martes, 25 de noviembre de 2014

La Renta de Ciudadanía como indemnización por el coste social de la crisis


A los costes sociales de la última crisis del capitalismo local, hay que añadir que la ciudadanía española, en tanto que contribuyente, lleva décadas pagando costes privados sobre los que no posee ni control ni beneficio: quiebras bancarias, bancarrotas de autopistas, cierres de centrales nucleares, sondeos fallidos de fracking... Es justo, pues, reclamar una contrapartida a este esfuerzo nacional. Esta indemnización social refuerza el argumento político y moral para reivindicar un Ingreso Ciudadano. Aunque Podemos renuncie a empoderar a la gente y se conforme ahora con algo tan viejuno como el humillante artefacto del ingreso de inserción.

El listado de ayudas, socorros y rescates al tinglado fnanciero y gran empresariado del país es demasiado extenso como para hacer inventario en esta página. A las ayudas registradas en el Boletín Oficial del Estado hay que añadir los casos de corrupción que afloran día a día, apestando el ambiente con su nauseabundo aroma. Cada una de esas corruptelas suponen un doble coste: lo que se embolsa el corrupto más lo que se lleva el corruptor en forma de adjudicaciones de contratos de la Administración.  

Un recentísimo ejemplo de ayuda pública con dinero del Estado es el acuerdo del Consejo de Ministros mediante el cual la empresa Enagás, participada por el Estado y con varios ex dirigentes del PP en su consejo de administración, deberá indemnizar con 1.350 millones de euros a la compañía Escal UGS, participada en un 67 por ciento por ACS, la constructora que preside el mandatario del Real Madrid, Florentino Pérez. 

Esta compañía ha recibido ya esa astronómica indemnización por el fracaso de la planta de almacenamiento de gas Castor cuya operación empezó a causar terremotos en las costas de Tarragona y Castellón debido a las deficiencias de ingeniería y construcción de la obra. Esta astronómica cantidad se irá repercutiendo en la tarifa del gas de los consumidores durante los próximos 30 años. Todo un canto al revés al tan cacareado riesgo empresarial que glorifica la iniciativa privada.

Esta última 'estafa legal' —estafa política y moral legalmente instrumentada— del Gobierno coincide en el tiempo con la intensificación del debate sobre la oportunidad de instaurar una Renta Básica de Ciudadanía (RBC). Debate incentivado en la opinión pública por Podemos, el recién nacido partido político cuyos líderes han agitado la bandera del ingreso ciudadano como forma de ganar popularidad en la opinión pública. Vean si no, este vídeo en el que Pablo Iglesias junior explica, con aparente convicción, principios idénticos a los que llevamos defendiendo desde hace muchos años desde el Observatorio de Attac y la Red de Renta Básica.

El renuncio de Iglesias según Peridis en El País.
No obstante, Podemos acaba de descartar la Renta Básica de su programa de gobierno. Lo cual era previsible tras encomendar la redacción del mismo a los economistas Viçens Navarro y Juan Torres, ambos manifiestamente opuestos al ingreso universal. En su lugar, proponen algo tan viejuno como ¡una renta de inserción! para quienes no tengan trabajo. Lo que implica, a la postre, situar al desempleado bajo la eterna sospecha de holgazanería y convertirlo en víctima propicia para ese afán de vigilar y castigar al que tan aficionada es la derecha pura y dura. 

Aparte de las habituales truculencias con que los voceros del Orden Establecido denostan la RBC, no faltan en este debate quienes opinan que el ingreso garantizado sólo serviría para apuntalar el capitalismo impidiendo avanzar hacia el socialismo. Opinión muy respetable que se derrumba ante un pequeño detalle: ahora mismo, el socialismo ni está ni se le espera. 

No sólo no estamos en vías de construcción de una sociedad organizada de acuerdo a un modelo de socialismo. Antes bien, huelga recordar que nos hallamos bajo el aplastante dominio de un capitalismo sin trabas. Sin que haya una fuerza de izquierda capaz de hacerle contrapeso. Ni siquiera como la encarnada en su día por la socialdemocracia coherente con el Estado del Bienestar, a la que Podemos declara imitar.


