sábado, 16 de abril de 2011

El alcalde Ruiz-Gallardón quiere vulnerar la libertad del banquero Botín para dormir en la calle


El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha hecho pública su intención de reclamar una normativa estatal que permita a los ayuntamientos españoles obligar a los sin techo a salir de la calle. Acabaría así con uno de los sacrosantos principios de liberalismo, en virtud del cual no se podría prohibir al banquero Botín dormir en un parque o en el recinto de un cajero automático. Es más, puesto a ello, Ruiz-Gallardón le confiscaría al mismísimo Diógenes de Sínope la tinaja en la que el filósofo dormía en pleno centro de Atenas.


En defensa de su propuesta para que el Parlamento español apruebe una ley que permita a los policías retirar a los indigentes de la calle, Ruiz-Gallardón afirma que responde a una cuestión de dignidad, y no de estética de la ciudad. El alcalde cuantificó el número de personas que diariamente duermen en las calles en la ciudad de Madrid: entre 500 y 600 personas. De ellas, un 40% "tiene problemas mentales o de adicciones".

Las calles de Madrid son un ejemplo de la precariedad instalada por la políticas neoliberales. Hay un pobre pidiendo en la puerta de cada supermercado, un desharrapado en cada semáforo intentando vender pañuelos de papel a los conductores Y hay mendigos durmiendo entre cartones en los parques, en los bancos, en los recintos de los cajeros automáticos de los bancos que han originado la crisis económica.

En un Estado digno tal vez se pudiera plantear la oportunidad de prohibir la mendicidad, que afea las calles y las conciencias. Pero una prohibición de esa índole sólo podría fundamentarse en la garantía de que todo ciudadano contaría con una renta mínima, viniese esta del mercado o del Gobierno. El problema es que no vivimos en un Estado digno, sino en un Estado que más que de derecho, está hecho a la medida y conveniencia de esa derecha dura a la que Ruiz-Gallardón representa, por mucho que se atavíe de moderno.

Las declaraciones del alcalde han servido para que su correligionaria Esperanza Aguirre se desmarque: "No soy amiga de las prohibiciones. Hay muchos ciudadanos que consideran que se estaría muchísimo mejor durmiendo en un albergue que durmiendo al raso y, sin embargo, hay otros que no lo estiman así. Eso no quiere decir que, por opinar eso, que nos parece a todos muy raro, vayamos a privarles de sus derechos. El hecho de que no quieran aceptar esos servicios municipales es algo que muchos no compartimos y no comprendemos, pero es un hecho real, no hay que asomarse a la calle, no ya en Madrid, en todas las ciudades más avanzadas del mundo", explicó la condesa.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, que utiliza a su antojo el presupuesto público, es, sin embargo, una liberal de boquilla, que no pierde ocasión de entonar alguna jaculatoria de la doctrina. En este caso, la libertad de dormir en la calle, ya que, según la aguda observación de Anatole France, "La Ley, en su magnífica ecuanimidad, prohíbe, tanto al rico como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las calles y robar pan." .

Aguirre alude a un hecho que sucede en "todas las ciudades más avanzadas del mundo", en concreto en las de Estados Unidos, donde el indigente que duerme envuelto entre cartones es toda una institución. El neoliberalismo no pretende acabar con la pobreza, antes bien, como se ha demostrado en la crisis actual, la fomenta. Pero impedir la pernoctación callejera vulnera ese sacrosanto principio de la libertad personal, en virtud del cual no se podría prohibir al banquero Botín dormir en un parque o en el recinto de un cajero automático.

Las declaraciones de Aguirre y de Ruiz-Gallardón son una exhibición del más puro cinismo, entendido este en su actual acepción: "Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables".

Nada que ver, por supuesto, con la respetabilísima doctrina de los cínicos, la escuela de los discípulos del gran Sócrates, filósofo y ejemplar ciudadano griego.


Diógenes (1882) por John William Waterhouse.

