El acto de comer obedece a un impulso de la naturaleza humana destinado a satisfacer una elemental necesidad vital. Deshacerse de los cuantiosos residuos que genera el proceso alimentario es un acto social, sujeto a consideraciones de conveniencia y utilidad, y también a normas dictadas por la autoridad política. Cuando esa norma es abusiva, desobedecerla es un imperativo de la conciencia civil.
Al ciudadano responsable e informado, la cuestión de participar en la selección de basuras le plantea un evidente conflicto. Por un lado, es consciente del grave impacto de los residuos urbanos sobre el medio ambiente. Por otro, no se le oculta que no somos los consumidores quienes producimos esa ingente cantidad de residuos urbanos, sino que son los fabricantes de bienes de consumo inmediato los que los producen. Sobre todo, esa industria alimentaria suministradora de alimentos envueltos en una serie de envases absolutamente prescindibles. En tercer lugar, separar las basuras supone efectuar un trabajo no remunerado, exactamente igual que cuando nos servimos el combustible en una gasolinera de autoservicio o utilizamos un cajero automático. Pese a ello, en el caso de las basuras aceptamos esta carga con santa resignación pensando que así contribuimos a disminuir la contaminación medioambiental.
Pero la cuestión no es tanto la de separar o no separar los residuos (sin minimizar su importancia) como la de no producirlos. El antropólogo estadounidense Marvin Harris se ha encargado de señalar que, “mucha de la energía que gastan las clases subordinadas en las sociedades estratificadas la gastan bajo condiciones y en beneficio de tareas que son estipuladas o constreñidas por la clase dominante. Que tales tareas se lleven a cabo depende de si su realización refuerza el poder y bienestar de dicha clase”. Esto significa que, cuando el aparato de propaganda del Establecimiento induce a la gente a producir y consumir productos que no necesita, agotando inútilmente las reservas mundiales de energía, no lo hace para introducir mayores niveles de bienestar en la sociedad, sino en beneficio de intereses privados. Romper las botellas de vidrio en un contenedor engañosamente pintado de verde en lugar de reutilizarlas no aporta ningún bienestar suplementario al ciudadano, pero es seguro que los fabricantes de botellas disfrutan de grandes lujos en su vida privada gracias a esta incoherente y supuestamente “ecológica” actitud fomentada por las autoridades públicas.
El gran problema que plantea la gestión de la recogida de los residuos industriales y urbanos podría obviarse reduciendo la generación de los mismos en su origen, suprimiendo los envoltorios inútiles y reutilizando los envases. La mayor parte de los alimentos y productos básicos llegan hasta el consumidor envasados en recipientes de metal, vidrio, papel y plástico, cuyo valor -si se consideran los inputs medioambientales y energéticos- suele superar el del producto mismo. La energía empleada para fundir sílice a 1.500ºC al objeto de obtener el vidrio de un tarro, supera decenas de veces el aporte calórico que proporciona al cuerpo humano la salsa de tomate o el yogur contenido en ese envase. Es cierto que producir envases nuevos a partir de restos de vidrio requiere menos energía ya que el punto de fusión se sitúa en torno a los 600ºC, pero indudablemente constituye un derroche. Lo mismo puede decirse respecto a las bebidas refrescantes que hasta hace unos años se vendían en botellas retornables. En la actualidad, vienen en botes de aluminio desechables. El proceso de obtención de aluminio, mediante electrolisis de la alúmina, requiere una gran cantidad de energía eléctrica obtenida a menudo en centrales térmicas.
Pondremos un ejemplo en honor de la concejala de Medio Ambiente del Consistorio madrileño: las botellas. La mayoría de las bebidas podrían ser suministradas a través de máquinas, similares a las que sirven café o refrescos en los lugares de trabajo. El comprador no tendría más que acudir a ellas provisto de su propio envase. El autor de estas líneas tuvo oportunidad de observar cómo la leche era suministrada por este sistema en un mercado de Lubjliana, la capital de Eslovenia
En el caso de Madrid, el impuesto sobre la recogida de basuras que acaba de aplicar el Ayuntamiento es claramente abusivo. En principio, no hay nada malo en que una administración municipal cobre a los vecinos por la recogida de las basuras. De hecho, esa tasa existía en Madrid hasta que fue retirada a cambio del incremento del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) efectuado en 1986, y sobre todo en los años siguientes, que compensó con creces lo que se pagaba por la recogida de basuras hasta entonces.
Y ahora el alcalde Ruiz Gallardón ha rescatado esta tasa por un servicio que los madrileños ya pagábamos sobradamente. Máxime cuando este año los recibos del IBI han sufrido un incremento espectacular pues, desde que gobierna este alcalde, los impuestos municipales han subido un 170 % de media. Además este alcalde, en un sorprendente ejemplo de celo medioambiental, ha eliminado la tasa con que se gravaba a las grandes empresas generadores de basura. Por si fuera poco, los vecinos con recursos medios serán los que más paguen. Porque la tasa es progresiva según el valor catastral de las viviendas pero sólo hasta las valoradas en 150.000 euros. A partir de esa cantidad se acaba la progresividad de forma que paga igual una vivienda de ese valor que otra de un millón de euros.
