viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz 2011: Cantad a vosotros mismos

Andan los corifeos de la sumisión predicando en los púlpitos mediáticos que el año que entra será peor. Y que debemos, los de abajo, apretarnos el cinturón para que puedan, los de arriba, seguir haciendo jugosos negocios. ¿Acaso habéis creído que me voy a amedrentar? ¿Acaso que voy a caer en tal depresión que os acabaré entregando sin condiciones mi tiempo para que dispongáis de él a vuestro antojo en vuestras apestosas factorías? Sabed que el tiempo es mío, y cuando me apetece giro el interuptor y dejo de prestar atención a los heraldos del mercado.


Me subís un 10% el fluido eléctrico que fabricáis a mis expensas con el agua que envían gratis los dioses de la lluvia. ¿Acaso alguna divinidad os otorgó un título de propiedad sobre los recursos naturales? Apagaré mi lámpara una hora antes para soñar despierto, lo que no significa que me vaya a entregar dulcemente sin lucha. Do not go gentle into that good night. Escuchad el potente vozarrón de Dylan Thomas y sabréis de qué hablo.

Habéis hecho grandes negocios tendiendo líneas de Alta Velocidad al tiempo que habéis reducido los trenes más económicos. ¿Creéis que por ello no voy a moverme? No pertenezco a la clase de pasajeros que abarrotan las cabinas de los transportes rápidos para pasear sus angustias por el mundo. "Llevan ruinas a las ruinas", decía Ralph Waldo Emerson de aquellos que viajaban para coleccionar postales. Son simples turistas, mientras que el viajero, como explica Paul Bowles, es aquel que "no pertenece más a un lugar que al siguiente, se desplaza con lentitud durante años de un punto a otro de la tierra. Y le hubiera sido difícil decir en cuál de los muchos lugares donde había vivido se había sentido más a sus anchas".

La obsesión por la velocidad implica un gran despilfarro energético, Ved lo que H.D. Thoreau cuenta en Walden a propósito de lo que le insinuó un conocido: "Me extraña que usted no ahorre. Le encanta viajar; hoy podría tomar el tren para Fitchburg y ver la campiña".

Atentos a la respuesta del tío Henry: "He aprendido que el viajero más veloz es aquel que va a pie. Supongamos que se trata de comprobar quién llega primero; la distancia es de treinta millas y el billete de ida cuesta noventa centavos, es decir, casi el salario de un día. Pues bien, me pongo en camino ahora, a pie, y llego antes de la noche. Mientras tanto, usted habrá ganado el valor del pasaje, y llegará a su destino mañana. En vez de ir a Fitchburg, usted permanecerá aquí trabajando la mayor parte del día".

No penséis que voy a desperdiciar mi precioso tiempo empleado en vuestras precariedades. Estoy demasiado ocupado en mi propio trabajo. Gracias a las conquistas sociales de los que me precedieron he gozado hasta ahora de una más que aceptable salud. Procuraré cuidarla y estar fuerte dentro de veinte año para haceros frente con las picas de Coriolano cuando las miserables pensiones que estáis pergeñando para el futuro amenacen con convertirme en un hambriento esqueleto.

En esta noche en que cambia el año, guiado por el viejo Walt Whitman me canto a mí mismo:


Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.

[...]

Cuanto yo señale como mío,
Debes tú señalarlo como tuyo,
Porque si no pierdes el tiempo escuchando mis palabras.
Cuando el tiempo pasa vacío y la tierra no es mas que cieno y
podredumbre,
no me puedo parar a llorar.
Los gemidos y las plegarias adobadas con polvo para los inválidos;
y la conformidad para los parientes lejanos.
Yo no me someto.
Dentro y fuera de mi casa me pongo el sombrero como me da la gana.

Antes de que los meapilas de la progresía me anatematicen con el signo del individualista redomado, leed bien a Whitman: Cuanto yo señale como mío, Debes tú señalarlo como tuyo. Cantad también vosotros. Si cada cual entona un canto a sí mismo perderá el miedo. Dejará de interrogarse sobre el futuro y sin necesidad de profetas del porvenir saldremos a la calle y venceremos.

