No teman los comerciantes que tienen sus puestos de frutas y hortalizas, carnes y pescados en los mercados de abastos, ni los vendedores de adornos navideños de la madrileña Plaza Mayor, que contra ellos no va este llamamiento. Ni contra los coloristas souks africanos. Los mercados a los que hay que atacar son los financieros, comenzando por su cara más visible: la banca. No se trata de un capricho ideológico, sino de mera supervivencia. Son estos mercados los que plantean que se recorte la protección social y son los gobiernos los que ceden a tan vil exigencia. Entonces, a los ciudadanos no nos queda más remedio que recurrir a una acción tan directa como no violenta: retirar nuestro dinero de los bancos el próximo 7 de diciembre.
Nunca he visto un titular de prensa tan patético como el utilizado por el diario El País (26/11/10): España saca toda su artillería para aplacar a los mercados para contar que "el Gobierno ha sacado hoy toda la artillería pesada para hacer frente al acoso de los mercados y aplacar a los inversores que apuestan a que España acabará cayendo por el mismo agujero que, hasta la fecha, se ha tragado a Grecia e Irlanda. En un contraataque por tierra, mar y aire -en el plano dialéctico, financiero y en el de las cuentas públicas-, el Ejecutivo ha anunciado novedades para aumentar la transparencia de la banca; ha puesto de relieve la resistencia de la deuda del Estado y ha valorado el cumplimiento del programa de recorte de déficit para asegurar que, pese a la presión que está sufriendo, España no necesitará ser rescatada y mantiene la confianza, si bien no de todo, de una parte de los mercados."
El periódico debería recordar que la artillería no se saca para aplacar, sino para aplastar al contrario (ablandar el terreno, según el eufemismo militar). ¿Recuerdan los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia que duraron desde el 24 de marzo hasta el 10 de junio de 1999. En aquella operación de castigo se usaron 1.000 aeronaves operando desde bases situadas en Italia y portaaviones en el Mar Adriático. Los misiles más usados fueron los tomahawks, lanzados desde aeronaves, barcos y submarinos. Durante las diez semanas que duró el conflicto bélico los aviones de la OTAN realizaron 38.000 misiones de combate.
Eso es un ejemplo de cómo sacan la artillería los Estados cuando les conviene. Pero, aparte de lo ridículo del mentado titular, la verdadera cuestión que hay que plantear es la de por qué los Estados cuya deuda pública se encuentra amenazada por los mercados no les plantan cara haciendo uso de los poderosos medios de que disponen. Pues los mercados no son ectoplasmas, manos invisibles u otras potencias ultraterrenas e intangibles. Los mercados a los que se trata de aplacar, no con artillería sino con vergonzosos actos de vasallaje, son el gran agregado monetario constituido por los fondos de pensiones y de inversión donde, quienes pueden permitírselo, depositan sus ahorros, convirtiéndose en los principales acreedores de las deudas soberanas.
Resulta dramáticamente irónico que los fondos de pensiones que se constituyen con el ahorro de los trabajadores de unos países se destinen a precarizar la situación de los pensionistas de otros países. Y es que, en la práctica, el capital no tiene rostro: está diluido en esos pequeños e invisibles corpúsculos denominados "acciones" o "fondos de inversión". A través de los complejos mecanismos inventados por los gestores de los mercados financieros, esos corpúsculos van cambiando de manos y de forma.
Conforme a la lógica del mayor beneficio, los gestores de estos patrimonios no los administran atendiendo a criterios sociales. Persiguiendo la mayor rentabilidad del fondo canalizan el ahorro hacia las Bolsas de valores. De manera que el ahorro ya no se destina a respaldar industrias productivas, sino que, en buena parte, se convierte en materia de especulación. Y sus gestores, los bancos y sus agencias, son los que se están cebando sobre los títulos de la deuda soberana del Estado español.
Una vez que hemos comprobado que, por desgracia, los Estados no están dispuestos a combatir al poder financiero, sino a aplacar sus continuas exigencias de recortes de la protección social, nos nos dejan a los ciudadanos otra salida que la de la acción directa.
