Millares de pequeñas y medianas empresas han cerrado en España desde que empezó la crisis. Uno de los mayores escollos para continuar con su actividad ha sido el cierre del grifo del crédito por parte de la banca. Algo parecido ocurre en el ámbito familiar, donde prácticamente no se conceden préstamos o hipotecas. Sin embargo, el ex ministro y ex presidente del Gobierno Balear Jaume Matas, imputado por un juez por el presunto delito de enriquecerse de forma ilícita, ha obtenido el credito necesario para presentar ante el juzgado los tres millones de euros de fianza que le han evitado ir la cárcel. ¿Saben cuántos microcréditos habrían podido concederse con esa suma a los emprendedores de los países pobres?
Durante los dos primeros meses de 2010, 15.566 pequeñas empresas se han dado de baja de los ficheros de la Seguridad Social por falta de actividad, lo que supone que cada día cierran 264 empresas. Desde que comenzó la crisis, unas 141.000 empresas han desaparecido.
Uno de los mayores escollos con los que han topado las pequeñas y medianas empresas para continuar con su actividad ha sido el cierre del grifo del crédito por parte de la banca. Conseguir liquidez para afrontar nuevos proyectos, expandirse, pagar o refinanciar deudas es uno de los problemas a los que se enfrentan a diario numerosas empresas españolas. Grandes, medianas y pequeñas. De todos los sectores, sin distinción. La falta de recursos económicos unida al fuerte deterioro económico y del consumo, han llevado a muchas de estas compañías a echar el cierre.
Y lo mismo sucede en el ámbito familiar. En los años de bonanza, los bancos y cajas concedían a casi cualquier cliente una hipoteca por el 100% del valor de la vivienda que pretendía comprar. Y de paso, le ofrecían dinero para hacer un viaje o reformar el piso. Con lo que muchísima gente se endeudó por encima de sus posibilidades. Pero a raíz de la crisis, los bancos cerraron también el crédito a los particulares. Una situación que sufren especialmente los jóvenes, aprisionados dentro de un círculo vicioso: no encuentran empleo, y si lo encuentran es precario en sus condiciones, indecente en el salario y temporal en su alcance. En estas condiciones, los bancos no les van a conceder un préstamo, con lo cual no se pueden emancipar y siguen condenados a vivir dentro del hogar paterno. Condenando de paso a sus progenitores a alimentar y aguantar a sus ya nada tiernos retoños sine die.
Esta situación contrasta con la de Jaume Matas, imputado por un juez en un proceso que trata de averiguar la procedencia de unos ingresos desorbitados que le permitieron amasar --por medios presuntamente ilícitos-- una considerable fortuna durante el tiempo que estuvo en el cargo de presidente del Gobierno de la Comunidad Balear. Las sospechas del juez son tan graves, que impuso al ciudadano Matas una fianza de tres millones de euros si quería evitar entrar en prisión preventiva.
Esta cantidad, que para la mayoría de asalariados de este país, sería impensable reunir, resulta una minucia para el ciudadano Matas. Quien depositó la cantidad en la medianoche del miércoles, 24 horas antes del plazo exigido por el magistrado José Castro. La operación se efectuó a través de 1,5 millones de euros procedentes del Banco de Valencia y otros 1,5 millones transferidos por Caja de Arquitectos.
Fuentes cercanas a los gestores de la operación subrayaron a El Confidencial que el ex líder del PP en Baleares presentó garantías personales e hipotecarias "suficientes" que superan ampliamente el importe del crédito.
Una operación de presunto apalancamiento presuntamente perfecta: el dinero para evitar la cárcel ante la sospecha de poseer dinero ilícito, procede de los bienes presuntamente comprados con ese presunto dinero ilícito. Y perdonen la redundancia de tantos ‘presuntos' en un párrafo, pero es que a un ciudadano de a pie, la Justicia le puede buscar las vueltas por no haber respetado la presunción de inocencia que tiene todo ciudadano, aunque apeste a chorizo, que no es precisamente presunto portugués. Hablo de la Justicia española, naturalmente, esa misma que ha dejado irse de rositas a notorios defraudadores y corruptos por defectos de forma procedimental.
A todo esto, la Reina Sofía ha participado en la Cumbre Regional del Microcrédito para África y Oriente Medio, en Kenia. La consorte del Jefe del Estado español se ha declarado firme defensora de este sistema de microfinanzas como instrumento útil para mejorar las condiciones de vida de millones de personas sin recursos. Un sistema preconizado por el economista Muhammad Yunus, un banquero y economista de Bangladesh promotor del concepto de microcrédito, galardonado con el Nobel de la Paz.
Yunus considera a la Reina Sofía "la mejor embajadora de los microcréditos en el mundo". Con tal liderazgo, España ha concedido dos millones de estos pequeños préstamos en los últimos doce años, por valor de más de 600 millones de euros. A la vista de la eficacia financiera de Matas, deberían haber pedido su colaboración.
Uno de los mayores escollos con los que han topado las pequeñas y medianas empresas para continuar con su actividad ha sido el cierre del grifo del crédito por parte de la banca. Conseguir liquidez para afrontar nuevos proyectos, expandirse, pagar o refinanciar deudas es uno de los problemas a los que se enfrentan a diario numerosas empresas españolas. Grandes, medianas y pequeñas. De todos los sectores, sin distinción. La falta de recursos económicos unida al fuerte deterioro económico y del consumo, han llevado a muchas de estas compañías a echar el cierre.
