sábado, 31 de marzo de 2012

El Gobierno fomenta el fraude fiscal


A primera vista, aprobar unos Presupuestos socialmente restrictivos que agravarán la recesión y el desempleo, concediendo al mismo tiempo una amnistía fiscal a los defraudadores parece cosa de locos. Sin embargo, el banquero Botín se ha apresurado a felicitar al Gobierno por sus reformas. O sea que tal vez los políticos del PP no estén tan locos, simplemente se les ha visto el plumero. Y ya sabemos de qué lado están.



Permitir que los delincuentes que eluden sus obligaciones con Hacienda puedan blanquear su dinero a cambio de pagar un tipo mucho más bajo que el resto de contribuyentes, y que encima el Gobierno les garantice confidencialidad a la hora de hacer este enjuage rompe con el más elemental sentido del decoro.

Quienes ocultan sus ingresos a Hacienda por encima de cierto límite cometen un delito fiscal. Son, por tanto, delincuentes. Concederles una amnistía supone
fomentar el fraude fiscal. A partir de ahora, una persona sin escrúpulos puede verse animada a obtener dinero por vías ilícitas y no declarar a Hacienda las ganancias. Eso la convertirá en un delincuente fiscal, que es cosa muy fea. Por suerte, tarde o temprano arribará al poder un gobierno que decrete una regularización fiscal que le permita aflorar el dinero negro y blanquearlo. Entonces, libre ya del delito, volverá a ser un ciudadano no sólo respetable, sino con la autoestima crecida. Pensando que es bastante más listo que la mayoría, al haber pagado muchísimos menos impuestos que el resto de sus conciudadanos.

Un plan de regularización fiscal que suponga de hecho una amnistía para los defraudadores es impresentable, injusto y antisocial. Y en estos términos lo calificó, en junio de 2010, la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, al subrayar la "paradoja de que a los que pagan impuestos se les suban y a los que no, se les perdonen". Con estas palabras criticó la número dos del PP el presunto plan de
regularización fiscal para aflorar dinero negro que, según ella, preparaba el Gobierno socialista. "No es de recibo que a los que pagan se les suban los impuestos y a los que defraudan se les perdone [...]. Es impresentable que la salida de la deuda sea amnistiar a los que defraudan", dijo Cospedal.

Por su parte, Mariano Rajoy señaló en aquella ocasión que "Lo que España necesita no es una amnistía, sino confianza en la política económica de un país y en el Gobierno que la deba implementar", aseguró. "No la vamos a apoyar porque los que pagan van a pagar más y los que no pagan se les va a perdonar lo que no han pagado. Sobre todo, después de lo que se le ha hecho a los pensionistas con la congelación de las pensiones y a los millones de españoles que no pueden trabajar", añadió.



La entonces ministra de Economía y Hacienda del PSOE, Elena Salgado, negó que existiera ningún plan parecido a eso. Y e
n cualquier caso, la presunta amnistía criticada por el PP nunca se llevó a cabo. La primera noticia al respecto desde que comenzó la crisis es la que nos llegó el pasado 30 de marzo de 2012. Confirmando que el Consejo de Ministros del Gobierno presidido por Mariano Rajoy acaba de aprobar una amnistía fiscal encubierta para intentar la regularización de las rentas no declaradas, tanto las repatriadas desde fuera de España como las ocultas dentro del país.

En sentido estricto, la amnistía fiscal está prohibida por Ley, de ahí que las rentas regularizadas tributarán un 10% mientras que los dividendos obtenidos en el extranjero lo harán un 8%. Es decir, pagarán menos que si hubieran tributado de forma normal, porque las rentas de más de 52.361 euros brutos anuales tienen un tipo marginal del 43% mientras que el impuesto sobre las plusvalías de capital está entre el 19% y el 21%.

Según afirma textualmente el comunicado gubernamental
"se implanta otro gravamen especial de atracción de rentas no declaradas por contribuyentes del IRPF, Impuesto sobre Sociedades e Impuesto sobre la Renta de no Residentes que permitirá una regularización extraordinaria de capitales, previo pago de un gravamen complementario del 10% del importe de los bienes y derechos aflorados. Los contribuyentes podrán presentar una declaración confidencial para regularizar su situación tributaria".

Por cierto, el banquero Botín, que de regularizaciones fiscales sabe bastante, ha aplaudido las medidas que está tomando su Gobierno. El presidente del Banco Santander ha defendido ante la junta de accionistas los pasos que está dando el Gobierno español con la adopción de medidas "duras en el corto plazo, pero imprescindibles de cara al futuro", en alusión a la reforma laboral, la financiera y las iniciativas para corregir el déficit público. Asimismo, el banquero expresó su convencimiento de que el Presupuesto presentado por el Gobierno "contribuirá decisivamente a la reducción del déficit y a la mejora de las finanzas públicas".