No se entienda esto como una llamada a la ruptura de lunas de las sucursales bancarias, un acto de vandalismo propio de cerebros primarios que actúan a impulsos de la herencia recibida de los reptiles: el hipotálamo. Entiéndase como un acto consciente de represalia no violenta, que se sustancia en la retirada de las cajas bancarias de nuestro dinero. "Es normal que la gente decente se plantee sacar su dinero de bancos que lo usan para hundir a las economías y extorsionar a los gobiernos", afirma el catedrático de Economía, Juan Torres López.
Una medida en este sentido es la propuesta del conocido futbolista Eric Cantona, que ha convocado en Francia, con vocación mundial, un movimiento popular para retirar el dinero de los bancos el próximo día 7 de diciembre de 2010.
Si esto se hiciera masivamente, los bancos no tendrían liquidez suficiente para devolver los depósitos a sus clientes porque la banca occidental opera con un sistema llamado de reservas fraccionarias. Esto significa que de todo el dinero que ingresa un cliente sólo conserva alrededor del 2% más algunos porcentajes adicionales dependiendo de la regulación de cada país). Retirar el conjunto de depósitos resulta engorroso para la mayoría de la gente, pero retirar al menos el saldo de la cuenta corriente con el dinero de la nómina, pensión o subsidio por desempleo, y pagar nuestros gastos en metálico, ya significaría un primer toque de atención a los bancos para que vayan pensando en pagar lo que deben a la sociedad.
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Dos premios Nobel de Economía piden que se meta en la cárcel a los banqueros
Economistas como Joseph Stiglitz y George Akelof vienen diciendo durante los últimos meses y en repetidas ocasiones que "es imposible resolver la crisis económica sin que los criminales que cometieron el fraude estén en la cárcel".
El Nobel de economía George Akerlof ha criticado que no se castigue a los delincuentes de cuello blanco y que se facilite con las nuevas medidas económicas las condiciones para comenter este tipo de delitos, lo que provocará mayor destrucción de la economía en el futuro.
El también Nobel de Economía Joseph Stiglitz denuncia que el sistema está diseñado para fomentar ese tipo de cosas, y que las personas que han tenido la mayor responsabilidad en la situación actual no están siendo sancionados, y aunque se les multara con un 5% o 10% de las ganancias que han obtenido, seguirían viviendo en sus lujosas casas y con sus cientos de millones de dólares.
"El sistema está diseñado para que si te pillan, la multa sea sólo un número muy pequeño comparado con el fraude cometido. Es como una multa de aparcamiento, a veces tomas la decisión de aparcar en un sitio a sabiendas de que podrían ponerte una multa", señala el premio Nobel, que asegura que habría que meter a muchos de los responsables en la cárcel".
"¿Vamos a confiar en quienes nos metieron en esta situación para sacarnos de ella? Ellos reconocen que no han hecho bien las cosas pero que su comprensión de la situación es buena. Si creen esto, estamos en un lío, lo siento"
El periódico debería recordar que la artillería no se saca para aplacar, sino para aplastar al contrario (ablandar el terreno, según el eufemismo militar). ¿Recuerdan los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia que duraron desde el 24 de marzo hasta el 10 de junio de 1999. En aquella operación de castigo se usaron 1.000 aeronaves operando desde bases situadas en Italia y portaaviones en el Mar Adriático. Los misiles más usados fueron los tomahawks, lanzados desde aeronaves, barcos y submarinos. Durante las diez semanas que duró el conflicto bélico los aviones de la OTAN realizaron 38.000 misiones de combate.
Eso es un ejemplo de cómo sacan la artillería los Estados cuando les conviene. Pero, aparte de lo ridículo del mentado titular, la verdadera cuestión que hay que plantear es la de por qué los Estados cuya deuda pública se encuentra amenazada por los mercados no les plantan cara haciendo uso de los poderosos medios de que disponen. Pues los mercados no son ectoplasmas, manos invisibles u otras potencias ultraterrenas e intangibles. Los mercados a los que se trata de aplacar, no con artillería sino con vergonzosos actos de vasallaje, son el gran agregado monetario constituido por los fondos de pensiones y de inversión donde, quienes pueden permitírselo, depositan sus ahorros, convirtiéndose en los principales acreedores de las deudas soberanas.
