En varias localidades españolas, comienzan a formarse pequeños núcleos de organización de las personas en situación de desempleo. Que celebran asambleas y concentraciones públicas, reivindicando una mayor protección en la situación de desamparo social en que se hallan. La respuesta a estas convocatorias es todavía muy discreta, para nada comparable con el lleno hasta la bandera que se produjo hace poco en el estadio Santiago Bernabéu para presentar a un futbolista. Estadísticamente, entre los 80.000 espectadores tuvo necesariamente que haber varios miles de personas en paro.
El domingo 31 de mayo, cerca de 400 personas participaron en la marcha realizada desde Molina de Segura hasta Murcia para reivindicar medidas contundentes contra la crisis y empleo estable y de calidad. Por su parte, la Assemblea de treballadores i treballadors en atur de Barcelona, que convoca todos los martes a las 11 horas una concentración en la plaza Sant Jaume, ha llegado a ocupar el edificio del Ayuntamiento en la plaza Sant Miquel. Ocupación que se efectuó entrando en tromba y de forma sorpresiva para los guardias urbanos que custodiaban el edificio.
También se han registrado acciones en ciudades andaluzas, como Sevilla o Sanlucar de Barrameda. En esta última localidad, la Asamblea de trabajador@s en paro, convocó el pasado jueves 9 de julio una manifestacion desde la plaza del Cabildo.
En otros puntos, como en la madrileña localidad de Fuenlabrada, los desempleados se han constituido como asociación, y periódicamente recorren las calles de su localidad para conseguir apoyo y concienciar a sus vecinos. Esta asociación, unida a las formadas en Marbella, Mijas, Badajoz, Gijón, Valencia, Colmenar Viejo, Pinto, Fuenlabrada, Cádiz y A Coruña han unido sus fuerzas para crear una Plataforma Nacional de Asociaciones de Parados.
Como es de esperar, la canícula veraniega se encargará de atenuar estos todavía tímidos intentos de movilización, aunque sus organizadores confían en relanzarlos con fuerza tras el período estival.
En cualquier caso, estas convocatorias, efectuadas a base de mucho esfuerzo por parte de quienes las organizan, no reciben una respuesta masiva por parte de la población desempleada. Esto contrasta con el éxito de otras convocatorias de masas, como la realizada, el pasado 6 de julio, en el estadio Santiago Bernabéu, de Madrid, para presentar al futbolista Cristiano Ronaldo. Un fichaje estrella para el equipo de fútbol del Real Madrid, por el que se ha pagado una cantidad que resulta obscena en tiempos de crisis.
Cerca de 80.000 espectadores abarrotaron el estadio para presenciar, no una exhibición deportiva, sino simplemente la presentación de un jugador que salió al campo de fútbol a recibir los aplausos de la afición. Un acto realizado con gran despliegue de recursos escénicos. Entre los asistentes al estadio tenía que haber forzosamente gran número de desempleados. Varios millares, según la estadística, y sin barreras económicas, puesto que la entrada era gratis.
Según el escritor inglés, David Winner, no existe ningún fenómeno que ejerza más fascinación global que este deporte. "El fútbol está llenando el vacío cultural que ha dejado la religión", dice Winner. Las religiones clásicas pierden seguidores en el mundo industrializado. Los mayores niveles de información llevan a la gente a ser conscientes de que no existe seguridad científica acerca de si hay recompensa después de la muerte, mientras que en el fútbol, los resultados se ven en tiempo real, en el planeta Tierra.
A lo que dices de si hubo parados en el show del cristianismo (que fue gratis, por cierto) mira atentamente esta foto, a ver si los distingues:
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