El legado ético de Sócrates fue adoptado en buena parte por la escuela de los cínicos. Los de la "secta del perro" (kynikos, de kyon, perro), así apodados por su idea radical de libertad, su desvergüenza y sus continuos ataques a las tradiciones y los modos de vida sociales. Estos fustigadores de conciencias consideraban que el máximo bien consiste en el dominio sobre uno mismo. El resto, placeres, riquezas y honores son cosas de poca monta que no deben esclavizar la vida humana. Diógenes de Sínope, célebre por la tinaja que usaba como vivienda en un céntrico lugar de Atenas siguió a rajatabla estos principios. Tan austero era que, viendo a un muchacho que bebía el agua en el hueco de sus manos y a otro que comía las lentejas usando como cuenco una corteza de pan, rompió su escudilla por superflua.

En esa austeridad llevada al límite radicaba la clave de la gran libertad que le permitía vivir sin servilismos ante el poder o las ideologías. De sus aguijonazos críticos no escaparon ni Platón ni siquiera el gran Alejandro. Queriendo éste mostrarse obsequioso con Diógenes al encontrarlo sentado en una plaza de Atenas, le preguntó: "¿Puedo hacer algo por tí?" — "Sí, —respondió el filósofo— te ruego que te apartes un poco, pues me estás quitando el Sol"

Al anunciar Filipo que iba a atacar Corinto, y al estar todos dedicados a los trabajos y corriendo de un lado para otro, alguien observó que Diógenes empujaba la tinaja en que vivía. Como le preguntara: "¿Por qué lo haces, Diógenes?" -dijo éste: "Porque estando todos tan apurados, sería absurdo que yo no hiciera nada. Así que echo a rodar mi tinaja no teniendo otra cosa en la que ocuparme"

A través de esta ironía Diógenes viene a decir: "vuestros propósitos no me interesan lo más mínimo, pero como quedarme quieto sería considerado una incorrección política, ganaré vuestro aprecio mostrándome en público como un hombre activo, por más que mi tarea resulte de todo punto inútil". Hay que tener en cuenta que la ley ateniense no permitía ser neutral y castigaba con pérdida de la ciudadanía a quienes se negasen a tomar parte en la política, máxime en caso de conflicto bélico.

Conforme a su propuesta, Ruiz-Gallardón enviaría a sus policías a perturbar el descanso de Diógenes expulsándole de su tinaja.

Respuesta de los mendigos al Alcalde: 'Quiere hacer lo mismo que Hitler con los judíos'

7 comentarios:

  1. Controlan la prensa y se creen que controlan el mundo, si hacen desaparecer a los pobres de nuestra vista piensan que nos creeremos que han hecho desaparecer la pobreza. Cuando lleguen al poder, nuevamente, el paro desaparecerá de las primeras páginas de sus periódicos y diran que han acabado con él. Todavía habrá gente que se lo creerá, al fin de cuentas este país esta llenos de ciudadanos que siguen estando en la infancia inmadura y creen que cuando se tapan los ojos no les ves.

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  2. Pues tiene razón la condesa, en (casi) todas las ciudades del mundo hay partidarios de dormir bajo las estrellas. En algunos sitios, como en París, los clochards son hasta una atracción turista, yo he visto hace ya unos cuantos años pedir un franco a los japoneses que les hacían una foto. Si nuestro admirado alcalde tuviera más visión de futuro los convertiría también en un aliciente para los forasteros.Otra solución podría ser, ya que es tan aficionado a taladrar el suelo, construir túneles, pero no para los coches, como es habitual, sino para los sin techo, que así dejarían de serlo, quitándolos de la vista. Eso sí, con separaciones por sexos, evitando juntarse las peras y las manzanas, no fuera a ser que allí, acurrucaditos unos contra los otros, surgiera algún episodio no deseado y aparecieran de pronto peritas y manzanitas, y a ver qué se hacía con ellos.
    En fin, que lo piense bien nuestro Gallardón y que le salga bien lo que decida, ya que sus anteriores intenciones, como sacar a las putas de la calle Montera o prohibir los hombres anuncio no parece que hayan tenido mucho éxito.
    Y nos reíamos de las ocurrencias de Álvarez del Manzano con sus proyectados manifestódromos o sus propinas a las monjitas a costa del erario público. Ay, Gallardón, tan culto, tan liberal, tan aficionado a la música clásica... Son todos iguales.