Feliz Año Nuevo


sábado, 25 de diciembre de 2010

Madre en la puerta hay un niño, yo digo que tiene frío

Al margen de las creencias o descreencias de cada cual, la Navidad significa un periodo de tregua en el que los habitantes del mundo occidental, cultivando mitos del Medio Oriente, dejamos por un rato de agredirnos tal como nos han enseñado en la escuela darwinista de la competitividad mercantil. Hoy es Navidad, y mientras el frío entumece los cuerpos de los pobres y el corazón de los gobernantes que han olvidado el deber de socorrer a los pobres, dejo aquí anotados mis mejores deseos de paz y prosperidad sostenible.


Deseos que anoto electrónicamente en forma de villancico, la "canción de la villa" que en sus orígenes sirvió para registrar la vida cotidiana de los pueblos. En el siglo XV, el villancico se consagraría como una peculiar forma de entender las tonadillas populares de la España Medieval, dando origen y asentándose la costumbre de entonar villancicos durante las fechas navideñas. Algunas de las melodías europeas de los villancicos formaron parte de los misterios y representaciones teatrales medievales del Ciclo de Navidad. Al prohibirse éstas en los templos, quedaron como cantos sueltos que se ejecutaban con motivo de la Navidad. Pronto los villancicos se trasladarían del pueblo a la Corte, convirtiéndose en los siglos XV y XVI —junto con el romance—, en las composiciones poético-musicales profanas más interpretadas.

Los primeros villancicos en España fueron composiciones polifónicas a tres y cuatro voces que se encuentran recopiladas en los cancioneros españoles de la época: en el "de Palacio", el "de Medinaceli", el "de Upsala", cuyo título original es: "Villancicos de diversos autores, a dos, y a tres, y a quatro, y a cinco bozes, agora nuevamente corregidos. Ay mas ocho tonos de Canto llano, y ocho tonos de Canto de Organo para que puedam aprovechar los que a cantar començaren" Fue recopilado en la corte de Fernando de Aragón, Duque de Calabria, en Valencia, y publicado en 1556, en Venecia, por Jerónimo Scotto, uno de los impresores mas conocidos de su época. Denominado "de Upsala" porque el único ejemplar conocido se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de dicha ciudad sueca.




Mas tarde, el villancico se convertiría en el arquetipo de la "canción de Navidad", hasta llegar a nuestros días como amplio repertorio de canciones (de diferente origen) que se entonan, casi universalmente, en la época navideña. La pieza gregoriana Puer natus est, por su alusión a la Natividad de Cristo ("Un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado") está considerada como uno de los primeros villancicos de la Historia.

Nicolás Maquiavelo se quejaba "nacqui povero e imparai prima a stentare che a godere" de haber nacido pobre, habiendo en consecuencia aprendido antes a sufrir que a gozar. La pobreza es siempre relativa y la queja de Nicolás tenía mucho de retórica, pues, siendo hijo de un notario, aunque fuese menos rico que los príncipes, tenía mejor situación que quienes vinimos al mundo en un hogar obrero de la posguerra española. Pero en mis propias carnes tuve ocasión de comprobar que el primer aprendizaje que se le imparte al pobre es en la escuela del sufrimiento.

La verdadera maduración de la persona se produce cuando consigue acceder al descreimiento de los valores sociales predominantes, así que hube de permanecer bastantes años padeciendo sufrimientos, sobre todo de índole ideológica, hasta que pude estudiar en la escuela de Epicuro.

En El socorro de los pobres (De Subventione Pauperum) el humanista valenciano Juan Luis Vives planteó sustituir la caridad privada y que las autoridades públicas sean las encargadas de erradicar la pobreza. Con el transcurso del tiempo, la lucha del movimiento obrero consiguió sentar las bases de un Estado solidario donde no fuese necesario recurrir a esa caridad que suele brillar por su ausencia: "en esta tierra ya no hay caridad", dice una hermosa canción navideña que quedó grabada entre mis tempranos recuerdos de infancia.

