jueves, 14 de febrero de 2019

Bandera rima con hortera



La estomagante exhibición de banderas por las derechas nacionalistas catalanas y españolas ha alcanzado su cénit con un punto hortera. Y como donde falla la estética no suele brillar la ética, el aparente antagonismo de banderías oculta el denominador político común que une a independentistas e integristas: el desprecio hacia los problemas reales de la población. Agitando sus banderas, estos partidos han bloqueado los primeros presupuestos del Estado que huyen de la austeridad homicida aplicada desde el inicio de la crisis financiera. Ninguno de esos pedazos de tela representa a la gente más vulnerable del país.

 Con independencia de la bandera a cuya sombra transcurra su existencia, un pobre nunca podrá ser un ciudadano libre, pues la única nación en la que estará abocado a vivir será el Reino de la Necesidad.


La bandera (del gótico bandwo) es un invento de la época medieval que servía para que los integrantes de una misma mesnada de combatientes fueran capaces de reconocerse entre sí. Por desgracia, las mesnadas nacionalistas patrias llevan tiempo aburriendo al resto de la ciudadanía con una estomagante exhibición de banderas en las calles y plazas del país. Y para colmo, con un sentido estético tan deplorable que invita a desconfiar de la nobleza de sus intenciones. Sine estetica nulla etica est.

Bandera: pedazo de tela de figura comúnmente rectangular, de uno o varios colores, que se asegura por uno de sus lados a un asta o a una driza y se emplea como enseña o señal de una nación, una ciudad o una institución. (RAE)

Según el artículo 4 de la Constitución Española (CE), la bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas. Los Estatutos de las Comunidades Autónomas están facultados para reconocer colores propios a sus respectivas banderas. Asimismo, los particulares pueden, además, inventarse las banderas que les plazca.

La exhibición de todos estos pedazos de tela es una acción legítima conforme a la CE, que en su artículo 16.1 dispone: "Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley".

Según el Real Decreto 1511/1977 por el que se aprueba el Reglamento de Banderas y Estandartes, Guiones, Insignias y Distintivos: La bandera nacional es la compuesta por tres franjas horizontales, roja, gualda y roja, la gualda de doble anchura que las rojas. Siendo sus medidas: Largo de la bandera: 3/2 de a; Ancho de la bandera: a.



Horizontal, la bandera de España tiene sus colores distribuidos de forma horizontal. Una característica que la diferencia de esa suerte de toalla playera en que la convierten muchos fervientes exhibidores de la enseña patriótica al colgarla de tal guisa de sus balcones.


Y no crean que esta falta de respeto hacia la enseña nacional es exclusiva de aficionados de barrio. En la mismísima sede nacional del Partido Patriótico (PP), en la madrileña calle Génova, no se han cortado un pelo a la hora de colgar una toalla tamaño king size


La toalla pepera se quedó corta comparada con la que César Cort, un empresario inmobiliario (lagarto, lagarto) colgó de un edificio en obras de Valdebebas. Se trata de un pedazo de tela rojigualda de 43 metros de largo y 17 de ancho, con una superficie de 731 metros cuadrados. «Sentí que tenía que hacerlo», dijo Cort. Por sentimientos que no quede, aunque esta colgadura vertical que incluye el escudo obliga a que este aparezca tumbado sobre la columna que ostenta la leyenda Ultra. Una casualidad definitoria.


".....Acompañado de dos columnas de plata, con la base y capitel de oro, sobre ondas de azur o azul y plata, superada la corona imperial la diestra, y de una corona real la siniestra, ambas de oro, y rodeando las columnas una cinta de gules o rojo, cargada de letras de oro, en la diestra "Plus" y en la siniestra "Ultra", (del latín Plus Ultra, Más Allá)".


Lo de rojigualda le viene al pelo a esta toalla porque gualda es una forma trasnochada y un tanto cursi de aludir al color amarillo de la bandera española antes de la década de 1970. Puesto que Carlos III, quien por razones prácticas decidió adoptar esos colores era un monarca demasiado ilustrado como para caer en tal cursilería. Y al amarillo, como debe ser, lo llamaba amarillo:

Para evitar los inconvenientes y perjuicios que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la Bandera Nacional de que usa Mi Armada Naval y demás Embarcaciones Españolas, equivocándose a largas distancias ó con vientos calmosos con la de otras Naciones, he resuelto que en adelante usen mis Buques de guerra de Bandera dividida a lo largo en tres listas, de las cuales la alta y la baja sean encarnadas y del ancho cada una de la cuarta parte del total, y la de enmedio, amarilla, colocándose en ésta el Escudo de mis Reales Armas, reducido a los dos quarteles de Castilla y León, con la Corona Real encima; y el Gallardete en las mismas tres listas y el Escudo a lo largo, sobre Quadrado amarillo en la parte superior. Y que las demás Embarcaciones usen, sin Escudo, los mismo colores, debiendo ser la lista de enmedio amarilla y del ancho de la tercera parte de la bandera, y cada una de las partes dividida en dos partes iguales encarnada y amarilla alternativamente, todo con arreglo al adjunto diseño. No podrá usarse de otros Pavellones en los Mares del Norte por lo respectivo a Europa hasta el paralelo de Tenerife en el Océano, y en el Mediterráneo desde el primero de año de mil setecientos ochenta y seis; en la América Septentrional desde principio de julio siguiente; y en los demás Mares desde primero del año mil setecientos ochenta y siete. Tendréislo entendido para su cumplimiento.

Señalado de mano de S.M. En Aranjuez, a veinte y ocho de Mayo de mil setecientos ochenta y cinco

La preocupación por evitar el efecto toalla en la bandera estelada, distintiva del independentismo catalán, también se ha dejado sentir en alguno de sus sectores. Es el caso de la Fundació Reeixida, entidad cuya misión es "investigar, preservar y divulgar el ámbito de la memoria nacional catalana" y que cuenta con el apoyo del departamento de Presidencia de la Generalitat. Reixida presentó en su día una propuesta para "fijar" un diseño y unos usos protocolarios para la bandera estelada. 

La iniciativa aboga por regular aspectos como el diseño, las proporciones y los colores, pero también la forma de colocarla, izarla, doblarla e incluso su uso en caso de duelo.

Respecto a sus usos protocolarios de la bandera rechazan que se coloque en sentido vertical como puede verse en la mayoría de balcones de las poblaciones catalanas. Ayuntamientos incluidos.


En cualquier caso, el despliegue de banderas en tiempos recientes ha sido un caldo de cultivo idóneo para el desarrollo del género horteril. Que se muestra en todo su apogeo en el curso de las manifestaciones protagonizadas por integristas e independentistas. Dos sectores empeñados en aburrir al resto de la población española con un mínimo sentido de la modernidad. 

Vean en esta breve muestra de cómo ponerse la bandera en el culo, lo que a la postre traduce tanto horror indumentario: el bloqueo de las Cuentas perjudica a la población de España y, por ende, en Cataluña. La estupidez y el sinsentido político acaban de impedir medidas como la generación de un tipo mínimo del Impuesto de Sociedades del 15% para grandes empresas y de un 18% para los sectores de la banca y la subida del IRPF a clases altas. Precisamente, las que animan toda esta verbena de banderas impregnadas con el olor a churrería.