Más allá de los apriorismos ideológicos, la realidad es que vivimos en una sociedad con una elevadísima tasa de desempleo y, lo que es todavía mucho peor, con una gran masa de trabajadores pobres. Es decir, un precariado sometido al más absoluto dominio por parte de los empleadores. 


Al creciente sector de ciudadanos que se encuentran sometidos a las servidumbres del desempleo, la precariedad y la pobreza le importan poco las especulaciones de salón sobre si la implantación de la RBC desembocaría en el fortalecimiento aún más de un capitalismo desenfrenado. Y yo, que vengo de ese mundo, lo que sé es que, aquí y ahora, con una RBC cuya cuantía fuera de un céntimo por encima del umbral de pobreza, dejaría de haber pobres y working poors en nuestra sociedad. Y, por tanto, aumentaría la libertad real de las personas, o sea, de su derecho a decidir. Expresión que está de moda hoy referida a una abstracción nacionalista, no al derecho universal de las personas de carne y hueso a decidir qué hacer hoy, mañana, pasado, con su vida

¿Por qué una renta de ciudadanía no ha de significar progreso? ¿Acaso reivindicar un ingreso mínimo es tan diferente de exigir servicios de Salud y Educación públicos? Hablamos, claro está, de una renta de ciudadanía, no de esa humillante renta de inserción ante la cual se ha rendido las propuestas de Podemos. Una renta de inserción condicionada es un factor de servidumbre, un artefacto de dominación sobre las personas. Un ciudadano de pleno derecho es parte integrante de la comunidad política en la que vive y por tanto, no necesita ser insertado en lugar alguno. Es el Sistema el que ha fallado y es, pues, al Sistema, a quien corresponde indemnizar al ciudadano a cuenta de los daños causados por la avería.  

Frente a inserción, insurgencia. A la ciudadanía perjudicada y no indemnizada le asiste el legítimo derecho a la rebelión. 

En su Preámbulo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Asamblea General de las Naciones Unidas (1948) considera esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho "a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la Rebelión contra la tiranía y la opresión". Lo que en buena lógica significa que la rebeldía es legítima si el Estado que la haya suscrito no cumple las garantías especificadas en la Carta.



6 comentarios:

  1. Hola Cive

    Otro buen texto sobre Renta Básica. Comparto lo dicho. Esta misma semana he escrito uno en la misma línea, y en la de "Renta Básica y sostenibilidad" (julio):
    Inclusión básica universal - http://autonomiaybienvivir.blogspot.com.es/2014/11/inclusion-basica-universal.html

    Creo que esa falta de libertad básica tiene implicaciones que van más allá de lo que se suele comentar y que nos pone muy difícil hacernos responsables del futuro común. La RB no sería la solución a todo pero creo que sí una premisa necesaria para poder, si quiera, empezar a pensar con independencia y tener un margen de decisión.

    Saludos

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    1. Hola Ecora, en efecto, estamos en la misma onda. Tu artículo está muy documentado. Saludos

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  2. Esta madrugada, mientras daba mi largo paseo a la espera de que el sol apareciera por el horizonte, me acordé de la última entrada de tu blog. Por ahí se me debió de quedar algo que no entendía y es ese deseo que manifiestas de reivindicar recurrentemente algo que uno ya tuvo la ocurrencia de reivindicar, valga la repetición, en el pasado incluso antes de que le creciera la coleta a determinado individuo. Igualmente el manifestado deseo de justicia social y económica lo podría reivindicar la Iglesia Católica como suyo a partir del siglo primero.
    Confieso que los temas económicos y el conocimiento pormenorizado de la realidad de las últimas décadas no son mi fuerte, pero apelando al sentido común y dejando al margen la titularidad de las ideas, como si estas pertenecieran a quien sean a Attac o a algún remoto inventor con derecho a copyright, me parece de sentido común que ante la situación de escarnio que vivimos por parte del poder económico y político actual todos aquellos que tenéis formación académica o profesional deberíais estar llamados, sí, a la crítica, pero sobre todo a "sumar", sumar en una causa común contra ese desbordante frente de batalla que tenemos delante. Decir que Podemos renuncia a empoderar a la gente y se conforma ahora con algo tan viejuno como el humillante artefacto del ingreso de inserción, cuanto menos me parece demasié. Insisto en que es imprescindible que la búsqueda de caminos viables y una labor de síntesis debe de ser empujada y respaldada no sólo por unas siglas, la gente de a pie debe de estar en ello también, en la calle, en los círculos, en los blogs, en las redes, donde se preste.
    ¿Sabes? últimamente he llegado a la conclusión de que en este momento ese síndrome de la coleta con la que acusaba el PP en el Parlamento al PSOE, es una herramienta, lo está siendo ya mismo, que hay que aprovechar, cuidar y mimar, y me importa un bledo quien la lidere. ¿Cómo echar a perder esa preciosa oportunidad que jamás hubiéramos pensado podría presentarse antes de que uno se vaya a la tumba? El otro día se me humedecía los ojos oyendo a un anciano en una asamblea dando las gracias a esta gente que estaba haciendo posible en su vejez una nueva ilusión por vivir.
    Aquello de: ¿será galgo o será podenco?
    Estoy reflexionando sobre alguna de estas cosas en mi blog, voy a seguir con ello. Un saludo, Alberto