Se trata de un clásico pero poco mediático villancico, cuya letra, un tanto sui géneris, no registra los tópicos corrientes de la Natividad: pesebre, pastores, magos de Oriente, caganers, el hombre haciendo gachas, el otro al que, haciendo botas, se le escapó la cuchilla y se autolesionó allí donde más duele. El villancico Madre en la puerta hay un niño es una composición algo surrealista donde aparece un niño que vaga solitario pidiendo albergue contra el frío:

Madre en la puerta hay un niño,
más hermoso que el sol bello,
yo digo que tiene frío,
porque viene casi en cueros.

Anda dile que entre y se calentará,
porque en esta tierra
ya no hay caridad,

Entró el Niño muy cortés
dándole las buenas noches
al ama que está sentada
junto al fuego en la cocina

Y mientras se calentaba,
le preguntó la patrona,
¿De qué tierra y de qué patria?
Mi Padre es del Cielo,
mi Madre también,
Yo bajé a la tierra para padecer

Hazle la cama a este Niño,
en la alcoba y con primor.
No me la haga usted señora,
que mi cama es un rincón.

Mi Padre es del Cielo,
mi Madre también,
Yo bajé a la tierra para padecer.


Aquí os dejo algunas versiones de este villancico. Desde el aire más popular cantado por Rosa, a la más clásica interpretación coral de Les petits chanteurs de Lyon, y la que, con Sélima Al Khalaf (canto), Georges Boukoff (piano), Maher Belhaj (laúd) e Yves Teicher (violón), se escuchó en el Concierto de músicas judeo-españolas, del Festival de los Derechos Humanos y las Culturas del Mundo (L'Hay-les-Roses, 2010)

Feliz Navidad y próspero, sostenible y reivindicativo 2011



lunes, 20 de diciembre de 2010

Un caso ejemplar de sinvergonzonería política. Los diputados que recortarán nuestras pensiones ya han blindado las suyas

Salvo que una fortísima movilización ciudadana lo impida, el Parlamento español se dispone a aprobar el plan del Gobierno que pretende introducir un severo recorte de las pensiones. Recortes que no afectarán para nada a las pensiones de los diputados, pues hace tiempo que ellos blindaron las suyas. El hecho de haber ostentado la condición de parlamentario durante siete años garantiza el cobro de la pensión máxima: 2.497,91 euros, una paga brillante al lado de los 347,60 euros de la pensión más baja del sistema.


Como con mayor detalle expongo en ¿Pensiones en peligro? Que la banca pague lo que debe, el argumento utilizado por el Gobierno y los economistas que escriben a sueldo de los bancos, caso de los 100 de Fedea, es absoluta y radicalmente falso. Y con ello no he descubierto la pólvora, ya que coincido con otros autores no comprados por el sucio dinero de la delincuencia financiera.

Estos apocalípticos profetas vaticinan un severo envejecimiento de la población a medio plazo. Pero la tendencia demográfica actual no tiene necesariamente que cumplirse en 2040. Por poner un ejemplo algo macabro: si se continúan precarizando las condiciones laborales al tiempo que se deteriora la sanidad pública en beneficio de la medicina privada, la actual tendencia a la longevidad se invertirá. Pues grandes capas empobrecidas de la población no recibirán cuidados médicos en caso de enfermedad. La medicina privada no es apta para todos los públicos.

La que sí tiene la pólvora mojada es esa bomba de relojería demográfica de la que hablan los apocalípticos. Pues mientras la población joven que hay aquí y ahora continúe sumida en la precariedad laboral no cotizará a la Seguridad Social y, por tanto, no habrá generado derecho a pensión cuando alcancen la edad de jubilación. De manera que se verán obligados a seguir trabajando, si es que alguien los emplea, hasta que venga a buscarles la muerte. A esto hay que añadir el creciente grupo de trabajadores condenado al desempleo a partir de los cincuenta años, cuya pensión sufrirá aquí y ahora, sin necesidad de reformas, un severo recorte en su cuantía. En definitiva, aun cuando se mantuviera la tendencia al envejecimiento, las políticas actuales dejarán a muchos viejos sin derecho a pensión en 2040.

