martes, 15 de marzo de 2016

Refugiados: impidamos que una ola de vergüenza invada Europa

El acuerdo que los dirigentes de la Unión Europea pretenden firmar con Turquía para que controle a los refugiados es una violación del derecho internacional. Tenemos la obligación de impedir que una ola de vergüenza invada Europa. Porque no podremos seguir considerándonos humanidad si consentimos que miles de personas que han huido del horror de una guerra y que lo han perdido todo, sean tratadas peor que una mercancía mientras esperan hacinadas y ateridas de frío sin saber qué va a ser de ellas.



La guerra civil en Siria ha dejado más de 270.000 muertos y cinco millones de desplazados. Muchos de ellos han llamado a las puertas de Europa en demanda de asilo. Durante meses, muchas personas han proporcionado asistencia a mujeres, hombres y niños en necesidad o se han sentido impotentes viendo cómo los barcos se hundían, cómo las familias viajaban o vivían en condiciones terribles y cómo personas en busca de protección eran bloqueadas por vallas o maltratadas por las fuerzas policiales. Ahora, más de 30.000 personas están viviendo un absoluto infierno en el campamento de refugiados de Grecia.

Para colmo de males, los dirigentes de la Unión Europea están negociando con Turquía un acuerdo para enviarles a todas las personas que han llegado y que lleguen a Grecia solicitando asilo. El acuerdo, que debe ser aprobado este 17-18 de marzo, ha sido criticado por ACNUR y por muchas ONG como una violación del Derecho internacional.

Y una violación también de la voluntad política mayoritaria de la ciudadanía que comparte el ideal de una Europa de las libertades y de la tolerancia. ¿Cómo podemos aceptar tratados que consagran la libre circulación de las mercancías mientras levantan vallas ante las personas?

En su obra autobiográfica El mundo de ayer. Memorias de un europeo el escritor Stefan Zweig (1881-1942) dejó escrito: "Antes de 1914 la Tierra era de todos. Todo el mundo iba adonde quería y permanecía allí el tiempo que quería. No existían permisos ni autorizaciones; me divierte la sorpresa de los jóvenes cada vez que les cuento que antes de 1914 viajé a la India y América sin pasaporte y que en realidad jamás en mi vida había visto uno. La gente subía y bajaba de los trenes y de los barcos sin preguntar ni ser preguntada, no tenía que rellenar ni uno del centenar de papeles que se exigen hoy en día. [...] Fue después de la guerra cuando el nacionalsocialismo comenzó a trastornar el mundo, y el primer fenómeno visible de esta epidemia fue la xenofobia: el odio o, por lo menos, el temor al extraño. En todas partes la gente se defendía de los extranjeros, en todas partes los excluía. Todas las humillaciones que se habían inventado antaño sólo para los criminales, ahora se infligían a todos los viajeros, antes y después del viaje".

El acuerdo que los dirigentes europeos están tramando es absolutamente vergonzoso. Suscita una imagen que la mayoría de personas decentes no querríamos que se repitiera en Europa: la imagen de trenes atestados de gente deportada en masa. No podemos seguir llamándonos humanidad si consentimos que miles de personas que han huido del horror de una guerra y que lo han perdido todo, sean tratadas peor que una mercancía mientras esperan hacinadas y ateridas de frío sin saber qué va a ser de ellas.

Todavía está en nuestra mano presionar para que la situación cambie. Una de esas formas de presión puede ser firmando el texto de esta petición 

De cara a la próxima reunión del Consejo Europeo del 17-18 de Marzo de 2016, instamos a los Jefes de Estado y de Gobierno de Europa:

*  a no cerrar las fronteras exteriores de la UE;

*  a permitir la entrada de personas necesitadas de protección internacional por la frontera exterior;
* a respetar el Derecho europeo e internacional, incluida la Convención de Ginebra, el principio de no devolución y las directivas de asilo de la UE;
*  a procesar todas y cada una de las solicitudes de asilo de forma individual, sin discriminaciones y de acuerdo con la legislación europea e internacional;
*  a no permitir las devoluciones en caliente a Turquía o a cualquier otro lugar;
*  a no reconocer a Turquía, un país donde los refugiados/as son retornados a Siria y que no ofrece una protección equivalente a la Convención de Ginebra, como tercer país seguro;
*  a mostrar su solidaridad con los países de entrada a la UE, especialmente con Grecia;
*  a trasladar inmediatamente los/las solicitantes de asilo atrapados en Grecia, incluidos los afganos, a otros Estados miembros de la UE;
*  a abrir vías seguras para los refugiados/as y reformar el Reglamento de Dublín en un mecanismo de reubicación que sea justo para los refugiados y para el conjunto de los Estados miembros.
 
La firma puede hacerse a través de este enlace.





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