Resulta dramáticamente irónico que los fondos de pensiones que se constituyen con el ahorro de los trabajadores de unos países se destinen a precarizar la situación de los pensionistas de otros países. Y es que, en la práctica, el capital no tiene rostro: está diluido en esos pequeños e invisibles corpúsculos denominados "acciones" o "fondos de inversión". A través de los complejos mecanismos inventados por los gestores de los mercados financieros, esos corpúsculos van cambiando de manos y de forma.
Conforme a la lógica del mayor beneficio, los gestores de estos patrimonios no los administran atendiendo a criterios sociales. Persiguiendo la mayor rentabilidad del fondo canalizan el ahorro hacia las Bolsas de valores. De manera que el ahorro ya no se destina a respaldar industrias productivas, sino que, en buena parte, se convierte en materia de especulación. Y sus gestores, los bancos y sus agencias, son los que se están cebando sobre los títulos de la deuda soberana del Estado español.
Una vez que hemos comprobado que, por desgracia, los Estados no están dispuestos a combatir al poder financiero, sino a aplacar sus continuas exigencias de recortes de la protección social, nos nos dejan a los ciudadanos otra salida que la de la acción directa.
No se entienda esto como una llamada a la ruptura de lunas de las sucursales bancarias, un acto de vandalismo propio de cerebros primarios que actúan a impulsos de la herencia recibida de los reptiles: el hipotálamo. Entiéndase como un acto consciente de represalia no violenta, que se sustancia en la retirada de las cajas bancarias de nuestro dinero. "Es normal que la gente decente se plantee sacar su dinero de bancos que lo usan para hundir a las economías y extorsionar a los gobiernos", afirma el catedrático de Economía, Juan Torres López.
Una medida en este sentido es la propuesta del conocido futbolista Eric Cantona, que ha convocado en Francia, con vocación mundial, un movimiento popular para retirar el dinero de los bancos el próximo día 7 de diciembre de 2010.
Si esto se hiciera masivamente, los bancos no tendrían liquidez suficiente para devolver los depósitos a sus clientes porque la banca occidental opera con un sistema llamado de reservas fraccionarias. Esto significa que de todo el dinero que ingresa un cliente sólo conserva alrededor del 2% más algunos porcentajes adicionales dependiendo de la regulación de cada país). Retirar el conjunto de depósitos resulta engorroso para la mayoría de la gente, pero retirar al menos el saldo de la cuenta corriente con el dinero de la nómina, pensión o subsidio por desempleo, y pagar nuestros gastos en metálico, ya significaría un primer toque de atención a los bancos para que vayan pensando en pagar lo que deben a la sociedad.
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Dos premios Nobel de Economía piden que se meta en la cárcel a los banqueros
Economistas como Joseph Stiglitz y George Akelof vienen diciendo durante los últimos meses y en repetidas ocasiones que "es imposible resolver la crisis económica sin que los criminales que cometieron el fraude estén en la cárcel".
El Nobel de economía George Akerlof ha criticado que no se castigue a los delincuentes de cuello blanco y que se facilite con las nuevas medidas económicas las condiciones para comenter este tipo de delitos, lo que provocará mayor destrucción de la economía en el futuro.
El también Nobel de Economía Joseph Stiglitz denuncia que el sistema está diseñado para fomentar ese tipo de cosas, y que las personas que han tenido la mayor responsabilidad en la situación actual no están siendo sancionados, y aunque se les multara con un 5% o 10% de las ganancias que han obtenido, seguirían viviendo en sus lujosas casas y con sus cientos de millones de dólares.
"El sistema está diseñado para que si te pillan, la multa sea sólo un número muy pequeño comparado con el fraude cometido. Es como una multa de aparcamiento, a veces tomas la decisión de aparcar en un sitio a sabiendas de que podrían ponerte una multa", señala el premio Nobel, que asegura que habría que meter a muchos de los responsables en la cárcel".
"¿Vamos a confiar en quienes nos metieron en esta situación para sacarnos de ella? Ellos reconocen que no han hecho bien las cosas pero que su comprensión de la situación es buena. Si creen esto, estamos en un lío, lo siento"
Ciudadano, ¿no estás indignado por la última extorsión de los malditos mercados? La supresión del subsidio de desempleo de 426 euros es un atentado intolerable contra las personas más desfavorecidas. ¿Es que nadie va a reaccionar?