El banquero Botín tiene poder suficiente para hacerse oir, pero su voz tiene escaso respaldo moral.
En esa misma junta de accionistas, Botín expresó su esperanza en que la Audiencia Nacional "archive pronto" el proceso abierto con él y varios miembros de su familia por presuntos delitos contra la Hacienda Pública y falsedad documental en el caso de las cuentas suizas del HSBC. Y recordó que tanto él como el resto de miembros de su familia ya presentaron sus respectivas regularizaciones fiscales.

Mientras tanto, el Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, continúa las diligencias de investigación abiertas contra el presidente del Santander, cinco de sus seis hijos, su hermano Jaime Botín, y sus cinco hijos, derivadas del caso de las cuentas ocultas de HSBC iniciado en mayo de 2010.

Ese mes, la Agencia Tributaria recibió de parte de las autoridades francesas el listado de españoles con cuentas en el HSBC Private Bank Suisse con fondos por los que no habían presentado las autoliquidaciones del IRPF y/o del impuesto sobre el patrimonio de los ejercicios de 2005 a 2009. Esta información surgió después del robo de los datos por parte de un empleado del banco británico.

Cuando Hacienda fue informada por Francia de la existencia de cientos de cuentas opacas de españoles en el banco HSBC en Suiza, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero instó a sus titulares —Botín incluido— a que regularizaran su situación. En ese caso, también hubo un trato de favor, que consistió en avisar a esos defraudadores para que hicieran una declaración a posteriori y eludir así otras sanciones y el castigo penal pagando un recargo.

No creo que los lectores habituales de este blog hayan dudado ni un momento acerca de quienes serían los sectores que resultarían favorecidos por las medidas adoptadas por el Gobierno del Partido Popular. La duda que persiste es saber si, transcurridos los primeros cien días del mandato de Mariano Rajoy, se habrán caído ya del burro los integrantes de ese amplísimo sector de asalariados que le dieron su voto.



Nota: Lamento no disponer de mejores imágenes de esta clásica representación de la pirámide del sistema capitalista. Pinchando sobre ellas se ven con mayor nitidez. La colaboración en este sentido será bienvenida.



martes, 27 de marzo de 2012

29-M: no produzcas, no consumas


El 29-M, habrá mucha gente que no pueda hacer huelga laboral por hallarse en situación de desempleo, jubilación o condiciones de extrema precariedad. Eso no es motivo para mantenerse al margen. Todas y todos podemos ayudar al éxito de la convocatoria interrumpiendo cualquier actividad económica durante este día de protesta contra el desmantelamiento de los derechos laborales y sociales.




Como ya he explicado en el artículo precedente, un único día de huelga general produce una pérdida de producción similar a la de un festivo cualquiera, día en que también cierran fábricas y comercios. Eso, suponiendo que la huelga fuera total y absoluta. En ese improbable caso habría un doble beneficio: para los patronos —a los que en época de crisis les vendría muy bien ahorrarse el pago de un día de salario— y para el medioambiente. Es obvio que un día en que cesara todo movimiento de máquinas y vehículos proporcionaría un leve respiro a la sobrecargada atmósfera.

Esta evidencia, que vale para refutar el miedo que intenta sembrar Gobierno y patronal para desincentivar la huelga, debe ser tenida en cuenta también por los partidarios de apoyar la protesta laboral con una abstinencia en el consumo. Que nadie sea tan inocente como para pensar que, el hecho de dejar de comprar durante un día, inflige sensibles pérdidas al capital: el que necesita una barra de pan o unos calcetines los compra el día de antes.

Teniendo esto bien presente para no llamarnos a engaño, el 29 de marzo, podemos contribuir a reforzar el éxito de la protesta llevando también a cabo una huelga de consumo que siga sencillas pautas:


No utilizaremos el coche,
no usaremos bancos ni cajeros automáticos,
no entraremos a comprar en los comercios,
no iremos al cine ni al teatro,
no entraremos en bares ni restaurantes,
(ni siquiera al término de las manifestaciones)
no utilizaremos el transporte público
(salvo para asistir a las manifestaciones)



La lista de actos abstencionistas no es exhaustiva. Se debería evitar en esta fecha encender lavadoras y hornos domésticos para reducir el consumo de electricidad. Todo esto son acciones destinadas a visualizar la amplitud de la protesta. Los demagogos del Partido Popular y de la patronal dicen que la huelga perjudica a las personas desempleadas. ¡Como si el hecho de no hacer huelga sirviera para que les ofrecieran un empleo al día siguiente!

Pero los cinco millones de personas que integran la legión del paro, cuya propia situación los vuelve invisibles en el registro de huelguistas, sí pueden hacer patente su protesta no participando ese día en actividades de tipo económico. Y por supuesto, llenando las calles en las manifestaciones que tendrán lugar como broche de la jornada.

Al día siguiente del 29-M tendremos que ajustar las cuentas. Si alguien experimenta una pérdida real con la huelga son los asalariados que la ejercen de manera legítima y responsable, sufriendo en su nómina un descuento. Entre salario y cotizaciones sociales, el trabajador medio pierde 113 euros por la huelga.