Abusando del cuento demográfico, el Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, —del que ya no sabemos si es o no es socialista, pero que, ateniéndonos al hecho formal, obtuvo el mandato bajo las siglas del PSOE, un partido que oficialmente enarbola la bandera socialdemócrata—, se dispone a introducir severos recortes en el sistema público de pensiones.

Recortes que se harán con la indiscutible ayuda del Partido Popular que, pese a su habitual despliegue de filibusterismo parlamentario, le va a prestar todo su apoyo encubierto por evidentes razones. La primera, porque la destrucción del Estado del Bienestar forma parte de su agenda oculta y su ideario político. La segunda, porque electoralmente le viene de perlas que el PSOE le deje hecho este trabajo sucio. ¿Por qué los militantes de este partido no lo impiden?



Ilustración: Puebla, ABC

Spain is different: ofreciendo un detestable ejemplo de sinvergonzonería política, los diputados que se disponen a recortar nuestras pensiones no han tenido el menor sonrojo a la hora de barrer para sí mismos y blindar las suyas. Para sus excelsas señorías pensión digna sí es posible.

A lo largo de las dos ultimas legislaturas de continua gresca parlamentaria, los grupos mayoritarios del PP y PSOE sólo han alcanzado un acuerdo, aprobado por unanimidad en las mesas del Congreso y el Senado: la creación de un fondo que permitirá a los parlamentarios obtener la pensión máxima del sistema de Seguridad Social cuando dejen el escaño, con el único requisito de haber sido miembros de las Cámaras durante al menos siete años (es decir, la duración habitual de dos legislaturas). De esta forma se consigue que las Cortes garanticen que todos los diputados y senadores con siete años de mandato puedan cobrar la pensión máxima: 2.497,91 euros mensuales en 2011. Esta pensión, que los ciudadanos comunes sólo obtienen cotizando 35 años y siempre que los últimos 15 lo hayan hecho por la base máxima, la obtendrán los parlamentarios que no hayan cumplido con este requisito, pues recibirán de las Cortes un suplemento extra que iguale su pensión a la máxima del sistema de la Seguridad Social.

El argumento para conceder este complemento es que debe asegurarse la dignidad de los cargos parlamentarios. Pero esta dignidad no fue sometida a debate abierto en el hemiciclo, con luz y taquígrafos. Estas canonjías se aprobaron de manera vergonzante utilizando un órgano de carácter administrativo (las mesas conjuntas de ambas Cámaras). Y además con sordina, en pleno mes de julio de 2006, cuando la atención informativa decae a causa de la canícula veraniega. O sea, que los mismos parlamentarios que aprueban leyes de pensiones mínimas, paupérrimas, para millones de jubilados, se suben las pensiones para sí mismos sin someterlas a ley.

Más ventajas. Si el diputado o diputada ha cumplido 55 años en el momento del cese, no tiene oficio ni beneficio y se queda en paro, las Cortes corren con su cotización a la Seguridad Social hasta completar el periodo necesario para tener derecho a la pensión de jubilación más elevada. Si no dispone de ingresos o patrimonio suficiente tiene además derecho a una ayuda económica hasta que se jubile equivalente al 60% de la asignación constitucional (3.126,52 euros mensuales) las Cortes les costean también un plan privado de pensiones mientras mantengan su escaño, en el que ingresan mensualmente el 10% de sus emolumentos. El objetivo, dice el reglamento, "es situar a los parlamentarios españoles en un nivel equiparable a la media de los países en nuestro entorno".

A sus señorías no parece preocuparles que las pensiones que perciben la mayoría de los jubilados estén muy por debajo de la media de los países de nuestro entorno. Tal y como han organizado su retiro dorado, con periodos de cotización mínimos, se puede calificar su pensión dentro de la categoría de no contributiva. Y no es moralmente admisible que se autoadjudiquen una cuantía tan elevada mientras votan decretos que fijan
en 347,60 euros la pensión más baja del sistema, denominada precisamente no contributiva. Porque esta es una forma de crear pobres por decreto.