Queda claro que la única finalidad de esta tasa es recaudar, exprimiendo al vecindario, unos 168,3 millones de euros adicionales cuyo destino no es mejorar un servicio ni la vida de los ciudadanos, sino “tapar” algunos de los agujeros del déficit causado por una política municipal al servicio de las grandes empresas constructoras, las obras megalómanas y la exaltación del inmenso narcisismo de un alcalde que, como Ruiz Gallardón, se gastará 9.449 euros cada minuto de cada día de 2010, de los que 311 euros estarán destinados a pagar la astronómica deuda municipal generada por el equipo de gobierno del Ayuntamiento madrileño. Un equipo formado por esa derecha española cuya bandera ideológica es la de no subir impuestos ni crear déficit en las cuentas públicas.
En total, el Presupuesto municipal madrileño recoge 4.966,56 millones de euros a disposición del Consistorio para el próximo ejercicio, lo que supone un 4,21 por ciento menos que en 2009. En cualquier caso, a este dinero hay que sumar los 347,37 millones del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local (FESS).
Así, pese a la crisis y a la falta de modificación del sistema de financiación local, reclamado por el equipo de Gallardón durante todo el año, el Gobierno municipal podrá gastar 9.449 euros al minuto, si bien es cierto que más de 2.800 euros de ese dinero se destina a cubrir los gastos de personal (-1,14 por ciento).
Por áreas de Gobierno, Seguridad y Movilidad será la Concejalía con mayor presupuesto (1.115,62 millones), seguida por Medio Ambiente (832 millones), Hacienda (536,48 millones) y Obras y Espacios Públicos (530 millones). Por detrás se sitúan las áreas de Familia y Servicios Sociales (260 millones, aunque es la única Concejalía que crece), Urbanismo (251 millones), Las Artes (133 millones), Economía y Empleo (121,7 millones) y Vicealcaldía (93,78 millones). Los distritos, por su parte, gestionarán 605 millones de euros.
Los ingresos para equilibrar el presupuesto procederán fundamentalmente de los impuestos directos (IRPF, IBI, Vehículos de Tracción Mecánica e IAE), que sumarán una recaudación de 1.694 millones de euros, un 1,15 por ciento más que en el actual ejercicio presupuestario. A este dinero hay que sumar los 177,69 millones de euros por transferencias de impuestos indirectos (IVA, alcohol, tabaco, hidrocarburos y Construcciones, Instalaciones y Obras).
En concepto de tasas el Consistorio ingresará 997,23 millones de euros, de los que 165 millones de euros procederán de la contestada Tasa de Basuras.
Con estos datos, la deuda municipal se reducirá en 49 millones de euros cuando se cierre el próximo ejercicio, quedando en 6.710 millones de euros. Además, el Consistorio reducirá el próximo año en una décima de punto la cantidad de dinero que se destina a este fin, pasando del 3,4 al 3,3 por ciento.
Es decir, que de cada cien euros 3,3 se irán directamente a los bancos, con lo que Gallardón invertirá 311 euros al minuto para amortizar los intereses de la deuda.
¡Estamos de acuerdo!. Precisamente tomé la misma decisión de no volver a reciclar, al recibir (por segunda vez, pues ya se pagaba con el IBI)el famoso nuevo impuesto de basuras. No tengo por qué poner trabajo, desplazamiento, bolsas varias y cuidado para depositar mis residuos allá donde se debe en una labor por la que, además tengo que pagar dos veces. Tampoco hago mis compras en Pryca o, como lo llaman ahora, Carrefour; al retirar las bolsas "gratuitas" aduciendo motivos de ecología y sin rebajar los precios.
ResponderEliminarSi las jerarquías no quieren basura revuelta, que inviten a las empresas suministradoras de productos a economizar en embalajes porque no es de recibo que las pastillas de detergente del lavaplatos se vendan en tarteras de plástico y recubiertas por plástico más un cartón; que los bollos del desayuno se distribuyan en enormes cajas de plástico duro o que cualquier empanada se venda en una bandeja cuya degradación costará más que todas las bolsas de plástico juntas.
Si quieren que recicle, que me paguen por cada lata, por cada botella, por cada periódico que devuelvo.
Salud.
SI QUIÉN CONTAMINA PAGA...¡QUIÉN RECICLA HA DE COBRAR!
ResponderEliminarPara refuerzo y ampliación de argumentario en total sintonía con artículo “Basuras: si pago, no separo” (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=98137) me remito al apartado “PAUSA PUBLICITARIA (I): EL TIMO DEL RECICLAJE” pág. 35-37, del libro “CONSUMO, LUEGO EXISTO. Poder, mercado y publicidad” (http://www.letra.org/spip/IMG/pdf/Consumo_Luego_Existo._Poder_mercado_y_publicidad.pdf o http://www.somnisdesperts.org/pdf/consumoluegoexistopodermercadoypublicidad.pdf)
¿Hasta cuando los actuales movimientos ecologista/vecinales dejaran de jugar el santurrón y estúpido papel de departamento gratuito de marketing de la última mutación capitalista: el eco-soft-fascismo?