Y lo mismo sucede en el ámbito familiar. En los años de bonanza, los bancos y cajas concedían a casi cualquier cliente una hipoteca por el 100% del valor de la vivienda que pretendía comprar. Y de paso, le ofrecían dinero para hacer un viaje o reformar el piso. Con lo que muchísima gente se endeudó por encima de sus posibilidades. Pero a raíz de la crisis, los bancos cerraron también el crédito a los particulares. Una situación que sufren especialmente los jóvenes, aprisionados dentro de un círculo vicioso: no encuentran empleo, y si lo encuentran es precario en sus condiciones, indecente en el salario y temporal en su alcance. En estas condiciones, los bancos no les van a conceder un préstamo, con lo cual no se pueden emancipar y siguen condenados a vivir dentro del hogar paterno. Condenando de paso a sus progenitores a alimentar y aguantar a sus ya nada tiernos retoños sine die.
Esta situación contrasta con la de Jaume Matas, imputado por un juez en un proceso que trata de averiguar la procedencia de unos ingresos desorbitados que le permitieron amasar --por medios presuntamente ilícitos-- una considerable fortuna durante el tiempo que estuvo en el cargo de presidente del Gobierno de la Comunidad Balear. Las sospechas del juez son tan graves, que impuso al ciudadano Matas una fianza de tres millones de euros si quería evitar entrar en prisión preventiva.
Esta cantidad, que para la mayoría de asalariados de este país, sería impensable reunir, resulta una minucia para el ciudadano Matas. Quien depositó la cantidad en la medianoche del miércoles, 24 horas antes del plazo exigido por el magistrado José Castro. La operación se efectuó a través de 1,5 millones de euros procedentes del Banco de Valencia y otros 1,5 millones transferidos por Caja de Arquitectos.
Fuentes cercanas a los gestores de la operación subrayaron a El Confidencial que el ex líder del PP en Baleares presentó garantías personales e hipotecarias "suficientes" que superan ampliamente el importe del crédito.
Una operación de presunto apalancamiento presuntamente perfecta: el dinero para evitar la cárcel ante la sospecha de poseer dinero ilícito, procede de los bienes presuntamente comprados con ese presunto dinero ilícito. Y perdonen la redundancia de tantos ‘presuntos' en un párrafo, pero es que a un ciudadano de a pie, la Justicia le puede buscar las vueltas por no haber respetado la presunción de inocencia que tiene todo ciudadano, aunque apeste a chorizo, que no es precisamente presunto portugués. Hablo de la Justicia española, naturalmente, esa misma que ha dejado irse de rositas a notorios defraudadores y corruptos por defectos de forma procedimental.
A todo esto, la Reina Sofía ha participado en la Cumbre Regional del Microcrédito para África y Oriente Medio, en Kenia. La consorte del Jefe del Estado español se ha declarado firme defensora de este sistema de microfinanzas como instrumento útil para mejorar las condiciones de vida de millones de personas sin recursos. Un sistema preconizado por el economista Muhammad Yunus, un banquero y economista de Bangladesh promotor del concepto de microcrédito, galardonado con el Nobel de la Paz.
Yunus considera a la Reina Sofía "la mejor embajadora de los microcréditos en el mundo". Con tal liderazgo, España ha concedido dos millones de estos pequeños préstamos en los últimos doce años, por valor de más de 600 millones de euros. A la vista de la eficacia financiera de Matas, deberían haber pedido su colaboración.
Comunicado de hoy...
ResponderEliminar* abril 12, 2010. Aguirre: la rebelión de la condesita Pepis... (+ Cive Pérez)
(Publicado por Cive Pérez el viernes 12 de marzo de 2010. PAQUITA)
carnetdeparo.blogspot.com/ (...)
Pues eso, que hoy he republicado tu texto de la "srta."
En cuanto a los créditos y los Bancos...
La banca nacional daba "hipotecas" por encima del "valor hipotecario del inmueble" en cuestión con le engañifla de dar acceso, simultáneamente, a todos los gastos inherentes a la operación, muebles incluidos.
Besitos: PAQUITA
Primera vez que hago esto, o al menos no recuerdo.
ResponderEliminarHe publicado dos textos tuyos en días consecutivos, cuando normalmente dejo transcurrir, al menos, un mes.
* abril 13, 2010. El arte de caminar... (+ Cive Pérez)
Publicado por Cive Pérez en sábado 3 de abril de 2010 carnetdeparo.blogspot.com (...)
... Bien está, no hay mal en ello.
Se me puede aplicar la paradoja de... "tener que realizar cientos de kilómetros en automóvil, para andar... "
Buen, mojado día. PAQUITA
Por esa contradicción de usar el coche para llegar al punto de la excursión pasamos todos. Pero debemos reconocerla para, en la medida de lo posible, procurar, primero, llenar los coches. Segundo, ya que se emprende el viaje, sacarle el máximo partido con estancias largas. En fin, es una reflexión, no una norma fundamentalista.
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