jueves, 27 de mayo de 2010

Congelación de las pensiones: un acto sacrificial

La reducción del déficit de las cuentas públicas del Estado español, tal como se ha exigido desde los organismos internacionales al servicio de los intereses financieros, parecía irremediable. De lo contrario, las consecuencias habrían resultado catastróficas para nuestro país. Pero el ahorro de 1.530 millones que producirá la congelación de las pensiones contributivas no compensa adoptar una medida que puede convertirse en el suicidio político de Rodríguez Zapatero. Ese dinero se podría haber obtenido por otras fuentes, pero “los mercados” han exigido este acto sacrificial del Estado del Bienestar.


Endeudarse no es sano. Igual que un particular que se hipoteca en demasía queda en manos del banco casi de por vida, un Estado que pide demasiado dinero prestado queda prisionero de “los mercados”. El que paga los violines, escoge la música.

El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha incurrido en el grave error de endedudarse en demasía, sobre todo y tristemente, para acudir en socorro de unos bancos de los que no se podía esperar ninguna solidaridad. En estas condiciones, ante la presión de los organismos internacionales que controlan a los Estados sin haber sido elegidos por nadie, caso del Fondo Monetario Internacional, reducir el déficit de las cuentas públicas es algo irremediable. De lo contrario, habrían tomado graves medidas cuyas consecuencias habrían resultado catastróficas para nuestro país y, posiblemente, para la eurozona. Pero ¿por qué hacerlo congelando las pensiones de jubilación? Con esta medida, Rodríguez Zapatero ha colocado el nudo corredizo a la cuerda que podría servir para su propio suicidio político.

Produce vergüenza ajena ver a los líderes y lideresas del PP subiendo a las tribunas a derrochar demagogia defendiendo lo que nunca defendieron y seguramente jamás defenderán: un sistema público de protección social que procuran privatizar allí donde gobiernan. Pero, alineándose con los escasos escaños de la izquierda, que, esos sí, se han opuesto coherentemente al recortazo, el PP ha aprovechado la oportunidad para infligir una derrota política a ZP.

Pero lo más sorprendente del asunto es que Rodríguez Zapatero se ha sometido a esa carga de impopularidad para él y para su partido, sin obtener a cambio un gran ahorro presupuestario. La vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, ha explicado que la congelación de las pensiones contributivas en 2011 supondrá un ahorro de 1.530 millones: 1.400 millones de euros en el Régimen General de la Seguridad Social y 130 millones en el de clases pasivas.

Esa cantidad no es tan significativa como para no haberse podido obtener por otras vías. Gravar las SICAV (Sociedades de Inversión de Grandes Fortunas) al 20% frente al1% actual proporcionaría 2.000 millones de € /año. O reducir el boato de las Administraciones Autonómicas, que contribuyen a que haya en España 700 jefes de protocolo. En 2006, las rebajas fiscales del Gobierno hicieron que Hacienda disminuyera sus ingresos en 5.000 millones.

Por lo que todo hace pensar que, más que persecución del objetivo de reducción del déficit, actuar sobre las pensiones es una escenificación de un acto sacrificial del Estado del Bienestar ante “los mercados”. Unos mercados que, no contentos con haber provocado la gran crisis financiera global, quiere quedarse con la suculenta tarta del negocio de las pensiones: los jubilados, o nuestros o de nadie.



Martin Vidberg: L'Actu en patates (Le Monde)

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