Joan Torres i Prat
Que recicle Torquemada_Gallardón. En el barrio Salamanca he podido comprobar que el que baja la basura es el portero, una sola bolsa por cierto. En c. Aguirre tres contenedores vacíos, nunca he visto al personal utilizarlos. No te remuerda la conciencia, cuando la basura llegue al Valdemingómez que los Albertos contraten más personal y no pretendan llevárselo todo crudo. Yo no reciclo. Salud
ResponderEliminarCon ese sistema tenderemos al modelo USA: allí todo va a la misma bolsa, pero se recicla, con lo que los costes de tratamiento se disparan, al tener que añadir una etapa previa para separar lo reciclable de lo que va a vertedero . Sigue así y acabaremos pagando el doble por la recogida de basuras! (Ahora, los FCC y demás concesionarias seguro que te lo agradecen...)
ResponderEliminarMe alegro porque tanto ecologismo consciente y rebelde ciudadanía pase a tomar tal resolución (que coincide con lo que hasta hoy hacíamos un pequeño puñado de personas por no menor motivo pero con la desazón de ser mal vistas por esos que nos apostrofaban el políticamente correcto lemita para 'sostenibilidades' gubernamentales del 'yo reciclo'); cuando pasaron a ordenarnos usar varios cubos el timo no fue diferente del de ahora, que tanto soliviantó a los hasta hoy ejemplares -por pacientes- vecindarios:
ResponderEliminarLa 'separación' se la pagábamos antes a Sacyr, Urbaser, Fomento, Construcciones y Contratas u otras compañías, que la debían de hacer en sus plantas clasificadoras a partir de las basuras recogidas 'todo uno'. Y al mandar que nosotros ("el pueblo") les adelantásemos ya esas tareas domésticamente NO nos redujeron ninguna de las tasas o impuestos previos, con los que pagaban dicho servicio público, por lo que pasaron -YA ENTONCES, HACE AÑOS- a cobrar fraudulentamente por trabajo que nos obligan a que les hagamos.
Se supone que los ayuntamientos reciben dinero de lo reciclado, pero ¿a donde va?,a limpiar las calles desde luego no. No sera mejor, en el mas puro estilo capitalista, que si hemos comprado un períodico o un envase podamos revenderlo. De niño lo hacíamos, vendiamos papel y los cascos de botellas que encontrábamos, ahora te cobran por ello y los capitalistas te llaman insolidario si no se devuelves gratis. ¿Somos o no somos?. Con el supuesto dinero que ahorran en petroleo lo gastan en mansiones contaminantes en la Rivera Maya. Si alguien a conectado el ventilador de la mierda, adelante, pero que sea para todos.
ResponderEliminar¡QUÉ DURA DECISIÓN LA QUE EXPONES!
ResponderEliminarSobre todo cuando una, ya antes de que se hablara de conciencia medioambiental ¿porqué no entera, que leí un día?, a lo que venía que me pierdo... Una ya retiraba de la basura lo que entendía no debía ser agrupado.
No sé, seguiré separando y pagando ¿seré jilipoyas? duda la que me quedo.
Buena noche: PAQUITA
-VINE DESDE CASA DE PIERRE MIRÓ, que te mencionaba-
Por si no tienes conocimiento
ResponderEliminar¡Cómo que no tengo conocimiento!... que dirás tú
¡NOOO" me refiero que no puedas saber lo que te escriben más allá del último texto publicado -este está en el publicado en 19/11/09- .
paquita dijo... 12 de enero de 2010 11:33
PASEANDO POR TUS TEXTOS HE VUELTO A ESTE. EL QUE MÁS ME GUSTA "D´AQUÍ PA´TRÁS".
TE LO COPIO, ES QUE LOS COLECCIONO...
colecciono los que me gustan publicándolos en mi página en donde se quedan bajo el sobrenombre "Textos de Otros"
Suponiendo que no te disgusta este planteamiento, allá voy. Besos: PAQUITA
... Hasta pronto: PAQUITA
La insumisión al timo del reciclaje sino contempla un horizonte de acción/pronunciamiento público/colectivo se parece peligrosamente al atraco bancario como protesta anticapitalista...creo
ResponderEliminarJotiprat@gmail.com
P.D. Por cierto el CC-P que hace referencia la entrada del 4 de enero "Si quién contamina paga...¡Quién recicla ha de cobrar" de anónimo/Joan Torres, es el Complejo Comercial-Publicitario
RECTIFICACIÓN ÚLTIMA ENTRADA DE 15 DE ENERO
ResponderEliminarMi correo-e es jotiprat@gmail.com
Joan Torres i Prat