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  3. Este alcalde no nos lo merecemos. ¿Cómo se le ocurrirá el faraonismo de gastarse tanto en cosas como lo último del Rio? Debería seguir el ejemplo de todos los alcaldes que hubo en Barcelona desde aquel franquista Porcioles famoso por definir como "mejor alcalde para la ciudad el que más deba", y que no dudaron en sacarle cuartos al Estado para sus Ensanches, Fachadas marítimas, Olimpiada, etc. No como ahora pretende esa condesa que se ha citado, presumida siempre con sus "rebajas".
    Y eso de pretender que no sea posible ocupar portales, o los cajeros automáticos, en las calle paras dormir parece de verdaderos idiotas; mucho mejor también como hacen las ordenanzas municipales barcelonesas que multan hasta con más de 2.000 euros la "mendicidad callejera", así "la bolsa sona..." o "Barcelona es bona"...
    En fin, que contra todo esto algo podremos hacer. Votemos a Tomás Gómez y Lissavetsky, que seguro que no se lo gastan en tanto mejorar "fachadas" del Río. A lo mejor así tenemos más para sumar a lo que ya estamos pagándole a Zapatero, la Chacón y Trini en mandar armas para esa nueva guerra humanitaria de Libia, ¿no?

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  4. Gruñón, que es el primer anónimo, no entiende lo que quiere decir el el segundo anónimo. Lo dicho este país es de cole de niño sin madurar: ¡¡¡y tú más!!!

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  5. Anónimo ¿2?
    O no entiendo lo que quieres decir, o eres el paradigma de la desustanciadura de este país: Zapatero, Chacón y Trini mandan armas para la guerra humanitaria de Libia. Sin embargo,algo podemos hacer: votar a Gómez y Lissavetsky que no se gastarán el dinero en las patochadas de Gallardón. Como si esos otros dos no fuesen cómplices también de las tropelías de sus líderes de partido. Realmente, ¿cómo se come tu post? ¿Tanto cuesta ser mínimamente coherente?. Más valdría no votar a ninguno de estos impresentables, ¿no?

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  6. Me pierdo con los anónimos, es más... se me quitan las ganas de leerlos. No acabo de comprender el porqué de no aplicarse un nombre, el que sea, puro invento, para diferenciarse y que lo diferenciemos.

    A lo que venía ¡Bien por Diógenes!

    Un abrazo para ti
    ¿Dónde andas? PAQUITA

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  7. Preparémonos pues Gallardón acaba de recibir una nueva idea y seguro que no tarda en copiarla: Transitar "semidesnudo" por calles de Barcelona lejos de las playas o el paseo marítimo está penado a partir de hoy con multas que llegan a 500 Euros. El Pleno extraordinario del Ayuntamiento ha ratificado la modificación de la ordenanza cívica vigente desde 2006 para facilitar la sanción de acciones "que se repiten" en la vía pública, según ha advertido su 3ª teniente de alcalde Assumpta Escarp.

    El cambio de la norma se ha aprobado con los votos a favor de la sociovergencia entre PSC y CiU. El PP se ha abstenido y ERC e ICV-EUiA han votado en contra. Mientras para la socialista Escarp este nuevo 'castigo' "fomenta pedagogía" y para el líder municipal de CiU, Xavier Trias, es "de sentido común" aplicarlo, republicanos y ecosocialistas lo consideran "desproporcionado" y "arbitrario". El presidente municipal de ERC, Jordi Portabella, cree "un error" que el Consistorio entre a decidir sobre la vestimenta de cada ciudadano y el líder del grupo de ICV-EUiA, Ricard Gomà, advierte que la prohibición propone "una mirada intransigente sobre el espacio público" y es un "gesto ineficiente" puesto que "alimenta el populismo punitivo".

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