Pinchar sobre la imagen para verla con mayor nitidez

Versión audio mp3 de este texto en MásVoces.org




jueves, 9 de diciembre de 2010

426 razones para no detenerse: caminad solos hasta que llegue el momento

La turbulencias financieras y políticas, las ‘huelgas' emprendidas por sectores privilegiados y las filtraciones de Wikileaks son otras tantas muestras del creciente desorden que amenaza la estabilidad social. Los coros mediáticos del turbocapitalismo no dan abasto a la hora de colocar horrendas novedades en el primer plano de la actualidad. El último horror tapa al penúltimo y éste al antepenúltimo. Pronto, nadie se acordará de que el Gobierno ha decretado agudizar la pobreza de miles de ciudadanos privándoles del misérrimo subsidio de 426 euros. Su mayor problema será el aislamiento.


Tengo invocado en este blog el viejo adagio que afirma que los dioses vuelven locos a quienes quieren perder. Y creo que una de las hipótesis más plausibles por las que Zapatero ha decidido suprimir la ayuda de 426 euros a los desempleados de larga duración se debe a un trastorno mental, transitorio o no. Porque, poniéndose en la piel del otro, se podría hasta cierto punto entender que un gobernante asediado por la crisis, por los poderes económicos y por una derecha nacional sin el menor sentido de Estado, tenga que improvisar medidas para capear el día a día frente al imparable acoso de eso que llaman mercados. Se podría hasta entender —que no compartir— la venta de algunas de las escasas joyas que aún le quedan al patrimonio público.

Pero suprimir de un plumazo la prestación de esos 426 euros que constituyen la única fuente de subsistencia de unas 700.000 personas sin empleo constituye, además de una gran felonía, un suicidio político si quien toma la medida es un gobernante socialdemócrata. Máxime si es de los que, como José Luis Rodríguez Zapatero, prometió en su primer discurso de investidura, en 2004, que su acción estaría guiada por el ideario legado por su abuelo, el capitán republicano Rodríguez Lozano, fusilado por el bando franquista en 1936. "Ese ideario es breve: un ansia infinita de paz, el amor al bien y el mejoramiento social de los humildes", dijo entonces Rodríguez Zapatero.

En la durísima situación de desempleo estructural que atraviesa la economía española (dos de cada cinco parados viven en un hogar con todos sus miembros sin empleo) nadie con un mínimo decoro moral se atreverá a sostener la falacia de que se suprime el subsidio porque hay a la vuelta de la esquina 700.000 empleos esperando ser ocupados. Nadie, claro está, salvo las tres o cuatro docenas de miserables escribidores que cobran por acusar de holgazanería a los perceptores de un subsidio de paupérrima cuantía basado en la insoportable levedad del Iprem.

Sólo dejando de estar en sus cabales se atrevería un socialista a purgar las cuentas públicas arrojando a miles de personas a la pobreza absoluta, mientras dedica cantidades astronómicas a socorrer a los banqueros. En cualquier caso, a estas alturas no me importa ZP ni milito en el partido al que arrastrará en su desmesura. Me preocupa la desolación de las personas que llevan largo tiempo en el desempleo y con esta medida verán agravada todavía más su situación de aislamiento.

Dada la centralidad que el trabajo ha tenido hasta ahora en la sociedad, el desempleo supone una forma de muerte civil que se traduce en aislamiento social. El desempleado pierde los contactos con las personas con las que se relacionaba profesionalmente. Al tiempo que el hecho de no desarrollar ninguna función laboral le impide tener un rol social con el que identificarse.