Un cálculo racional podría llevar a compensar esa cantidad reduciendo deliberadamente el consumo en aquellos establecimientos claramente alineados con las políticas de derechas. Estadísticamente serían como mínimo el 44,62% de los propietarios de comercios los que votaron al PP. En la práctica, y dada la tendencia conservadora generalizada en el sector, son muchos más. Así que procure cada cual, el próximo mes de abril, abstenerse de realizar una compra por un importe equivalente al descuento sufrido en nómina en un comercio de su elección. Y que la estadística reparta suerte.

Al fin y al cabo, se nos enseña que debemos
premiar comportamientos para favorecer la competencia en el mercado. Pues votando al PP, los sectores conservadores están perjudicando el mercado laboral. Y después de todo, el boicot económico a empresas o países que tienen comportamientos inadecuados es algo aceptado.

Más allá de estos ajustes de cuentas puntuales debemos reflexionar seriamente sobre nuestro papel como consumidores. El consumo excesivo no nos hace más libres, sino más dependientes del empleo. Para la producción y subsecuente destrucción masiva de los recursos naturales no se necesitan personas que piensen, sino "personal" susceptible de ser manejado por los dirigentes. Al modelo sociopolítico vigente en la actualidad no le preocupa lo más mínimo la tarea de construir una sociedad mejor. Le bastan masas que trabajen y consuman, es decir, "recursos humanos" convertidos en simples engranajes que sigan al pie de la letra las consignas dictadas por el subsistema mediático asegurando la continuidad del ciclo:

trabajar (producir) —> consumir (romper lo producido) —>

—> trabajar (volver a producir lo mismo)

¿No es esto el mayor de los absurdos?




sábado, 24 de marzo de 2012

La huelga en tiempos del cólera


Ante la convocatoria de huelga general el próximo 29-M, la ciudadanía española —que en su mayoría vive o necesita de un empleo asalariado para vivir— se enfrenta a un gran dilema: O sucumbir al miedo y buscar mil y una disculpas para no secundar la huelga o recuperar la conciencia de clase y defender las conquistas sociales logradas a través de las luchas históricas del movimiento obrero. Un único día de huelga no va a amedrentar a la patronal ni a la derecha en el Gobierno. Pero significará el primer aviso de que la mayoría social comienza a perder el miedo.


Vaya por delante que el argumento de que lo que menos necesita España en estos momentos es una huelga, por las pérdidas económicas que ocasionaría, es una perfecta y absoluta memez.
Por mucho que los medios farisaicos se rasguen las vestiduras con esa tesis, la prosaica realidad es que un día de huelga produce las mismas pérdidas que el Corpus Christi, día en que también cierran fábricas y comercios mientras Dolores de Cospedal aprovecha para lucir peineta sobre su alma de puercoespín. O el de la Inmaculada Concepción, prodigio que hoy la ciencia ha socializado con las fecundaciones in vitro.

Sin embargo, estos tiempos del despido libre y la brutalidad política desencadenados por el Partido Popular han generado en la población tal miedo e incertidumbre, que
bien podría decirse que la huelga general del 29-M ha sido convocada en tiempos del cólera. Es obvio el parafraseo que me permito hacer sobre la novela de Gabriel García Márquez El amor en tiempos del cólera, en la que el Nobel colombiano narra una historia de amor que se desarrolla en una región afectada por la epidemia del cólera.

Es el cólera una enfermedad aguda, provocada por la bacteria Vibrio cholerae, que se manifiesta como una infección intestinal, lo cual provoca, entre otros síntomas, grave flojera de vientre que lleva a los enfermos a deshacerse por las patas abajo. Síntoma compartido por aquellos a los que atenaza ese miedo que ahora mismo atenaza a la sociedad.


Utilizando lo que Naomí Klein ha llamado La doctrina del shock el Establecimiento aprovecha el estado de temor generalizado de la población para cometer las mayores tropelías contra el Estado del Bienestar. Mientras tanto, las fábricas del pensamiento oficial siembran en la opinión pública la especie de que los sindicatos no son necesarios.

Quien estas líneas escribe ha criticado, y muy duramente por cierto, a las cúpulas sindicales. Pero nadie me habrá escuchado jamás decir una sola palabra contra el sindicalismo. Una creación histórica de la clase trabajadora sin la cual el panorama social no sería el que hemos conocido en los últimos cincuenta años.

Dice un refrán político que no hay nada más tonto que un obrero de derechas. Y sobre todo, nada hay más triste que escuchar a un trabajador por cuenta ajena hablar mal de los sindicatos. ¿Cómo creen estos maledicentes que se ha fijado el salario que perciben? ¿Acaso no ha sido un convenio negociado por los representantes sindicales el que lo fijó? ¿De dónde creen estos insensatos que surgió la norma que fija la jornada laboral en ocho horas? ¿Acaso creen que fueron los patronos quienes, llevados de un espíritu filantrópico y magnánimo, decidieron otorgar vacaciones pagadas, jubilaciones, servicios públicos de salud a sus empleados?

Desde los tiempos de Bismark hasta ayer mismo, todas las
condiciones que humanizan las condiciones del trabajo asalariado provienen de las sucesivas cesiones que los trabajadores, sindicalmente organizados, obligaron a realizar a la derecha.




