viernes, 1 de febrero de 2013

Vómito al amanecer

 
Despertarse cada mañana en un país asolado, y desolado, por el malestar que siembran las políticas del Partido Popular ya venía siendo bastante difícil. Si a esto añadimos cada día un nuevo relato de corrupción en los más altos niveles institucionales, amanecer en España se ha convertido en una invitación al vómito. Del cual sólo puede curarnos la desobediencia civilmente expresada.

Es una marea negra que no cesa. Invariablemente, una mañana tras otra los habitantes de este país nos desayunamos con algo peor que un sapo. Invariablemente, la radio, los periódicos nos sirven una nueva ración de auténtica mierda destapando nuevos casos de corrupción a los más altos niveles institucionales. Quien todavía tenga posibles para procurarse un café y una tostada al rayar el día habrá de consumirlo entre bascas precursoras del vómito.
 


El asunto de los sobres que presuntamente han estado recibiendo los dirigentes populares está en el candelero. Rajoy no se ha atrevido a negar con rotundidad que él mismo haya sido uno de los destinatarios de esa correspondencia en dinero negro.
Pero lo que está admitido es que Bárcenas, o sea, Luis el Cabrón, como le apodan cariñosamente sus conmilitones —sí, esos que hasta hace una semana le ponían coche y despacho en Génova—, se lo lleva crudo. Y se lo trae cocido, pues acaba de blanquear una millonada trayendo dinero de sus cuentas en Suiza. Lo ha hecho legalmente, como ha demostrado él mismo al acogerse a la infumable amnistía fiscal otorgada por el Partido Popular. Todo muy legal, pero ilegítimo. 


Bárcenas blanqueó casi 11 millones de euros acogiéndose a los beneficios fiscales de la medida aprobada en marzo por el Gobierno de Rajoy. Lo hizo el 25 de septiembre de 2012, cuando pagó 1.052.994 euros, el 10% del dinero ocultado y una cantidad muy inferior a los impuestos que tendría que haber pagado de haberlo declarado en su día.

Ahora, por poner un ejemplo de la austeridad impuesta por el Partido Popular a la población, comparen esas cifras con las del incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) fijado por el Gobierno para el año 2013: un 0,6% respecto a 2012, en el que no hubo niguna subida. Los subsidios y prestaciones por desempleo no subirán en 2013, por tercer año consecutivo.

El cúmulo de actuaciones repugnantes que están saliendo a a la luz va en descrédito no ya de la clase de políticos profesionales, sino de la política. Pues en este país si algo abunda es el analfabetismo sobre la res pública.

"El peor analfabeto –escribía Bertolt Brecht hace setenta años- es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida el precio de los garbanzos, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales…".

A estas alturas, no basta con indignarse, o cabrearse. La resignación no es creativa. Ha llegado la hora de la acción ciudadana. Y para ello no hay que esperar a ver qué hacen los demás. En consecuencia, declaro que participaré en cuantas iniciativas de Desobediencia Civil puedan organizarse. Y mientras tanto, desde las posibilidades que me brinde la acción directa individual, y siempre que la misma no entrañe daños a terceros, desobedeceré cuantas normas y disposiciones emanen de unos gobernantes que han convertido su acción de gobierno en un fraude al electorado. Leyes sancionadas por una Monarquía que ostenta el cetro en el Reino del Latrocinio.




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