En Finlandia y en Holanda el debate sobre la viabilidad social de una Renta Básica de carácter incondicional comienza a bajar de las musas al teatro. Ambos países se disponen a llevar a cabo experiencias de aplicación de medidas de este tipo.
La hipótesis de que el establecimiento de una renta mínima garantizada con carácter incondicional crearía legiones de holgazanes no deja de ser un apriorismo ideológico. Para ver qué es lo que ocurriría en la realidad, tanto en Finlandia como en Holanda sus gobernantes han decidido efectuar pruebas concretas que permitan dar un baño de realidad a la propuesta.
En concreto, la ciudad holandesa de Utrecht se dispone a realizar una experiencia que comenzará a aplicarse a partir del próximo otoño. La experiencia piloto durará un año y serán invitadas a participar todas las personas que reciben una prestación social en Utrecht. Estas personas, que serán elegidas al azar entre los solicitantes, se dividirán en cinco grupos. Uno que estaría “controlado”, siguiendo las normas actuales, otros tres que se administrarán con normas más flexibles y uno que se establecerá sin reglas ni ningún requerimiento y que será el “más parecido a la renta básica universal”. Según el concejal de empleo y protección social de la ciudad Victor Everhardt, “Nuestros datos muestran que menos del 1.5 por ciento abusa de las prestaciones, pero, antes de entrar en debates, necesitamos comprobar primero si la renta básica realmente funciona”.
Para Everhardt, la idea de este experimento “surge de la
voluntad de simplificar las normas y los requisitos actuales en materia de bienestar”,
porque “muchas no contribuyen a nuestro objetivo común de ayudar a la gente a
encontrar trabajo”. El experimento será monitorizado por la Universidad de
Utrecht. Y seguido muy de cerca por unos 40 municipios holandeses que también
examinan la viabilidad de proyectos piloto que investiguen sobre la renta
básica universal y ofrezcan soluciones alternativas al actual sistema de
subsidios sociales, reflejando un creciente interés en Holanda por este tipo de
ingreso ciudadano. Tilburg, Wageningen y Groningen Nijmegen, Maastricht,
Amsterdam y Geldrop-Mierlo, estudian llevar a cabo experiencias similares.
Protestas en Finlandia contra los recortes en la protección social |
También el Gobierno finlandés baraja la posibilidad de otorgar una renta básica
a cada ciudadano, esté buscando empleo o no. Ante la recesión que sufre el país
escandinavo, el Gobierno está buscando alternativas fuera de lo convencional.
Según la BBC, inicialmente este proyecto sería una
prueba piloto y estaría dirigida a una zona específica del país en la que el
desempleo es particularmente alto. Además, aunque no han trascendido la cuantía
del pago estatal, distintos medios de comunicación han afirmado que este se
establecería entre los 300 y los 600 euros. El primer ministro finés, Juha
Sipila, ha justificado este proyecto recientemente al afirmar que "otorgar un
pago básico simplifica el sistema de Seguridad Social".
Mediante esta iniciativa el Gobierno busca impulsar la
búsqueda de empleo, además de combatir las desigualdades sociales que se han
instaurado en los últimos años en el país escandinavo. Por el momento, el
proyecto ha tenido buena aceptación entre la población y según las encuestas
realizadas por instituciones próximas al partido del Gobierno, un 80% de los
ciudadanos estaría de acuerdo con su implementación siempre y cuando se fomente
de esta manera el trabajo y el emprendimiento.
Otra dificultad, según BBC, residiría en la
propia Constitución finesa, ya que la Carta Magna establece que todos los
ciudadanos cuentan con los mismos derechos y otorgar este tipo de subvención
supondría una medida de diferenciación entre unos finlandeses y otros.
Mientras tanto, en España seguimos mareando la perdiz apostando por las ineficaces rentas mínimas que no llegan a todas las personas en situación de necesidad.
Mientras tanto, en España seguimos mareando la perdiz apostando por las ineficaces rentas mínimas que no llegan a todas las personas en situación de necesidad.