Los sindicatos son, por otra parte, la única instancia desde la que es factible convocar una huelga. Y en este caso, esa huelga general que las centrales sindicales Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores se han visto obligadas a convocar aun a sabiendas de las dificultades que tendrán muchas personas para secundar el llamamiento.

Se trata de esas personas empleadas pero que llegan a fin de mes con grandes dificultades, y son renuentes, por tanto, a participar en la huelga. Asimismo hay que tener grandes dosis de heroicidad para hacer huelga en el caso de esa personas empleadas, vale decir explotadas, a través de contratos precarios. Y a las que sus empleadores amenazan con no renovar el contrato la semana próxima si participan en la huelga. No olvidemos que la patronal sí está movilizada en la lucha de clases.

Por todo ello, quienes tengan una posición laboral lo suficientemente sólida no deben buscar disculpas para dejar de ejercer su derecho constitucional a la huelga. Un derecho, todo hay que decirlo, cuyo disfrute tiene un coste reflejado en el descuento en nómina del día no trabajado. Pero ¿acaso no cuesta también dinero disfrutar de una jornada en una estación de esquí o en un balneario? Es preferible perder un día de salario que mil de indemnización cuando te despidan. Porque, si no frenas a este Gobierno y a esta patronal partidarios del despido libre, tus posibilidades de verte en el paro aumentan considerablemente.

Que conste que un único día de huelga no va a amedrentar a la patronal ni a su consejo de administración gubernamental. Pero puede ser un aviso de que la mayoría social comienza a perderles el miedo. La movilización social debería tener la suficiente intensidad que lleve a patronal y Gobierno a tomar nota de que es preferible fomentar la igualdad y la paz social a que se despierte en la gente esa otra acepción de la palabra cólera, que también es sinónimo de ira. Porque si apretamos tanto las tuercas de la caldera, esta algún día reventará. Y se contarán por millares los que, montados en cólera, se rebelarán contra la injusticia.

Ayer mismo, en Andalucía, las elecciones autonómicas han puesto de relieve que las clases más perjudicadas por la crisis comienzan a pararle los pies a la derecha y sus brutalidades. Así que, quienes puedan hacer la huelga, háganla en buena hora, y quienes materialmente no pudieran, por sus precariedades o su situación de paro, salgan masivamente a participar en las manifestaciones que pondrán broche a la jornada. Con Celaya digamos:











lunes, 12 de marzo de 2012

Donde no hay publicidad, resplandece la verdad


69.999: no es el número del Gordo de la lotería, sino la cifra registrada por el contador de páginas visitadas en este blog hasta hace un rato. Con este motivo, el escribidor del mismo desea expresar su más efusivo agradecimiento a los visitantes. Y de paso se permite una digresión personal.


Dicen que en todos los trabajos se fuma, y como este escribidor dejó de quemar tabaco hace doce años, en algo debía de entretener los trabajos y los días hasta la hora de cenar. La razón de acabar mi relación con el fumeque fue fundamentalmente política: me parecía del género tonto seguir incrementando la ganancia del gran capital a costa de mi salud. Como también política fue la razón de romper con la dependencia del trabajo asalariado, al constatar que la otra parte había roto su compromiso con el pacto social.

Por lo demás, este cuaderno electrónico no surgió del vano afán por escribir sobre lo divino y lo humano. De lo primero, no entiendo ni tampoco es cosa que me inquiete en demasía. Y por lo que a los asuntos de la humana condición respecta, hay que estar muy preparado para no decir excesivas tonterías. Pues el escribidor de este blog no nació sabelotodo ni todólogo
(*), oficios que se prodigan en los medios audiovisuales. Aunque, eso sí, de los padres que le engendraron aprendió que, al igual que el moro del romance, decir mentira está muy feo.


— ¡Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.
Allí respondiera el moro,
bien oiréis lo que diría:
—Yo te lo diré, señor,
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho
mi madre me lo decía
que mentira no dijese,
que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey,
que la verdad te diría.

No he consultado las efemérides para comprobar la posición de los astros en el día de mi nacimiento. Pero de lo que algo estoy seguro es que me alumbraron en una época presidida por la injusticia. He conocido la injusticia desde que tuve uso de razón. Y al día de hoy, pese a que ríos de opulencia han llevado la riqueza a los países avanzados, la injusticia en el reparto de esas aguas continúa siendo patente. Se articula, sobre todo, a través de la avería del empleo, ese artefacto que permitía la inserción social a través del trabajo. La avería no es casual, sino perfectamente orquestada por la cúspide del Establecimiento.

Y de esa avería venimos hablando desde que, un martes 17 de marzo de 2009,
escribiera las primeras líneas de esta bitácora:

"El paro constituye la principal preocupación de la ciudadanía española. Exceptuando ciertas privilegiadas minorías de los ámbitos empresarial y gubernamental, es difícil encontrar hoy una familia que no tenga alguno de sus miembros sometido por alguna forma de precariedad laboral. Cada vez hay más hogares donde, aunque todavía se vive con desahogo gracias a los ingresos de los cabezas de familia, los hijos están en paro y no encuentran un terreno sólido sobre el que asentar un proyecto de desarrollo y emancipación personal. En los casos más lacerantes, el desempleo afecta a quienes constituyen la fuente principal de ingresos, configurando una amplia gama de situaciones de pobreza y desarraigo social.