ResponderEliminarLos sindicatos no dicen nada, parece que no haya acusado el golpe... Digo yo que Attac, ahora que anda en tratos con ellos por el asunto del ITF, bien les podía mandar recado de que esta situación concreta (dentro de la guerra general) clama especialmente al cielo y hay que salir a la calle, ¡PERO YA!
Francamente, me estoy cabreando mucho. Y doy por supuesto que tú también.
Un cordial saludo.
En efecto estoy no sólo indignado, también preocupado e involucrado a título personal. Coincido contigo en que Attac debería 'mandar recado' porque la propuesta del Impuesto a las Transacciones Finacieras, que por supuesto suscribo, es una reivindicación a medio plazo. Mientras que la precariedad en el trabajo es una realidad aquí y ahora. No he escrito nada al respecto todavía porque soy lento para todo, incluida la actualización del blog. Pero esta mañana he expuesto mi opinión en el programa 'La visión del día, en Radio Klara.
ResponderEliminarhttp://www.radioklara.org/spip/spip.php?rubrique3,
Vuelvo de nuevo por aquí, Cive. He leído el comentario de Anónimo y me parece fundamental que se meta en un paquete las revindicaciones varias en una acción clara junto a todos los sindicatos, incluyo el de cultura e intelectuales, actores, periodistas, técnicos de tv y cine, músicos...porque me da la sensación que no hay una unidad en la convocatoria de acciones a seguir.
ResponderEliminarSe sabe la de retirar el dinero de los bancos, y poco más.
Seguramente no daís a basto pero teneis un presidente que se mueve mucho entre los sindicatos y es necesario, a mi leal entender, que se vuelvan a coordinar todos ellos. Entre los jóvenes ,observo que hay muchos que están deseando moverse y en sintonía con attac desde facebook, por tanto, con mis respetos hacia tu lentitud comencemos a planificar.
No alcanzo a comprender cual seria el beneficio para la sociedad de sacar el dinero del banco o llevar a la cárcel a los banqueros , mas bien creo que el beneficiado seria el sistema, pues así quizás se lavase la cara, viendo de quien parten las propuestas es lógico que se quiera mantener el libre mercado a cualquier precio, pero los banqueros lo que han hecho es seguir fielmente la lógica del mercado, obtener el máximo beneficio en el menor tiempo, pueden haber aflojado los corsés que los oprimían en alguna ocasión, visto con los ojos de un liberal , el culpable no es el que rompe los corsés, sino el que los coloca.
ResponderEliminarpsss..pues y estoy de acuerdo en que si sacásemos el dinero de los bancos éstos se hunden...el problema es ¿qué viene después? El capitalismo está tan incrustado en la sociedad que todo tiene un efecto dominó...la cuestión es no realizar acciones aisladas sino actuar a medio plazo para cambiar la sociedad y eso nos involucra a todos no solo a la banca.
ResponderEliminar¿Hundir, castigar...?
ResponderEliminarVale, bien: estamos hartos, estamos preocupados, clamamos venganza... pero no es esto.
Por ceñirme al caso propuesto: tenemos que sacar el dinero de los bancos SI ESO CAMBIA ALGO. Está bien que algunos quieran/queramos "dar una lección", pero a mi modo de ver la duda no es si este es el modo de dar una lección, sino de si eso es útil o no al objetivo: CAMBIAR EL MUNDO. Hacer un mundo más humano no es una utopía. Es tan ilusorio como hacer un mundo deshumanizado. El caso es que "deshumanizar el mundo" resultó muy fácil.
Yo no propongo que dejemos de lado propuestas como la de retirar el dinero de los bancos una fecha concreta. Probablemente a los partidos políticos existentes hoy (que son la realidad con la que nos encontramos) sí le sirva como medida de atención. Y no me opongo porque entiendo que para muchos sería un desahogo, sería como gritar: ¡con mi dinero no!
Pero no puede ser nuestro objetivo hundir a nadie. No se vosotros, pero yo no quiero hundir a la banca, ni a las grandes empresas, ni a los gobiernos... Quiero una banca humana, quiero una actividad económica y productiva humana y quiero gobiernos que mejoren las condiciones de vida del conjunto de sus ciudadanos.