Por otro lado, la disminución de ingresos consecuencia de la pérdida de empleo contribuye a fomentar ese aislamiento. Al no haber tanta disponibilidad para llevar una vida social al uso: salir a cenar, ir de copas, frecuentar actos culturales o de ocio, actividades todas ellas que suponen un gasto, se pierden los contactos sociales. Es sorprendente la rapidez con la que mucha de esa gente que alardeaba de su amistad con el caído en desgracia se evapora. El silencio es ahora el señor absoluto de su teléfono y de su correo electrónico antaño saturados de invitaciones y mensajes. La adversidad es un buen observatorio de la hipocresía social siempre, claro está, que el observador posea la imperturbabilidad de un diablillo de Maxwell y no sucumba él mismo a la desesperación.

Llevo tiempo escribiendo sobre la crisis del trabajo en el modelo capitalista actual, lo cual no significa que mi análisis de la situación sea siempre acertado. Un hombre ni puede saberlo todo ni sería aconsejable que lo supiera todo. Si algo sobra en el entorno son los dogmáticos. Por tanto, lo único que pretendo hoy con estas líneas es enviar un mensaje solidario a esas 700.000 personas cuyo aislamiento se va a agudizar a partir de esa decisión del gobierno del PSOE tan cruel como disparatada. Para eso sí me considero legitimado, pues, por haberlo sufrido en carne propia, conozco de primera mano las diversas formas que adopta ese aislamiento.





Acabo de regresar de los astures montes de Somiedo, cuyas veredas he transitado en un hermosísimo ambiente preinvernal camino de las brañas de altura. Cada vez que piso el monte me enfrento a un debate interior: ser un buen ciudadano o un buen salvaje. Y aunque el cuerpo me pide más lo segundo, reconozco mis limitaciones y donde intento sobrevivir es en la jungla urbana. Aquí, las alimañas son mucho más dañinas que las que, por derecho natural, habitan en la floresta. No sabiendo demasiadas cosas me abstengo hoy de hacer un discurso teórico. Prefiero reproducir el poema de Rabindranath Tagore Êkla Chôlo Re, que era el favorito del Mahatma Gandhi:


Si no responden a tu llamada, camina solo.

Si tienen miedo y se esconden silenciosamente, la cara contra la pared,
desgraciado de tí,
abre tu espíritu y habla alto y fuerte.

Si se dan media vuelta y te abandonan en medio de la travesía del desierto,
desgraciado de tí,
pisotea los cardos bajo tus pasos
y viaja solo por el camino ensangrentado.

Si no te alumbran mientras la tormenta rasga la noche,
desgraciado de tí,
cuando la chispa del dolor queme tu corazón,
que tu corazón flamee en soledad.


যদি তোর ডাক শুনে কেউ না আসে তবে একলা চলো রে।

একলা চলো, একলা চলো, একলা চলো, একলা চলো রে॥

যদি কেউ কথা না কয়, ওরে ওরে ও অভাগা,
যদি সবাই থাকে মুখ ফিরায়ে সবাই করে ভয়---
তবে পরান খুলে
ও তুই মুখ ফুটে তোর মনের কথা একলা বলো রে॥

যদি সবাই ফিরে যায়, ওরে ওরে ও অভাগা,
যদি গহন পথে যাবার কালে কেউ ফিরে না চায়---
তবে পথের কাঁটা
ও তুই রক্তমাখা চরণতলে একলা দলো রে॥

যদি আলো না ধরে, ওরে ওরে ও অভাগা,
যদি ঝড়-বাদলে আঁধার রাতে দুয়ার দেয় ঘরে---
তবে বজ্রানলে
আপন বুকের পাঁজর জ্বালিয়ে নিয়ে একলা জ্বলো রে॥

O sea, romanizando la fonética bengalí:

Jodi tor đak shune keu na ashe tôbe êkla chôlo re,
Êkla chôlo, êkla chôlo, êkla chôlo, êkla chôlo re.

Jodi keu kôtha na kôe, ore ore o ôbhaga,
Jodi shôbai thake mukh firaee shôbai kôre bhôe
Tôbe pôran khule
O tui mukh fuţe tor moner kôtha êkla bôlo re.

Jodi shôbai fire jae, ore ore o ôbhaga,
Jodi gôhon pôthe jabar kale keu fire na chae
Tôbe pôther kãţa
O tui rôktomakha chôrontôle êkla dôlo re.

