sábado, 22 de junio de 2013

¿Deberíamos declarar el boicot a los productos de las empresas adscritas a CEOE?


A tenor de la continua labor de zapa realizada por la patronal CEOE, defensora del recorte de nuestros salarios y condiciones laborales, los consumidores/trabajadores tal vez deberíamos declarar el boicot a los productos de las empresas adscritas a esta organización patronal. Para no tener que lamentarnos por ser cornudos y apaleados, la postura lógica sería rechazar todo producto made in Spain que no llevase la etiqueta de garantía social: esta empresa no pertenece a CEOE

Un boicot es el castigo o coerción aplicado sobre un individuo, empresa, administración pública o país con ánimo de infligir un quebranto pecuniario o moral mediante sistemático rechazo de relaciones sociales o comerciales.

El primero en sufrir los efectos de este tipo de acción fue Charles Cunningham Boycott, un administrador de tierras inglés que extorsionaba a los campesinos de Irlanda con bajos jornales. En 1880, Charles Parnell, líder de los autonomistas irlandeses, instó a los trabajadores a expresar su protesta sin recurrir a la violencia. Boycott fue sometido a un completo aislamiento hasta que cedió en sus métodos. El periodista norteamericano Redpath, que seguía de cerca las protestas, tomó el nombre del administrador para denominar la que, a la sazón, era un novedosa forma de acción directa.


La eficacia del boicot se puso de manifiesto al ser adoptada por Gandhi, quien daba ejemplo hilando en su propia rueca, para mostrar al movimiento independentista de la India la forma en que podían ser boicoteadas sin violencia las fábricas textiles británicas. Más recientemente, diversos movimientos civiles han promovido iniciativas de boicot a la compra de productos de determinadas empresas. Entre ellas Shell, por su decisión de hundir una plataforma petrolífera en el mar del Norte; Nestlé, por la venta de sucedáneos de la leche materna en el tercer mundo; Burguer King, por la deforestación de América Central propiciada por la extensión de las granjas de cría del ganado cuya carne acaba convertida en hamburguesas; Solvay, por la fabricación de envases del peligroso PVC; Nike, Reebok, Adidas y Fila, por las degradantes condiciones laborales que rigen en las fábricas asiáticas que producen para estas marcas, en las que trabajan niños por un jornal de miseria.

¿Deberíamos también los consumidores/trabajadores de España declarar el boicot a los productos fabricados por los empresarios que han recortado nuestros salarios y condiciones laborales?

Aquí, los empresarios se quejan de la falta de consumo interno debido a la crisis económica. Esto es no entender la imposibilidad de estar a la vez repicando y en el coro. Reducir salarios y aumentar el consumo es la cuadratura del círculo. Pero la gran patronal Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) no deja escapar la oportunidad de echar al vuelo las campanas de sus proclamas neoliberales. 

Ya en 2009, anunciando su intención de aprovechar la crisis para someter a los trabajadores, CEOE proponía reducir las prestaciones por desempleo y su duración para "no trasladar a la gente el mensaje de tomárselo con calma", ya que ello puede "condenar a un paro perpetuo", según la patronal. Eran los tiempos en que presidía CEOE Gerardo Díaz Ferrán, que propugnaba una maravillosa fórmula de progreso: "trabajar más y cobrar menos". Se refería, por supuesto, a los demás.

George Grosz:
Ferrán, que prosperaba en los negocios gracias a los favores políticos recibidos del Partido Popular madrileño liderado por Esperanza Aguirre, resultó ser un tipo poco recomendable como empresario, como demuestran sus estrepitosos fracasos en la gestión de empresas (Air Comet, Aerolíneas Argentinas, Viajes Marsans). Para colmo, además de tener deudas con Hacienda, con la Seguridad Social y Cajamadrid, no dudó en dejar de pagar los sueldos a los trabajadores de sus empresas en crisis. Hoy está en la cárcel.

Ahora, es el Gobierno del PP el encargado de efectuar la tarea destructiva de la cohesión social aplicando el programa de CEOE. Incansable, la patronal reclama más demoliciones del edificio: su responsable de relaciones laborales, José de la Cavada, ha criticado los cuatro días de permiso que el Estatuto de los Trabajadores otorga por defunción de un familiar de primer grado cuando es necesario pernoctar. De la Cavada ha asegurado que el Estatuto de los Trabajadores "se hizo pensando que los viajes se hacen en diligencia, pues se dan cuatro días para un permiso por defunción que, evidentemente con los vehículos que hay ahora, se trata de horas de desplazamiento, o a veces de una hora".

Este José de la Cavada es también el autor de la genial idea de crear un nuevo "contrato de inserción" para jóvenes menores de 30 años, con una duración de entre seis meses prorrogable a un año, sin indemnización por despido y exento de cotización a la Seguridad Social. Y por supuesto, con una remuneración por debajo del Salario Mínimo Interprofesional.