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    1. Alberto, estoy totalmente de acuerdo con apoyar la posibilidad que representa Podemos de introducir una cuña que rompa la rigidez del Régimen bipartidista. Pero si Podemos quiere representar una corriente fresca y democrática debe aceptar la crítica. Y en este sentido, en lo que respecta a la RBC que defendió al principio y ahora parece retirar, no es aventurado ni excesivo decir que renuncia a una herramienta llamada a empoderar a la gente, en lugar de mantenerla bajo la férula de las Administraciones que juzgan quién tiene necesidad y quién no la tiene.

      saludos

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  3. En este contexto,.. dice Giorgos Kallis ... será un error si Podemos se rinde en la cuestión de la Renta Básica. El informe de Navarro-Torres sugiere, en su lugar, una renta mínima garantizada para aquellos que no puedan encontrar trabajo. La ventaja de una renta básica universal como un derecho de la ciudadanía es que elimina el estigma del desempleo. No es un factor disuasorio del trabajo ya que la gente la recibe sin condiciones y proporciona seguridad complementaria para aquellos que quieran trabajar menos horas retribuidas y dedicar más tiempo a la familia, al cuidado, al ocio, al desarrollo personal, al voluntariado o al trabajo político. Los estudios preliminares muestran que una renta básica mensual de 400 a 600 euros por persona es factible en España sin cambios dramáticos en los impuestos. Si a una Renta Básica le unimos el acceso a un paquete mínimo de recursos (energía, agua, alimentos y vivienda) necesarios para satisfacer las necesidades básicas a un coste bajo o gratuito garantizado por el Estado, he aquí un nuevo contrato social. Un contrato que puede garantizar la prosperidad de todas y todos sin crecimiento.

    Giorgos Kallis es profesor de ICREA del ICTA-UAB

    http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7601

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  4. Es imposible estar contra la Renta Básica. Últimamente asistí a algunos debates y entré más en el asunto, que me parece más factible una vez vistos los números. Entiendo que en Podemos están estudiando el movimiento de las encuestas y tratando de rescatar votos en ese veintitantos por ciento de indecisos que componen el electorado todavía indeciso y sin los cuales la perspectiva de obtener el poder se pueden desvanecer. Es probable que ello les haga bajar el listón de las reivindicaciones al punto de no asustar excesivamente a esa gente a la que ya en Europa, y especialmente en Alemania, están metiendo miedo en ese proceso paralelo que es Grecia y que va a determinar en parte la victoria o no de Alexis Tsipras. Creo que en política hay que tragarse de vez en cuando un sapo si con ello se pueden obtener ventajas notorias sobre los contrarios. Está también en juego la confianza que uno tenga en la honestidad de unos y otros, y que es un bien sumamente escaso en nuestra historia reciente, y en mi caso, sin excesivos conocimientos de fondo y basado en la ilusión que el ascenso de Podemos me provoca, hace que confíe en su honestidad. Si no hubiera aparecido Podemos en nuestro panorama político entiendo que la vida sería mucho más gris y desesperanzadora.

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