Capio, capis, capit, capimus, capitis, capiunt: (yo) cojo; (tú) coges; (él) coge; (nosotros) cogemos; (vosotros) cogéis; (ellos) cogen. El verbo latino Capio, cepi, captum significa: coger, tomar, apoderarse, arrebatar, capturar, apoderarse, apropiarse. Este es el verbo que mejor conjugan los dirigentes del Partido Popular, a tenor de los comportamientos que van saliendo a la luz día a día.
El holding de empresas Capio vuelve a protagonizar otros episodios del proceso de apropiación de bienes sanitarios de carácter público. Proceso desatado, sobre todo, por los Gobiernos regionales de Castilla la Mancha y Madrid, presididos, respectivamente, por Dolores de Cospedal y Esperanza Aguirre. Más conocidas, por este orden, como La bien pagá y la condesa de la Mamandurria.
Cospedal acaba de fichar a una exdirectiva de Capio, la empresa que aspira a gestionar los hospitales de Castilla-La Mancha. Natividad Comes, hoy directora de Enfermería del servicio de salud de la región, ocupó ese mismo cargo en el conglomerado sanitario Capio hasta abril de 2011.
En Madrid, el desmán consiste en que el nuevo centro sanitario de Collado Villalba no abrirá hasta finales de 2013. La Comunidad alega que no lo inaugura para ahorrar y la empresa concesionaria asegura que su interés es "empezar a servir a la población lo antes posible". Por su parte, la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública denuncia que, pese a estar cerrado, el Gobierno de Ignacio González continúa pagando 900.000 euros al mes a la empresa concesionaria de dicho centro: Capio Sanidad. Es decir, que durante este año que permanecerá cerrado el hospital, la Comunidad pagará igualmente casi 11 millones de euros a la compañía privada.
Por otro lado, tras la convulsión producida por las supuestas cuentas del ex tesorero del PP Luis Bárcenas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha visto obligado a publicar sus declaraciones a Hacienda. Rajoy ingresó casi dos millones de euros brutos por rentas de trabajo entre 2003 y 2012, según la información colgada en la web del Palacio de la Moncloa.
Desde luego, dada la absoluta falta de credibilidad personal que el presidente se ha ganado a pulso, siempre quedará la duda razonable de si recibió o no ingresos en negro procedentes de alguno de los tinglados de corrupción en los que está implicado el PP. Pues como sabe cualquier dentista o fontanero de este país, este tipo de ingresos no se declaran a Hacienda.
En cualquier caso, el escándalo está servido desde el momento en que conocemos que las retribuciones por trabajo (¿trabajo?) brutas del jefe del Ejecutivo durante el periodo declarado, que oscilan entre los 72.600 euros de 2012 y los 240.262 euros de 2009, sumen un total de 1.979.898 euros.
Porque no estamos hablando de los ingresos de un banquero o de un alto directivo del mundo empresarial. ¿Cómo puede un partido político, que aspira a representar a la mayoría del pueblo, pagar a sus líderes un salario tan alejado de las retribuciones medias de los asalariados de este país? Como dice la letra de un antiguo cuplé: ¿De dónde saca, pa tanto como destaca?
Resulta moralmente reprobable y políticamente vomitivo que un político que estando en la oposición, es decir, trabajando relativamente poco, ganó durante ese período trescientos veintiocho millones de pesetas (1.979.898 euros x 166 = 328.663.068), según accedió al Gobierno cometa, como primera de sus canalladas, la de congelar el salario mínimo interprofesional.
The Economist explica a sus lectores las dos acepciones de la palabra española "chorizo", enfatizando gráficamente una de ellas en la figura del presidente del Gobierno. |
En Madrid, el desmán consiste en que el nuevo centro sanitario de Collado Villalba no abrirá hasta finales de 2013. La Comunidad alega que no lo inaugura para ahorrar y la empresa concesionaria asegura que su interés es "empezar a servir a la población lo antes posible". Por su parte, la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública denuncia que, pese a estar cerrado, el Gobierno de Ignacio González continúa pagando 900.000 euros al mes a la empresa concesionaria de dicho centro: Capio Sanidad. Es decir, que durante este año que permanecerá cerrado el hospital, la Comunidad pagará igualmente casi 11 millones de euros a la compañía privada.
Por otro lado, tras la convulsión producida por las supuestas cuentas del ex tesorero del PP Luis Bárcenas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha visto obligado a publicar sus declaraciones a Hacienda. Rajoy ingresó casi dos millones de euros brutos por rentas de trabajo entre 2003 y 2012, según la información colgada en la web del Palacio de la Moncloa.
Desde luego, dada la absoluta falta de credibilidad personal que el presidente se ha ganado a pulso, siempre quedará la duda razonable de si recibió o no ingresos en negro procedentes de alguno de los tinglados de corrupción en los que está implicado el PP. Pues como sabe cualquier dentista o fontanero de este país, este tipo de ingresos no se declaran a Hacienda.
En cualquier caso, el escándalo está servido desde el momento en que conocemos que las retribuciones por trabajo (¿trabajo?) brutas del jefe del Ejecutivo durante el periodo declarado, que oscilan entre los 72.600 euros de 2012 y los 240.262 euros de 2009, sumen un total de 1.979.898 euros.
Porque no estamos hablando de los ingresos de un banquero o de un alto directivo del mundo empresarial. ¿Cómo puede un partido político, que aspira a representar a la mayoría del pueblo, pagar a sus líderes un salario tan alejado de las retribuciones medias de los asalariados de este país? Como dice la letra de un antiguo cuplé: ¿De dónde saca, pa tanto como destaca?
Resulta moralmente reprobable y políticamente vomitivo que un político que estando en la oposición, es decir, trabajando relativamente poco, ganó durante ese período trescientos veintiocho millones de pesetas (1.979.898 euros x 166 = 328.663.068), según accedió al Gobierno cometa, como primera de sus canalladas, la de congelar el salario mínimo interprofesional.
Me alegra que vayan cundiendo aunque sean unas someras nociones de lenguas clásicas: http://brucknerite.net/2012/12/capio-tomar-la-sanidad-al-asalto.html
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