Por eso propongo continuar con las iniciativas que no van dirigidas especificamente contra nada, sino a construir. Considero a la Tasa Tobbin un claro ejemplo de ello, ya que su objetivo no es castigar a los capitales especulativos, sino dar a la especulación un límite objetivo que le dé cauces, y darle un valor social. La no regulación no es neutra. Si no se limita una actividad, y su ejercício reporta un beneficio, lo natural es que se ejecute esa actividad. El niño es feliz tirando la comida al suelo: !hay tanta en el plato, no se ve el fin¡ Pero nosotros sabemos que sí hay fin, y que la comida tiene un precio, y que cuesta producirla, y que existe competencia por la comida... El niño se tomaría todos los dulces: ¡están tan ricos, y ¿quién sabe si habrá más dulces mañana?! Pero nosotros sabemos que el niño se empachará y enfermará. Nosotros sabemos que hay que educar la niño: hay que darle límites, los necesita para no tirar toda la comida y quedarse sin comer, los necesita para que a la tarde no le duela la barriga de tanto dulce. No hay ningún problema en que se especule, sino en que no se pongan límites. Por eso hay que continuar ideando soluciones con vocación de regulación positiva, hay que reformular el Contrato Social en términos actuales, porque nosotros ya sabemos que existen otros problemas en la convivencia y en las organizaciones humanas que no pudieron solucionar las generaciones precedentes. Tenemos que tomar nuestra propia Bastilla, la del Siglo XXI. En muchos Estados las generaciones que nos precedieron nos facilitaron la libertad, pero no acabamos de decidirnos a usarla. La libertad es tambien la libertad de acordar límites al apetito desmedido y atrevernos a cambiar las cosas. SOMOS CIUDADANOS, podemos decidir cambiar las reglas y debemos elegir representantes que lo hagan. No para castigar a nadie: para premiarnos a todos con un mundo mejor. Elijamos a quien proponga una tasa para las transacciones financieras, para quien proponga limitar la negociación con títulos ajenos,
para quien proponga establecer límites a la transmisibilidad de las acciones, para quién proponga modificar la regulación de los instrumentos de inversión colectiva...
Podemos soñar con ser individuos libres solo si libremente hemos acordado límites que nos lo permitan.
Al último comentarista me gustaría preguntarle si le parece recomendable ser clemente con el verdugo que pretende ajusticiarnos, sin cree desproporcionada la respuesta a la codiciosa banca que se lleva nuestros recursos y no devuelve nada...
ResponderEliminarEs una pataleta, pero es que si no se hace, ¿cuándo, dónde, cómo nos escucharán? No tenemos voz, ellos disponen de leyes y gobiernos. Al menos que no nos tomen por gilipollas. Digo yo.
Celebro que el asunto propuesto haya suscitado este nivel de controversia. Yo no tengo la fórmula mágica pero apoyé la propuesta de Cantona (al que por lo demás no conozco ya que no sigo demasiado los asuntos del fumbol o football) porque creo que es necesario crear una corriente de sensibilización ciudadana contra los poderes financieros, representados por su cara más visible: la banca. Claro que no se trata de hundirla, pues la única capaz de hacerlo es la banca misma, que se hunde y tienen que venir los gobiernos a reflotarla con nuestro dinero. Se trata de exteriorizar un elevado nivel de descontento que haga que políticos y banca se 'corten un pelo' y dejen de recortar la protección social. Eso, más o menos, es lo que propongo en mi último libro, reseñado en el 'post' anterior.
ResponderEliminarHoy ha sido el día de publicación en mi blog de tu texto...
ResponderEliminar* diciembre 09, 2010. ¿Pensiones en peligro? o: El peligro de la Banca
Publicado por Cive Pérez en viernes 19 de noviembre de 2010 carnetdeparo.blogspot.com/
Título original: ¿Pensiones en peligro? Que la banca pague lo que debe (...)
... el de hoy ha levantado el ánimo de algunos. Bienvenido sea: PAQUITA
Gracias, Paquita, por la re-publicación en tu blog. Seguro que la difusión del libro aumenta espectacularmente
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