A estas alturas del experimento neoliberal iniciado hace tres décadas, la insoslayable evidencia permite anotar entre sus méritos el haber configurado un modelo de sociedad donde la gente no puede contar ya con la seguridad de un empleo fijo. En términos macroeconómicos, un millón de desempleados no es más que una cifra inscrita dentro de un conjunto general de números susceptibles de toda clase de especulaciones metafísicas. Mas quien se atreva a descender a los infiernos de la microfísica humana se encontrará con un millón de dramas personales".

Viñeta de Gayo, La Codorniz

Esas líneas son transcripción literal de los párrafos preambulares del Diccionario del paro y otras miserias de la globalización. Una herramienta destinada a desmontar (o deconstruir) esa espuria estructura discursiva con la que políticos, economistas, empresarios e ideólogos a sueldo, enmascaran la realidad del drama humano del paro. Un
término de semántica algo viscosa que designa un producto característico de la factoría capitalista global.

Este libro fue publicado en 2002, cuando el desempleo era un problema evidente. Diez años más tarde, el autor, que no va de profeta por la vida, hubiera preferido constatar que esa situación había mejorado. Pero la realidad demuestra que el paro es un hecho estructural, y la avería intencionada del artefacto del empleo es un episodio más de la lucha de clases en el que la clase empresarial ha obtenido una brillante victoria sobre la clase trabajadora.

La historia humana enseña que los pactos sociales no surgen de un impulso filantrópico, sino de la necesidad de buscar un equilibrio entre las partes enfrentadas por un conflicto. Hobbes, y de alguna manera también Locke, creían que, en el estado de naturaleza, los humanos andaban siempre en guerra permanente los unos con los otros. Y para poder vivir sin estar en permanente alerta, la razón impulsa a firmar un pacto o contrato social.

El Estado del Bienestar fue la expresión del último pacto social contemporáneo. Pero una de las partes, al sentir que su poder económico y político se reforzaba, ha perdido el miedo a la fortaleza de la otra parte y ha roto unilateralmente el pacto.

Y en esas estamos. O la mayoría social se dota de nuevas y poderosas herramientas de acción, o lo que asoma ya a la vuelta de la esquina es la explotación del humano por el humano en su peor expresión.

Este ciudadano escribidor no es un pesimista a priori. Es de los que, leyendo la historia, piensa que no hay mal que cien años dure. Aunque una mezcla de razón gramsciana y sorna manchega le lleve a puntualizar el refrán con esta apostilla: pero lo malo es si dura noventa y nueve años.

De momento, al día de hoy, coincidiendo con la llegada de la primavera, una constelación de nueves ha aparecido en el contador de este blog. Así que, como de bien nacidos es ser agradecido, quede aquí constancia de mi más efusivo agradecimiento a todas esas personas visitantes que han tenido la amabilidad de recalar en esta página.

Y ya de paso, no estará de más recordar que, en los inicios del blog, no le hicimos remilgos a permitir que Adsense, el sistema publicitario de Google, insertara publicidad en este sitio. Y así lo declaré en una nota al margen en la que advertía de que "En un entorno capitalista, sería del género tonto que el escribidor que mantiene este blog, y que no pertenece al clan de los que nadan en la abundancia, renunciara a la posibilidad de obtener unas perrillas con las que redondear su magro peculio. Sin sentir complejos por ello." Animaba de paso a los lectores a incentivar la maquinilla: "Si quieres colaborar a que el flujo monetario global destile algunas gotas en esta página, haz click en los anuncios. No hace falta que te los aprendas de memoria. Simplemente, 'pincha' en ellos. Al ciudadano Pérez le encantaría tener la oportunidad de pagar impuestos sobre las ganancias obtenidas."


Poco dura la alegría en casa del pobre. El 01/07/09, recibí un correo-e del siguiente y literal tenor:

Google AdSense adsense-adclicks-es-noreply@google.com

para usuario
Estimado/a :

Al revisar nuestros datos, hemos detectado que su cuenta de AdSense ha supuesto un peligro importante para nuestros anunciantes de AdWords. Dada la posibilidad de que el mantenimiento de su cuenta en nuestra red de editores perjudique económicamente a los anunciantes en el futuro, hemos decidido inhabilitarla.

Consideramos que esta medida es necesaria para proteger los intereses de los anunciantes y los de los demás editores de AdSense. Somos conscientes de que esta situación puede causarle molestias, por lo que agradecemos de antemano su comprensión y cooperación.

Si tiene alguna pregunta sobre su cuenta o las acciones que hemos realizado, no conteste a este mensaje.

Atentamente,

El equipo AdSense de Google

¡Hemos detectado que su cuenta de AdSense ha supuesto un peligro importante para nuestros anunciantes de AdWords! Vaya una cosa. ¿Tendría algo que ver con ese sentimiento de peligro para los anunciantes el artículo que casualmente acaba de publicar (10/6/2009? bajo el título Castigar a los banqueros, no a los trabajadores.