Tan indecente proposición es una muestra más de que la gran polvareda levantada sobre las pensiones públicas oculta, en realidad, intereses privados inconfesables. Si los jóvenes trabajan sin cotizar será una perfecta vía para arruinar el sistema público de pensiones. Fomentando de paso la precariedad futura de quienes no tengan cotizado un período suficiente para generar derecho a recibir pensión.


El actual presidente de CEOE, Juan Rosell, acaba de afirmar que la reforma de pensiones firmada entre el Gobierno y los agentes sociales en el año 2011 es insuficiente para garantizar el futuro del sistema. Rosell señaló que cuando se firmó esa reforma "creímos que sería suficiente, pero nos equivocamos".
          
A ustedes no sé, pero a mí hace tiempo que se me quitaron las ganas de consumir productos españoles. En la medida en que ello me sea posible, volveré a hacerlo exclusivamente con aquellos que lleven la etiqueta: "esta empresa no pertenece a CEOE".


lunes, 3 de junio de 2013

Subsidio por desempleo: si algo puede ir mal, con este Gobierno saldrá mal

   
La más o menos apócrifa ley de Murphy postula que "Si algo puede salir mal, saldrá mal". En materia social, esta ley puede reformularse así: "Si el Estado del Bienestar puede ir mal, con un Gobierno de derechas irá mal". 

Del fatalismo a la evidencia que comprueban los millones de electores que dieron su voto al Partido Popular y hoy asisten horrorizados al infierno ("allí será el llorar y el crujir de dientes") en que se ha convertido España. Cada paso que dan los ministros del Gobierno presidido por Rajoy aumentan la pauperización de la sociedad. Ahora, el ministerio de Empleo ha ordenado que se retire automáticamente el subsidio de paro a los mayores de 55 años al llegar a los 61 años.

El subsidio por desempleo para mayores de 52 años estaba concebido como una prestación de último recurso para las personas que se han quedado sin posibilidades de reengancharse al mercado laboral al final de su carrera. La última red de protección social para desempleados de larga duración que agotaron el derecho a percibir la prestación contributiva. 

El pasado verano, el Gobierno de Rajoy ya endureció el acceso a este subsidio, aumentando la edad mínima para percibirlo, de 52 a 55 años. Recientemente, endureció las condiciones para acceder a esta prestación. En concreto, excluyendo a las personas en paro cuyo núcleo familiar (cónyuge e hijos menores de 26 años) obtenga unos ingresos cuya suma, dividida por el número de miembros de ese núcleo, arroje un cociente superior a 483,98 euros. Esto significa que una persona que tenga la desgracia de quedarse en paro a los 55 años y tenga un cónyuge con un empleo mileurista se verá privada del acceso al subsidio. 

Ahora, la insoportable obscenidad política del Partido Popular ha dado un paso más. El Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE) ha dado orden de que, a partir de ahora, el subsidio para parados mayores de 55 años se deje de cobrar cuando el perceptor llegue a los 61 años de edad. Es la forma que tiene de interpretar el decreto del Gobierno que obliga a los perceptores de esta ayuda a jubilarse en cuanto puedan. La edad más temprana de jubilación anticipada es precisamente de 61 años, pero no todo el mundo cumple los requisitos para retirarse a esa edad, así que la orden del ministerio puede dejar a perceptores de este subsidio sin ayuda y sin jubilación.

La instrucción del SPEE dice que la edad de jubilación temprana a la que se obligará a retirarse a los perceptores de este subsidio será "la que figure en el certificado emitido por el INSS [Instituto Nacional de la Seguridad Social], en los casos en que esta fecha conste". Pero a continuación pasa a admitir que "esta edad de acceso a la jubilación no puede ser determinada en la mayoría de los casos", para terminar dando con una solución que corta por lo sano: si no se puede determinar la fecha de jubilación temprana que al sujeto en cuestión le correspondería por la carrera que ha hecho "se pondrá como fecha final del derecho aquella en la que el trabajador cumpla la edad de 61 años".

Pero para poder retirarse a los 61 años de edad hay que tener 33 años cotizados, así que cabe la posibilidad de que haya gente a la que se retire automáticamente el subsidio y a la vez no pueda acceder a la jubilación. Estas personas quedarían en una suerte de tierra de nadie, y tendrían que hacer las pertinentes gestiones ante el INSS para demostrar que tienen derecho a seguir percibiendo el subsidio hasta que lleguen a la edad a la que puedan jubilarse. 


¿Han escuchado ustedes alguna mínima denuncia por parte de los partidos de la oposición contra esta nueva injusticia? Los sindicatos se han limitado a emitir algún comunicado de protesta. Y aquí acaba todo. Mientras tanto, alrededor de 500.000 personas mayores recorrerán el último tramo de su vida laboral recorriendo el camino que los conduce al infierno de la pobreza. Salvo que decidan, de una vez por todas, dejar de vivir en la resignación y rebelarse abiertamente contra el Orden Establecido.

Otrosí digo que, dado que ningún medio de comunicación va a hacer publicidad de esta obra, aprovecho la coyuntura para informarles de que ya está en ciertas librerías, al menos en Traficantes de Sueños, este pequeño breviario sobre Desobediencia Civil que puede contribuir a aclararles las ideas.