exclusivamente medían el desarrollo económico de un país, analiza la salud, la educación y los ingresos. 

(**) La Misión África Central-Chad, conocida como Misión Voulet-Chanoine, fue una expedición francesa de conquista colonial de Chad, dirigida desde enero de 1899, por los capitanes Paul Voulet y Julien Chanoine. Marcada por numerosas masacres y por la pérdida total delcontrol de las autoridades francesas sobre los dos oficiales, esta sangrienta expedición constituye un ejemplo paroxístico de la violencia ligada a las conquistas coloniales. Este episodio de una conquista colonial enloquecida inspiró a Joseph Conrad para escribir su obra maestra: El corazón de las tinieblas, ambientada en la cruel explotación de los recursos del Congo por la compañía particular del rey Leopoldo de Bélgica. 

(**) La mayor parte de las aldeas de la región de Doba tenían una buena producción agrícola. Las familias tenían sus bueyes, carros, bicicletas y un techo de chapa en sus casas. Hoy la prosperidad no es más que un recuerdo y las más de 4.000 familias afectadas han quedado abandonadas a su suerte. El Consorcio de explotación de ESSO ha adquirido más del 60 % del espacio cultivable de la zona para sus múltiples instalaciones que han superado con mucho las previsiones. Las infraestructuras petroleras ocupan superficies cultivables y reducen el espacio vital de la población. Se entremezclan los campos de cultivo con las infraestructuras petroleras. En 25 pueblos, hay un total de 1.112 pozos, 27 colectores, 6 unidades de recogida y 34 canteras. Las poblaciones han sido desplazadas; la superficie cultivable muy disminuida; los pueblos se han quedado enclavados en medio de las instalaciones petroleras. Los lugares sagrados han sido desacralizados. Sabana, bosques, ciénagas y terrenos en barbecho de más de un año son captados sin ninguna compensación.

Los campesinos ya no pueden practicar el barbecho, con lo que la tierra se agota y la producción disminuye. Además, sus movimientos quedan muy restringidos dentro de su propia tierra (prohibición de salir por las noches) a causa de la vigilancia de las instalaciones petroleras. Pese a las numerosas líneas de alta tensión que recorren la región, los pueblos y las aldeas no tienen electricidad e incluso las grandes ciudades están con frecuencia a oscuras. Camiones cisterna llenos de agua circulan continuamente, pero los pueblos no tienen agua potable. Informe Umoya 






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