Dicho artículo recordaba que, en plena época de bonanza de los negocios, cuando nadie preveía la actual crisis, el economista canadiense John Kenneth Galbraith ya propuso una singular idea: que los gobiernos, en caso de dificultades, deberían castigar a los banqueros, no a los trabajadores. Un lema que la ciudadanía debería tener en cuenta a la hora de juzgar a sus dirigentes.

Así que, como afirmaba uno de los teoremas del hoy desaparecido semanario La Codorniz: donde no hay publicidad, resplandece la verdad.
)

Me quitaron la publicidad antes de que pudiera cobrar algún céntimo, pero me dejaron intacta la libertad de decir la verdad. Al menos, la verdad en la que yo creo: que si algo debemos combatir hasta la muerte es la injusticia.

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(*) todólogo, ga.

1. m. y f. despect. coloq. El Salv. y Hond. Persona que cree saber y dominar varias especialidades.










viernes, 9 de marzo de 2012

El Gobierno del PP trata a los parados peor que a los presidiarios


Lo peor de esta crisis no es tanto su impacto económico, sino el cinismo con el que el Capital y su Consejo Central de Administración, el Gobierno, utilizan un lenguaje que pervierte el sentido de las cosas.
A estos gobernantes no se les cae de la boca la palabra libertad. Que entienden, no como atributo de las personas, sino del mercado. Para ellos, la máxima expresión de libertad consiste en la libertad de despido de los que trabajan, y en el trabajo forzado de los despedidos.



En la novela 1984, de George Orwell, el poder utiliza una neolengua o nuevahabla (newspeak)* inventada para desvirtuar la realidad. Más o menos, lo mismo que hacen ahora los economistas oficiales del Reino cuando hablan de "crecimiento negativo" para no decir depresión. A este paso, es previsible que pronto nos hablen de "empleo negativo" para referirse a las atroces cifras de un desempleo fomentado ahora por las medidas del actual Gobierno.

Porque D. Mariano Rajoy, el Deseado [políticamente por ese aluvión de electores que le auparon al poder] apoyado por su Popular
Partido y Convergencia i Unió, acaba de aplicar a los actores de la enferma economía hispana unas dolorosísimas recetas de caballo. La explicación es que la reforma laboral se hace para crear empleo.

Se escucha aquí la voz del doliente angustiado. "Oiga doctor, ¿Con este amargo remedio me curaré pronto?" "No lo crea" -dice el popular galeno- "aguante, que esto va para largo. Con nuestras recetas, prevemos que este año el paro aumentará en 600.000 personas". O sea, "empleo negativo".

Esto es lo que afirman esos gobernantes que acaban de llegar al poder, y a los que no se les cae de la boca la palabra libertad. Una libertad que entienden, no como atributo de las personas, sino del mercado. Y cuyo corolario viene a ser:

Para este Gobierno y sus ideólogos la máxima expresión de libertad consiste en la libertad de despido.

Es la conclusión que podemos extraer de esa letra infame escrita en todos y cada uno de los párrafos de la Reforma Laboral dictada (no negociada ni con sindicatos ni parlamentarios) por el Partido Popular. Una reforma que otorga amplias libertades al empresario y somete al trabajador a un régimen de dominación cuasi neofeudal. Pues, como tengo ya escrito en este cuaderno, el desempleo y el despido libre cumplen también una función disciplinaria.

Convengamos que el Estado, salvo que sea autoritario y dueño absoluto de los medios de producción, no puede crear otro tipo de empleo que el que corresponde al ámbito funcionarial y atención de los servicios públicos. Puede, eso sí, arbitrar medidas que favorezcan la actividad económica, de manera que sean los actores económicos los que generen empleo.

Pero un Estado democrático auténticamente orientado al servicio de la ciudadanía lo que sí tiene es la potestad y el deber de garantizar, ante todo, el bienestar y la subsistencia de todos sus miembros. Así lo dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado, que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. (Art. 25).

Y la propia Constitución Española:

Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. (Art. 41).

Pero estas propuestas solidarias nacidas de la sensatez política entran en abierta contradicción con las medidas que se adoptan en estos tiempos de la brutalidad política. En tiempos de un horror de tal magnitud que la reforma laboral dictada por el Gobierno pretende, en primer lugar, facilitar el despido de los trabajadores. Y luego, una vez que se hallen estos en la calle, en plena intemperie, obligarlos a prestar lo que eufemísticamente llaman "servicios a la Comunidad".

En efecto, como si cinco millones de personas no tuvieran ya bastante desgracia con estar en el paro, ciertos sectores de la patronal, en vez de cooperar en el fomento del empleo, alimentan la sospecha de que los desempleados son una panda de holgazanes que viven alegremente del subsidio y se pasan el día en el bar. Esto lo han afirmado públicamente desde el diputado de CIU, el señor Durán Lleida, a diversos dirigentes de la patronal CEOE.