Jodi alo na dhôre, ore ore o ôbhaga,
Jodi jhôŗ-badole ãdhar rate duar dêe ghôre
Tôbe bojranôle
Apon buker pãjor jalie nie êkla jôlo re.


Os han quitado esos 426 euros elementales para la supervivencia. Considerad que tenéis otras tantas razones para no perder vuestra dignidad. No os detengáis. Aunque estéis desempleados no debéis permanecer parados. Sacad energía del bosque y caminad solos por la selva urbana hasta que llegue el momento en que todos los desahuciados por el Establecimiento se unan para devolver el golpe.

Que nadie olvide que, según doctrina aceptada en el Preámbulo de la Declaración de los Derechos Humanos, promulgada el 10 de diciembre de 1948, la situación de necesidad extrema legitima el derecho a la rebelión.



miércoles, 1 de diciembre de 2010

¡Ataquemos a los mercados!

No teman los comerciantes que tienen sus puestos de frutas y hortalizas, carnes y pescados en los mercados de abastos, ni los vendedores de adornos navideños de la madrileña Plaza Mayor, que contra ellos no va este llamamiento. Ni contra los coloristas souks africanos. Los mercados a los que hay que atacar son los financieros, comenzando por su cara más visible: la banca. No se trata de un capricho ideológico, sino de mera supervivencia. Son estos mercados los que plantean que se recorte la protección social y son los gobiernos los que ceden a tan vil exigencia. Entonces, a los ciudadanos no nos queda más remedio que recurrir a una acción tan directa como no violenta: retirar nuestro dinero de los bancos el próximo 7 de diciembre.



Nunca he visto un titular de prensa tan patético como el utilizado por el diario El País (26/11/10): España saca toda su artillería para aplacar a los mercados para contar que "el Gobierno ha sacado hoy toda la artillería pesada para hacer frente al acoso de los mercados y aplacar a los inversores que apuestan a que España acabará cayendo por el mismo agujero que, hasta la fecha, se ha tragado a Grecia e Irlanda. En un contraataque por tierra, mar y aire -en el plano dialéctico, financiero y en el de las cuentas públicas-, el Ejecutivo ha anunciado novedades para aumentar la transparencia de la banca; ha puesto de relieve la resistencia de la deuda del Estado y ha valorado el cumplimiento del programa de recorte de déficit para asegurar que, pese a la presión que está sufriendo, España no necesitará ser rescatada y mantiene la confianza, si bien no de todo, de una parte de los mercados."

El periódico debería recordar que la artillería no se saca para aplacar, sino para aplastar al contrario (ablandar el terreno, según el eufemismo militar). ¿Recuerdan los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia que duraron desde el 24 de marzo hasta el 10 de junio de 1999. En aquella operación de castigo se usaron 1.000 aeronaves operando desde bases situadas en Italia y portaaviones en el Mar Adriático. Los misiles más usados fueron los tomahawks, lanzados desde aeronaves, barcos y submarinos. Durante las diez semanas que duró el conflicto bélico los aviones de la OTAN realizaron 38.000 misiones de combate.

Eso es un ejemplo de cómo sacan la artillería los Estados cuando les conviene. Pero, aparte de lo ridículo del mentado titular, la verdadera cuestión que hay que plantear es la de por qué los Estados cuya deuda pública se encuentra amenazada por los mercados no les plantan cara haciendo uso de los poderosos medios de que disponen. Pues los mercados no son ectoplasmas, manos invisibles u otras potencias ultraterrenas e intangibles. Los mercados a los que se trata de aplacar, no con artillería sino con vergonzosos actos de vasallaje, son el gran agregado monetario constituido por los fondos de pensiones y de inversión donde, quienes pueden permitírselo, depositan sus ahorros, convirtiéndose en los principales acreedores de las deudas soberanas.

