viernes, 5 de febrero de 2010

Pensiones: los dioses vuelven locos a quienes quieren perder

El presidente del Gobierno de España ha cruzado el charco para acompañar en sus oraciones matutinas a los integristas de Estados Unidos, dejando a su propio país en estado de máximo cabreo ante el abrupto anuncio de una áspera reforma de las pensiones públicas. Reforma que tampoco está clara, pues, luego, sus ministros se han encargado de liarla. Y donde dije jubilación a los 67 años, digo quizás, y donde dije 25 de cotización, sin disimulo digo que es simulación. El jefe de la oposición, al que le vendría de perlas que Rodríguez Zapatero le dejase hecho el trabajo sucio de la reforma que concuerda con su programa, se opone a ella con tal de criticar a su adversario. Esto de las pensiones no hay dios que lo entienda. Debe ser que los dioses han hecho uso de esa prerrogativa que los antiguos les atribuyeron: la de volver locos a aquellos a quienes querían perder.


Quos dei vult perdere, prius dementat. Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco, dice la antigua sentencia. Y sólo un loco presentaría una medida políticamente suicida, como es la reforma de las pensiones propuesta por el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero. Esa propuesta, cuyos términos se han aireado lo suficiente como para ahorrarnos el trabajo de gastar tiempo y espacio en reproducirla, forma parte del programa neoliberal de destrucción ciega de las instituciones públicas del Estado del Bienestar.

Los neoliberales llevan años pronosticando la insostenibilidad de las pensiones públicas basándose en una evidente falacia: las proyecciones demográficas que apuntan hacia un envejecimiento de la población a medio plazo. Con la consiguiente disminución de la población tradicionalmente considerada laboralmente activa.

Esa tesis podría ser válida en los tiempos en que fue escrito el Deuteronomio, al que aludió Rodríguez Zapatero en su celebrada alocución en la ceremonia de ruptura del ayuno estadounidense: “No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero que vive en alguna ciudad de tu país. Págale su jornal ese mismo día antes de que se ponga el sol, porque está necesitado y su vida depende de su jornal” (Deut. 24.15). En aquellas lejanas épocas en que el sostenimiento de la población dependía exclusivamente de la "fuerza de sangre" proporcionada por los humanos y las bestias de carga y tiro, un envejecimiento excesivo de la población hubiera significado un problema. Que no llegaba a plantearse dado que la rudimentaria protección de la salud se encargaba de solucionarlo de forma expeditiva.

Pero hoy, al menos en los países desarrollados, el modelo productivo no descansa en la agricultura. En la que, en todo caso, una sola persona al volante de un tractor puede cosechar trigo suficiente para mantener a un centenar de personas. El histórico aumento de la productividad, debido a la conjunción de tecnología y energías externas, hace posible disponer de bienes y servicios para una población amplia, aunque se reduzca el número de brazos que intervienen directamente en el proceso productivo.

Los neoliberales no son tan tontos como para ignorar estas evidencias. Lo que sucede es que, por lo general, trabajan al servicio del mundo de las finanzas que ve en las pensiones una excelente oportunidad de negocio. Por ello, sostienen la torticera tesis de que son únicamente las rentas de los trabajadores, a través de las cotizaciones sociales, las que deben financiar las pensiones y la sanidad, cuando debe ser la renta nacional en su conjunto la que lo haga, mediante un sistema impositivo que incluya, por supuesto, las cotizaciones sociales, pero no como única fuente.

Por cierto, entre esas fuentes diversificadas, ¿por qué no cotizan, por ejemplo, las entidades bancarias que han suprimido empleos al instalar cajeros automáticos? Y a juzgar por los resultados, obtienen pingües beneficios incluso en tiempos de crisis. Beneficios que permiten obsequiar a sus directivos con pensiones que producen vértigo. Como la de Francisco González, presidente del BBVA, que acaba de embolsarse 79,7 millones de euros de pensión al haber cumplido los 65 años.