Insidias de esta índole alimentan esa idea tan extendida entre la gente biempensante de que los parados,
en vez de estar mano sobre mano, deberían realizar trabajos de servicio comunitario. Aparece así esa colección de tópicos V.g.: limpieza de bosques, conservación de carreteras.... etc.

Ahora bien, ¿no llevan siglos los curas, políticos y economistas hablando de las virtudes del trabajo? ¿No se ha ensalzado hasta la saciedad el trabajo como máxima expresión de las potencialidades de la persona?

De acuerdo, enviemos a nuestra legión desempleada a limpiar los bosques para prevenir incendios. En lugar de aumentar el "empleo negativo", encuadremos a los parados mediante un contrato laboral digno, para que lleven a cabo tareas de interés nacional, efectuando ese trabajo en condiciones de libertad y dignidad.

Pero aquí se pone de relieve otra de las perversiones implícitas en la reforma laboral del Sr. Rajoy, que lo que pretende no es proporcionar un empleo a los parados. Sino que los desempleados sigan siendo desempleados y que, cobrando en el mejor de los casos un subsidio de 400 eur —ingreso situado por debajo del umbral de pobreza— realicen trabajos de forma obligatoria.

¿Cómo calificar esto? ¿Retorno a las tenebrosas workhouses inglesas del siglo XIX? ¿Neofeudalismo con siervos de la gleba obligados a prestar servidumbres al señor de turno? En cualquier caso es una absoluta e impúdica muestra de desfachatez política.

¡El Gobierno del Partido Popular pretende otorgar a los parados un tratamiento peor que el que reciben los delincuentes! Puesto que los trabajos forzosos no pueden ser impuestos ni siquiera a los convictos de delito, ya que
la Constitución Española lo prohibe:

Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. [........]. En todo caso, tendrá derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, así como al acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad. (Art. 25.2)

Llegado el caso, los desempleados a los que las administraciones les impongan la prestación de algún trabajo forzoso, quedan perfecta y moramente legitimados para negarse a cumplirlo.

______________

(*) En un apéndice a la novela titulado Los principios de la neolengua, Orwell explica los principios básicos de la misma. La neolengua no es más que una versión extremadamente simplificada del inglés y es uno de los pilares básicos del régimen autoritario del Partido. El objetivo de crear tal lengua era sustituir a la viejalengua (oldspeak), es decir, el que para el lector sería el inglés actual, para así dominar el pensamiento de los miembros del Partido, y hacer inviables otras formas de pensamiento contrarias a los principios del Ingsoc (lo que en el libro se conoce como crimen del pensamiento, crimental). Por ejemplo, para evitar que la población desee o piense en la libertad, se eliminan los significados no deseados de la palabra, de forma que el propio concepto de libertad política o intelectual deje de existir en las mentes de los hablantes.El vocabulario se reduce al mínimo, hasta tal punto que palabras como "malo" se convierten en "nobueno" (ungood), y "terrible" se convierte en "doblemásnobueno" (doubleplusungood). De hecho, un buen hablante de neolengua es aquel que necesita menos variedad de palabras para expresar una idea.




jueves, 8 de marzo de 2012

Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana

Mujer, despierta; el rebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ¡Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuándo dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la revolución? Un desprecio más marcado, un desdén más visible. [...] Cualesquiera sean los obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo.
Olympe de Gouges, 1789



Olympe de Gouges (1748-1793) es el pseudónimo de Marie Gouze, escritora, dramaturga, panfletista y política francesa, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana: "La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos…" Esta frase, que en el siglo XXI resulta una obviedad, no lo era en el XVIII, ni siquiera en el contexto progresista y reformador de la Revolución Francesa. Pero Olympe de Gouges fue mucho más revolucionaria que la Revolución, mucho más avanzada que la mayoría de quienes se sientan hoy en los escaños del Parlamento español. Reivindicó el amor libre y las parejas de hecho; combatió la pena de muerte; predicó los horrores de la esclavitud; defendió a madres solteras, prostitutas, parados y vagabundos; denunció la corrupción de los políticos.

Su vida tuvo un final trágico. Olympe había tomado partido por los Girondinos, lo que le valdría ser detenida en agosto de 1793 después de que éstos fueran eliminados de la escena política. El 2 de noviembre de 1793, 48 horas después de que fueran ejecutados sus amigos girondinos, Olympe fue llevada ante el tribunal revolucionario sin poder disponer de abogado. Tras un juicio sumario que la condenó a muerte por haber defendido un estado federado, fue guillotinada el 3 de noviembre de 1793.


DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LA MUJER Y DE LA CIUDADANA
(redactada en 1789 por Olympe de Gouges para ser decretada por la Asamblea nacional francesa)


PREÁMBULO
Las madres, hijas, hermanas, representantes de la nación, piden que se las constituya en asamblea nacional. Por considerar que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer a fin de que esta declaración, constantemente presente para todos los miembros del cuerpo social les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes, a fin de que los actos del poder de las mujeres y los del poder de los hombres puedan ser, en todo instante, comparados con el objetivo de toda institución política y sean más respetados por ella, a fin de que las reclamaciones de las ciudadanas, fundadas a partir de ahora en principios simples e indiscutibles, se dirijan siempre al mantenimiento de la constitución, de las buenas costumbres y de la felicidad de todos. En consecuencia, el sexo superior tanto en belleza como en coraje, en los sufrimientos maternos, reconoce y declara, en presencia y bajo los auspicios del Ser supremo, los Derechos siguientes de la Mujer y de la Ciudadana.