Resulta dramáticamente irónico que los fondos de pensiones que se constituyen con el ahorro de los trabajadores de unos países se destinen a precarizar la situación de los pensionistas de otros países. Y es que, en la práctica, el capital no tiene rostro: está diluido en esos pequeños e invisibles corpúsculos denominados "acciones" o "fondos de inversión". A través de los complejos mecanismos inventados por los gestores de los mercados financieros, esos corpúsculos van cambiando de manos y de forma.

Conforme a la lógica del mayor beneficio, los gestores de estos patrimonios no los administran atendiendo a criterios sociales. Persiguiendo la mayor rentabilidad del fondo canalizan el ahorro hacia las Bolsas de valores. De manera que el ahorro ya no se destina a respaldar industrias productivas, sino que, en buena parte, se convierte en materia de especulación.
Y sus gestores, los bancos y sus agencias, son los que se están cebando sobre los títulos de la deuda soberana del Estado español.

Una vez que hemos comprobado que, por desgracia, los Estados no están dispuestos a combatir al poder financiero, sino a aplacar sus continuas exigencias de recortes de la protección social, nos nos dejan a los ciudadanos otra salida que la de la acción directa.

No se entienda esto como una llamada a la ruptura de lunas de las sucursales bancarias, un acto de vandalismo propio de cerebros primarios que actúan a impulsos de la herencia recibida de los reptiles: el hipotálamo. Entiéndase como un acto consciente de represalia no violenta, que se sustancia en la retirada de las cajas bancarias de nuestro dinero. "Es normal que la gente decente se plantee sacar su dinero de bancos que lo usan para hundir a las economías y extorsionar a los gobiernos", afirma el catedrático de Economía, Juan Torres López.

Una medida en este sentido es la propuesta del conocido futbolista Eric Cantona, que ha convocado en Francia, con vocación mundial, un movimiento popular para retirar el dinero de los bancos el próximo día 7 de diciembre de 2010.

Si esto se hiciera masivamente, los bancos no tendrían liquidez suficiente para devolver los depósitos a sus clientes porque la banca occidental opera con un sistema llamado de reservas fraccionarias. Esto significa que de todo el dinero que ingresa un cliente sólo conserva alrededor del 2% más algunos porcentajes adicionales dependiendo de la regulación de cada país). Retirar el conjunto de depósitos resulta engorroso para la mayoría de la gente, pero retirar al menos el saldo de la cuenta corriente con el dinero de la nómina, pensión o subsidio por desempleo, y pagar nuestros gastos en metálico, ya significaría un primer toque de atención a los bancos para que vayan pensando en pagar lo que deben a la sociedad.

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Dos premios Nobel de Economía piden que se meta en la cárcel a los banqueros



Economistas como Joseph Stiglitz y George Akelof vienen diciendo durante los últimos meses y en repetidas ocasiones que "es imposible resolver la crisis económica sin que los criminales que cometieron el fraude estén en la cárcel".

El Nobel de economía George Akerlof ha criticado que no se castigue a los delincuentes de cuello blanco y que se facilite con las nuevas medidas económicas las condiciones para comenter este tipo de delitos, lo que provocará mayor destrucción de la economía en el futuro.

El también Nobel de Economía Joseph Stiglitz denuncia que el sistema está diseñado para fomentar ese tipo de cosas, y que las personas que han tenido la mayor responsabilidad en la situación actual no están siendo sancionados, y aunque se les multara con un 5% o 10% de las ganancias que han obtenido, seguirían viviendo en sus lujosas casas y con sus cientos de millones de dólares.

"El sistema está diseñado para que si te pillan, la multa sea sólo un número muy pequeño comparado con el fraude cometido. Es como una multa de aparcamiento, a veces tomas la decisión de aparcar en un sitio a sabiendas de que podrían ponerte una multa", señala el premio Nobel, que asegura que habría que meter a muchos de los responsables en la cárcel".

"¿Vamos a confiar en quienes nos metieron en esta situación para sacarnos de ella? Ellos reconocen que no han hecho bien las cosas pero que su comprensión de la situación es buena. Si creen esto, estamos en un lío, lo siento"