5 comentarios:

  1. La cita latina está mal. Es así:
    Quos DEUS vult perdere, prius DEMENTAT.

    ResponderEliminar
  2. Caramba, no dejad que los dioses os hagan perder tanto la razón con esta FALSEDAD de vuestra última frase. El del BBVA se las promete felices cobrando 79,7 millones pero no "se ha embolsado" ninguna cantidad "de pensión al haber cumplido los 65" sino que seguirá presidiendo ese banco, el que acaba de aprobar "suprimir todas las indemnizaciones de cese para consejeros ejecutivos. Se han extinguido las 3 que había: las del presidente (94 millones), del consejero delegado (69 millones) y a el Secretario General (15 millones)... Es decir que desde el 31 de diciembre, no existen 'compromisos de pago de indemnizaciones a los consejeros ejecutivos', según el banco". Las citas vienen del periódico ElPaís, que una vez más practica su juego favorito titulando según más le conviene a su sectarismo a pesar de que luego desde el mismo texto de la noticia se desmienta ese titular. Igual podían haber dicho que "FG se había embolsado ya tiempo atrás otros 94 millones más" ... pero lo cierto es que nunca los cobró y tampoco ya nunca los cobrará. ¡Bien saben los que abusan del poder de Prisa que casi nadie se quedará más que con las consignas del titular 'correcto' a priori para su cuerda, sin contrastarlas!

    ResponderEliminar
  3. Valgui'm Déu quin error garrafal !!!
    Le quedaré ‘eternamente' agradecido al primer comunicante que avisa, luego no es traidor, de la desastrosa escritura de la cita latina. Es lo que tiene escribir viento en mente a toda tecla, mientras por el rabillo del ojo contemplo inquieto la mochila todavia sin aviar para la inminente excursión.

    Agradezco, pues, el aviso y rectifico el texto. En primer lugar el verbo, mal escrito. En cuanto al sujeto, no quería referirme a un ‘Dios' (Deus) concreto (como en esa otra versión: "Iuppiter quem vult perdere, prius dementat"), sino a la congregación general de dioses. Cometiendo sin embargo un nuevo error escribiendo ‘deos'. Ya que es generalmente aceptado que ‘Deus, dei' posee una declinación especial que para el plural sería:

    Nominativo: dii, dei, di.
    Genitivo: deum, deorum.
    Dativo-Ablativo: diis, deis, dis.

    ResponderEliminar
  4. Irrítale (a juzgar por las versales con que escribe ‘falsedad') al segundo comunicante la mención a los dineros que se lleva (o se llevará al jubilarse de manera efectiva) FG, en concepto de pensión. Es verdad, y el correspondiente hiperenlace no lo oculta, que la información se ha tomado del diario ‘El País', con tanta literalidad que se recoge incluso el verbo ‘embolsar', que, si bien se presta a una serie de connotaciones, dado que hablamos de banqueros, no es totalmente incorrecto, pues el DRAE nos da, las siguientes acepciones:

    1. tr. Guardar algo, especialmente dinero, en la bolsa.
    2. tr. cobrar (recibir dinero).
    3. tr. cortar (dividir una parte del ejército enemigo).
    4. tr. p. us. reembolsar. U. t. c. prnl.
    5. prnl. Ganar dinero en un negocio, en el juego, etc.

    Y es innegable que, si bien mediante una fórmula de cobro aplazado, FG ha ‘cobrado' o ‘recibido dinero' y, sobre todo, ‘ha ganado dinero en un negocio".

    Se ha tomado la noticia del mentado periódico por comodidad o inercia, no por especial afinidad ideológica. Por si el autor del comentario se siente más cómodo recibiendo información de un medio de la derecha tradicional, reproduzco la que facilita ABC: "El BBVA sube la pensión de Francisco González hasta los 79 millones".
    "El BBVA ya no hará más aportaciones al plan de pensiones de su presidente, Francisco González, al haber cumplido éste los 65 años en octubre. Ése es el acuerdo alcanzado por el consejo de administración de la entidad, después de en 2009 el banco haya aportado otros siete millones al plan de jubilación de González, que cobrará por este concepto un total de 79 millones. Esa cifra se ha sacado del balance del banco para pasarlo a una póliza de seguros, que Francisco González no podrá rescatar hasta que cese de sus funciones en la entidad".

    En definitiva, el uso del verbo ‘embolsar' no puede calificarse de mayúscula falsedad, si bien el tiempo utilizado no es correcto. Debe decirse: "FG se embolsará".

    ResponderEliminar
  5. Yo inculto por naturaleza, pues soy universitario español, me preocupa entrar en latinajos alejándonos del fondo. Estamos discutiendo como siempre en este país si son galgos o podencos, mientras nos comen por las patas y otros se "embolsan" el dinero de mi pensión como la sonrisa del bonobo Bono justificando las pensiones de los diputados.¡Siempre habrá cerdos mas cerdos que otros!. Y si pienso en esa sonrisa "monina bonoba", que me perdonen mis amigos homo, pero es que me la estan metiendo y no me gusta.

    ResponderEliminar