ARTÍCULO PRIMERO
La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos, Las distinciones sociales sólo pueden estar fundadas en la utilidad común.

ARTÍCULO SEGUNDO
El objetivo de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles de la Mujer y del Hombre; estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y, sobre todo, la resistencia a la opresión.

ARTÍCULO TERCERO

El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación que no es más que la reunión de la Mujer y el Hombre: ningún cuerpo, ningún individuo, puede ejercer autoridad que no emane de ellos.

ARTÍCULO CUARTO La libertad y la justicia consisten en devolver todo lo que pertenece a los otros; así, el ejercicio de los derechos naturales de la mujer sólo tiene por límites la tiranía perpetua que el hombre le opone; estos límites deben ser corregidos por las leyes de la naturaleza y de la razón.

ARTÍCULO QUINTO
Las leyes de la naturaleza y de la razón prohiben todas las acciones perjudiciales para la Sociedad: todo lo que no esté prohibido por estas leyes, prudentes y divinas, no puede ser impedido y nadie puede ser obligado a hacer lo que ellas no ordenan.

ARTÍCULO SEXTO
La ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y Ciudadanos deben participar en su formación personalmente o por medio de sus representantes. Debe ser la misma para todos; todas las ciudadanas y todos los ciudadanos, por ser iguales a sus ojos, deben ser igualmente admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según sus capacidades y sin más distinción que la de sus virtudes y sus talentos.

ARTÍCULO SÉPTIMO
Ninguna mujer se halla eximida de ser acusada, detenida y encarcelada en los casos determinados por la Ley. Las mujeres obedecen como los hombres a esta Ley rigurosa.

ARTÍCULO OCTAVO
La Ley sólo debe establecer penas estricta y evidentemente necesarias y nadie puede ser castigado más que en virtud de una Ley establecida y promulgada anteriormente al delito y legalmente aplicada a las mujeres.

ARTÍCULO NOVENO
Sobre toda mujer que haya sido declarada culpable caerá todo el rigor de la Ley.

ARTÍCULO DÉCIMO
Nadie debe ser molestado por sus opiniones incluso fundamentales; la mujer tiene el derecho de subir al cadalso; debe tener también igualmente el de subir a la Tribuna con tal que sus manifestaciones no alteren el orden público establecido por la Ley.

ARTÍCULO DECIMOPRIMERO
La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es uno de los derechos más preciosos de la mujer, puesto que esta libertad asegura la legitimidad de los padres con relación a los hijos. Toda ciudadana puede, pues, decir libremente, soy madre de un hijo que os pertenece sin que un prejuicio bárbaro la fuerce a disimular la verdad; con la salvedad de responder por el abuso de esta libertad en los casos determinados por la Ley.

ARTÍCULO DECIMOSEGUNDO
La garantía de los derechos de la mujer y de la ciudadana implica una utilidad mayor; esta garantía debe ser instituida para ventaja de todos y no para utilidad particular de aquellas a quienes es confiada.

ARTÍCULO DECIMOTERCERO
Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de administración, las contribuciones de la mujer y del hombre son las mismas; ella participa en todas las prestaciones personales, en todas las tareas penosas, por lo tanto, debe participar en la distribución de los puestos, empleos, cargos, dignidades y otras actividades.

ARTÍCULO DECIMOCUARTO
Las Ciudadanas y Ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí mismos o por medio de sus representantes, la necesidad de la contribución pública. Las Ciudadanas únicamente pueden aprobarla si se admite un reparto igual, no sólo en la fortuna sino también en la administración pública, y si determinan la cuota, la base tributaria, la recaudación y la duración del impuesto.

ARTÍCULO DECIMOQUINTO
La masa de las mujeres, agrupada con la de los hombres para la contribución, tiene el derecho de pedir cuentas de su administración a todo agente público.

ARTÍCULO DECIMOSEXTO
Toda sociedad en la que la garantía de los derechos no esté asegurada, ni la separación de los poderes determinada, no tiene constitución; la constitución es nula si la mayoría de los individuos que componen la Nación no ha cooperado en su redacción.

ARTÍCULO DECIMOSÉPTIMO
Las propiedades pertenecen a todos los sexos reunidos o separados; son, para cada uno, un derecho inviolable y sagrado; nadie puede ser privado de ella como verdadero patrimonio de la naturaleza a no ser que la necesidad pública, legalmente constatada, lo exija de manera evidente y bajo la condición de una justa y previa indemnización.

EPÍLOGO
Mujer, despierta; el rebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ¡Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuando dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la revolución? Un desprecio más marcado, un desdén más visible. [...] Cualesquiera sean los obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo.